El conocimiento no puede quedarse atrapado en el laboratorio: debe transferirse al mercado para converger con distintos actores que abran espacios de diálogos e impulsen la innovación. Con esta premisa partió la conferencia ‘La innovación en la encrucijada actual: entre geopolítica y políticas nacionales’, liderada por Marco Alemán, abogado y subdirector general de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI).
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Durante el evento, realizado en la Universidad Autónoma del Caribe este martes 12 de agosto, el encargado —quien es oriundo del Caribe— aseveró que nunca antes la innovación había tenido tanta relevancia en las agendas de los sectores públicos y privados. Sin embargo, el verdadero fruto de estos esfuerzos se evidencian cuando las transformaciones ayudan a la sociedad a mejorar sus estándares y calidad de vida.
Por otra parte, el rector de la institución, Jorge Enrique Senior, expresó que: “La propiedad intelectual es fundamental, pero, al ser un ámbito económico, necesita reglas claras, organización y convenios entre las naciones. Por eso, está influida por el derecho internacional y por el contexto geopolítico global. (…) es importante que, desde los semilleros de investigación y las distintas carreras y profesiones de nuestra Universidad, trabajemos en la formación en estos temas”.
Detalles del evento
Durante la jornada, Alemán abordó la importancia del diálogo entre sectores para transformar los distintos escenarios que, con un trabajo mancomunado, propulsan el desarrollo social.
“En este proceso intervienen distintos actores del ecosistema de innovación, cada uno con intereses diferentes. La clave está en sentarse a dialogar y acordar políticas que permitan que todos obtengan lo que buscan. Por ejemplo, un empresario que produce y vende productos con pérdidas no puede sostenerse en el mercado, por lo que es necesario diseñar políticas públicas”, explicó el experto en el encuentro.
En diálogo con EL HERALDO, el subdirector sostuvo que la encrucijada de esta temática consiste en preguntarse: ¿qué se puede hacer para ser más innovadores? ¿Y cómo garantizar que esa innovación llegue al destinatario final, es decir, la sociedad?
De esta forma, precisó que los actores que intervienen en este proceso son los productores de conocimientos (universidades y centros de investigación); aquellos que aplican ese conocimiento para resolver problemas técnicos en áreas como mecánica, ingeniería, transporte, salud o desarrollos social, y los consumidores finales, quienes se benefician de los productos resultantes.
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Frente a este argumento, la conferencia abordó ejemplos de innovación en diferentes campos, como farmacéutico, tecnologías limpias, telecomunicaciones, bioinformática, entre otros. Lo que evidenció que no solo se trata de innovación tecnológica, “sino de cualquier avance que impulse el desarrollo económico y social del país”, señaló.
“La visión de país se construye a partir de muchas pequeñas unidades que, sumadas, dan forma al desarrollo. Por ello, es fundamental trabajar tanto con los gobiernos, en el diseño de políticas, como con las universidades, en su labor diaria de creación de conocimiento y fomento a la creatividad”, comentó a esta casa editorial.
Finalmente, resaltó el papel de las centros de educación: puso de presente que es crucial que estos temas estén presentes en los programas de estudios y otros espacios académicos, ya que “de la universidad surge el conocimiento”.