La institución armada entregó ofrendas y símbolos a los familiares de la uniformada fallecida.
Para Luis Eduardo Leyva, este antecedente debió activar alertas tempranas y levantar dudas sobre los filtros psicológicos y disciplinarios dentro de la institución.
El crimen habría sido perpetrado por un grupo armado ilegal.
El homicidio ocurrió en agosto de 2011 en Bogotá. Los uniformados participaron en la modificación de la escena del crimen.
La víctima ya había sufrido un ataque de sicarios del que salió ileso el pasado 15 de noviembre, en el perímetro urbano de la municipalidad fronteriza.