El Heraldo
Algunos de los 15 estudiantes secuestrados en Tomarrazón, cerca de Riohacha Suministrada
La Guajira

Retienen a 15 niños para robar el carro que los transportaba

Cinco sujetos armados retuvieron el miércoles durante hora y media a 15 menores y al conductor del vehículo escolar a la altura de Tomarrazón, cerca de Riohacha.

En un hecho que ha sido repudiado por la comunidad guajira, 15 menores que regresaban a sus casas fueron retenidos durante hora y media en el corregimiento de Tomarrazón, a 60 kilómetros de Riohacha, por cinco hombres armados y encapuchados que los abordaron en cercanías de la vereda La Gloria para despojarlos del vehículo que los transportaba tras terminar la jornada escolar de este miércoles.

El rector de la Institución Agrícola de Tomarrazón, Dencil Barros, confirmó a EL HERALDO que el hecho criminal se registró a las dos de la tarde y que todos los estudiantes del plantel resultaron ilesos al igual que el conductor.

Del grupo hacían parte siete adolescentes y ocho niños que se dirigían a la vereda La Gloria, en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, l último pueblo en el recorrido que hacen a diario.  “Es una situación muy grave la que se ha presentado y esperamos poder encontrar salidas pronta para recobrar la seguridad”, declaró el educador.

Yoiser Rivero Gómez, conductor de la camioneta Toyota Land Cruiser de placas  AB 598YK de Venezuela, narró los momentos dramáticos que vivieron entre las 2 y las 3:30 de la tarde cuando finalmente los delincuentes los dejaron abandonados en una trocha luego de recorrer con ellos al menos seis kilómetros.

El joven de 27 años dijo que en todo momento corrieron peligro y que se salvaron de que el secuestro terminara en tragedia porque los hombres armados no tenían mucha pericia en el manejo de vehículos.

De acuerdo con Rivero, inicialmente fueron interceptados  por tres hombres armados a la altura de la vereda La Gloria, en jurisdicción de Riohacha.

 “Pensé que en cualquier momento me podrían disparar a mi o a cualquier muchacho nervioso, pues la mayoría de ellos empezó a llorar, mientras que los sujetos me pidieron que bajara la cabeza y me pasara al sitio donde iban los menores. Yo les pedí que los dejara bajar a ellos que yo me quedaba y lo que gritaron fue que de ese carro no se bajaba nadie y también les gritaron que bajaran todos los cabeza”, declaró en entrevista para esta casa editorial.

 

“Pensé que en cualquier momento me podrían disparar a mi o a cualquier muchacho nervioso

Estuvimos transitando cerca de seis kilómetros sin poder ver por donde íbamos, pues uno de ellos siempre estaba atento a amedrantarme con una pistola con la que me tocaba la nuca, también lo hacía con los niños”.

Reveló que durante el secuestro los delincuentes se desviaron por una trocha y los bajaron del vehículo. “Nos dejaron con la cabeza abajo, nos advertían que quien alzara la cabeza recibiría un balazo, nos indicaron que solo podríamos salir una hora después de que ellos se fueran”, aseguró.

El vehículo les falló. Según Rivero, una vez los delincuentes huyeron podían sentir el ruido del motor de la camioneta que empezaba a fallarles. “Sentimos que lo estaban forzando, pues daba la sensación de que quien manejaba no era experto en conducir hacia la Sierra (Nevada).

Indicó que en medio del nerviosismo, y abandonados en la trocha, uno de los delincuentes regresó. “Ahí pensamos que había llegado el momento en el que nos iban a asesinar”.

El desconocido le pidió a Rivero que le indicara qué pasaba con la doble tracción del vehículo que se habían robado y cómo la podían habilitar para subir terrenos altos, a lo que el conductor le respondió que este mecanismo estaba dañado. El delincuente volvió a marcharse y a dejar al grupo solo.

Pasados treinta minutos, Rivero y los menores  corrieron hasta llegar a la casa de una finca cercana en donde pidieron ayuda a las autoridades que están en la zona.

Apenas las autoridades y los padres de familia acudieron al lugar, hallaron a la altura de Los Gorros la camioneta Toyota que los delincuentes abandonaron tras estallársele una llanta trasera.

“Al parecer por la inexperiencia de quien conducía, el vehículo rodó en medio en una subida y se vino re reversa hasta estrellarse con una gran roca localizada al borde de un precipicio de muchos metros, el carro estaba con una llanta trasera explotada y con parte de la lata destrozada donde impactó con la roca”, contó Rivero.

Piden más seguridad. Según el rector Dencil Barros, hace 23 días se presentó una situación similar cuando delincuentes asaltaron a varios ingenieros de una empresa que trabaja en estudios topográficos para un proyecto de transmisión de energía.  “Las autoridades no difundieron este caso, pero los delincuentes asaltaron a los ocupantes del carro y los mantuvieron también cautivos y se llevaron el vehículo”.

Jaime Loiza edil de Tomarrazón, expresó que la situación de inseguridad de Riohacha es grave. “Esto fue un secuestro que viola los derechos de los niños”.

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