Está demostrando que dormir junto a su pareja crea un vínculo amoroso. Sin embargo, 'compartir el sueño' significa también coincidir en horarios, zona de descanso, y muchas otras cosas. Es decir, la pareja influye en el sueño. Eso rata de demostrar lo estudiado por la Sociedad Española de Neurología (SEN), a propósito del Día de San Valentín, celebrado el pasado 14 de febrero.
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'Se han encontrado diversas evidencias científicas de que el cronotipo, o lo que es lo mismo, la inclinación biológica a dormir en unos horarios y estar despierto y alerta en otros, puede determinar encontrar pareja', señala la doctora Ana Fernández Arcos, coordinadora del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN), citada por Semana.
La Sociedad estudió lo que tiene que ver con los horarios de sueño. Se lee en el estudio que dos personas, si una es vespertina y la otra matutina, difícilmente tendrán para conexión para dormir en pareja, pues no coincidirán en su tiempo libre.
'También se ha visto que en las parejas con preferencias horarias distintas puede haber dificultades en la convivencia por querer adaptarse, siendo complicado si uno de ellos debe forzar los horarios de sueño afectando al descanso. Y, en esos casos, pueden darse problemas de sueño y de funcionamiento de la pareja. Por el contrario, se encuentran y son más afines las parejas con un cronotipo similar debido a que será más fácil que tengan intereses y aficiones comunes', agregó la doctora Fernández respecto al tema.
Por el contrario, si se habla de beneficios de dormir en pareja, también se encuentran intimidad y sentido de seguridad y protección, creación de hábitos y rutinas compartidas. Algunos estudios determinan que esta capacidad para cuidar rutinas favorece a tener un sueño confortable. Es decir, una pareja, así como ayuda a seguir dietas o dejar algún vicio, también ayuda a dormir mejor.
Por otra parte, dentro de los estudios realizados, se ha determinado que se suele asociar a dormir separados a una ruptura, falta de confianza, o inseguridad. No obstante, hay otros estudios que indican que no necesariamente puede significar todo eso.
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'Por el contrario, las parejas que duermen juntas durante años y deciden separarse de cama o incluso de habitación presentan un cambio importante de su ritual de ir a dormir, que puede ser en cierta manera disruptor. Es cierto que dormir juntos implica una expectativa social de un comportamiento de pareja o matrimonio considerado adecuado, pero dormir separados no debería ser indicativo de una pareja rota o desapegada, sino que debe surgir tras tener un diálogo acerca de cómo mejorar de forma individual el sueño y para tener una relación más satisfactoria', indica la doctora Celia García Malo, vocal del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
También está comprobado que cuando uno de los integrantes de la pareja sufre algún trastorno del sueño, afecta directamente el sueño del otro. Claros ejemplos son los ronquidos y las apneas del sueño.
'Se ha observado que el hecho de estar en una relación y que la pareja le apoye puede ser un punto clave para aceptar que se sufre algún tipo de trastorno del sueño y estos pacientes suelen adaptarse mejor al tratamiento. Por lo tanto, los compañeros de cama pueden ser fundamentales en la identificación de los trastornos de sueño no percibidos por el propio paciente, de la misma forma en la que también están relacionados con el éxito del tratamiento, ya que de él también dependerá su propio descanso', agrega al respecto la doctora Celia García Malo.
Todos los estudios realizados concluyen que una de las formas más eficaces para lograr una buena forma de 'compartir el sueño' con su pareja es hablar sobre qué es lo que le gusta más, o prefiere más, cada uno para dormir, para así poder llegar a acuerdos que los beneficien a ambos.
