Compartir:

Las mujeres resilientes de la violencia, que hace 25 años azotó y destruyó el corregimiento Chinulito, en el municipio de Colosó, y que por años, a pesar de estar a un costado de una vía de paso nacional estuvo como un pueblo fantasma, son quienes en su mayoría, construyen ahora el megacolegio.

Leer más: Antonio Char confirma que Junior jugará la Superliga en el ‘Metro’, pero cerrará de visitante

La obra, de 17 mil 500 millones de pesos, recursos de la Agencia de Renovación del Territorio (ART) que aporta $12.285.150.500, y la Fundación Plan, que invierte 5.265.064.500, beneficiará a 1.200 estudiantes procedentes de los municipios de Colosó, Toluviejo y San Onofre, y su terminación y entrega están previstas para junio del año 2026.

La nueva sede de la Institución Educativa Técnico Agropecuaria (IETA) de Chinulito es una de las acciones que está contemplada dentro del plan de reparación integral colectiva que los mismos retornados construyeron desde hace más de 11 años.

Ver también: “Vamos a traer tres o cuatro jugadores, ya tenemos un equipo armado”: ​​Fuad Char

Raúl Delgado, director de la Agencia de Renovación del Territorio (ART), señaló que esta iniciativa no solo fortalece el acceso a la educación rural, sino que también promueve la generación de empleo, la dinamización de la economía local y la inclusión laboral con enfoque de género. “Mujeres víctimas del conflicto armado participan activamente en la ejecución del proyecto, tanto en labores administrativas como en frentes de obra, desempeñándose como ayudantes, oficiales y operarias, en oficios tradicionalmente ocupados por hombres”.

El proyecto, que entró en ejecución desde el pasado 2 de mayo, ha vinculado mano de obra calificada y no calificada de las comunidades Cerro, Arenita, Ceiba y Cañito, que fueron afectadas con homicidios selectivos en el año 2000.

Le sugerimos: Capturan a tres sujetos en Alameda del Río: tenían cinco kilos de cocaína

María Piñeres, ayudante de obra, destacó el impacto de la intervención en la comunidad. “Se está viendo un cambio en el pueblo. Pensábamos que estábamos olvidados, pero hoy vemos que el gobierno del presidente Gustavo Petro se está acordando de nosotros. Gracias a la ART por esta obra que genera empleo y nos brinda oportunidades, especialmente a las mujeres”.

Rosa Durán, obrera del proyecto, resaltó el valor simbólico de esta obra para las nuevas generaciones. “Quiero que mis nietas estudien aquí y vean que las mujeres podemos salir adelante y trabajar por el futuro de nuestro territorio, además de haber contribuido a la construcción de su colegio”.

Le sugerimos: Falleció Oriana Fonseca, hincha del Junior, tras sufrir un accidente de tránsito en la Avenida Murillo

Por su parte Roxana Ozuna, trabajadora social de la obra, dijo que “este ha sido un proyecto de puertas abiertas. La política de equidad de género ha permitido que las mujeres ocupemos espacios que históricamente nos fueron negados. Hoy aportamos directamente a la construcción de una institución educativa que transformará la vida de más de 1.200 estudiantes rurales”.