Las últimas horas de Martín Elías
El cantante cerró el concierto en el que no estuvo desde el principio en la nómina de artistas que se presentarían en Coveñas.
Las coincidencias, premoniciones y paradojas siempre rodean los hechos de muerte y la del gran Martín Elías Díaz Acosta no fue la excepción.
El ídolo de multitudes, el hombre del millón de amigos, no era uno de los invitados al concierto del Jueves Santos tan esperado en Sucre como los del 20 de Enero, sin embargo, tuvo un papel estelar, fue quien despidió a los asistentes que esperaron hasta las seis de la mañana a su ‘Terremoto’.
Uno de los empresarios del evento, Guillermo Merlano Sanjuán, ratifica que no tenía previsto en su nómina de artistas la presentación del cantante.
El 27 de enero, Merlano, después de varias conversaciones con Juan Carlos Vega, mánager de Martín Elías, logra concertar la presentación de su artista que para ese entonces no quiso realizar contrato con otros empresarios, también sucreños, que lo estaban llamando para montarle competencia al concierto del Jueves Santos.
Optaron por la propuesta de Merlano porque era la persona que conocían y que tradicionalmente organizaba esa fiesta en la que ya él había estado en cuatro ocasiones.
El Lunes Santo, Merlano habla con Vega para decirle que las ventas del espectáculo musical no son las mejores, por lo que les tocaba ‘jugárselas’ con Martín Elías.
La propuesta no sentó bien, porque, según el mánager, a Martín ya no le gusta cerrar, pero su firmeza no duró mucho, 24 horas después aceptó.
La presentación del cantante estaba prevista para la 1:00 de la madrugada, confirmaron Merlano y Fredy Herazo, otro de los empresarios, y el mánager a EL HERALDO, pero ante la petición de ellos el artista, que consideraba la relación de los empresarios y él como un matrimonio, no hizo reparos.
Tampoco se negó a hacer la rebaja económica que los empresarios Guillermo Merlano, Fredy Herazo y José Andrade le pidieron a través de su mánager Juan Carlos Vega a las tres de la mañana del Viernes Santo cuando el espectáculo no estaba a reventar como históricamente sucedía.
“A raíz de que el evento iba muy regular yo desde el lunes empiezo a tener conversaciones con Juanka Vega para pedirle el favor de que corriera el horario de presentación y Martín Elías era un artista de consumo y nosotros debíamos acudir a eso. Estuvimos en conversaciones sobre eso y al final Martín accedió a que nos colaboráramos mutuamente”, manifestó Merlano.
Advierte Merlano que la mañana del Jueves Santo habló con Vega y entre lo conversado, le pregunta a qué horas llegan y el manejador le dice que él llega en la tarde, pero Martín lo hará en la noche porque está descansando en Cartagena con la familia y se va directamente en la madrugada para el toque.
En efecto Martín Elías se encontraba en Cartagena descansando con su esposa y sus hijos ‘Martincito' y 'La Puturri' (Paula Elena) bañándose en piscina y playa en un hotel que su mánager le buscó porque Martín quería descansar antes de presentarse en Coveñas.
El mánager llegó a las 3:00 de la mañana con la agrupación al lugar del concierto y se reúne con los tres socios del espectáculo y allí acuerdan la rebaja, que en efecto se produjo porque Martín Elías se la autorizó vía celular.
Era la primera vez que estos tres empresarios le hacían esa solicitud al artista dada las circunstancias en que estaba el concierto y que no eran ajenas al cantante porque en la madrugada, antes de salir de Cartagena, se lo preguntó a su mánager.
Martín estuvo a punto de decir que si el evento estaba malo entonces él no viajaba, pero Vega le recordó que ya tenía el anticipo de 30 millones de pesos, de los 50 que cobraron. Martín dijo: “dele ‘compa’ que hay que cumplir.
Fue así como Martín Elías arribó al lugar del espectáculo a las 5:45 de la mañana y 15 minutos después se subió a la tarima y empezó su espectáculo con ‘El Látigo’.
Su conductor no pudo ubicar la camioneta cerca de la tarima y por eso el cantante tuvo que caminar unos 50 metros, lo que le valió a sus fans para tomarse fotografías y también a Guillermo Merlano para saludarlo y agradecerle por la deferencia que había tenido con ellos.
Era tanto el cariño que Martín le profesaba a las personas y más a las que conocía que decide invitar a la tarima a Merlano, pero le advierte que cuidado y lo va a pisar que tiene sandalias.
Este aspecto, el de las sandalias que compró en Estados Unidos, era algo inusual en el artista, dice su mánager que recuerda haber visto a un Martín Elías ido cuando llegó al sitio de la presentación.
Otro aspecto que le llamó la atención a su mánager es que Martín le pidió unas canciones de su papá.
“Ese día llegó al concierto un poco ido al principio y decidió presentarse en sandalias, algo inusual en él, fueron unas sandalias al estilo de Carlos Vives, que compró en Estados Unidos y cantó varios temas de su papá que jamás había cantado en vivo como La suerte está echada, El culpable soy yo, fue algo muy raro y que me pidió incluyera en el telepromter, al igual que esos versos tan sentidos que le hizo a Diomedes, pareciera que supiera que iba a estar más cerca de su padre”.
Una hora y 10 minutos tardó la presentación de Martín Elías que al bajarse de la tarima levanta una de sus manos y dice “Guillo, nos vemos” al tiempo que la multitud sigue detrás de él, entre ellos unos vendedores de mecatos y los revendedores a los que les regala billetes de 50.000 pesos.
También busca a un niño que quiere tomarse una foto con él y para ese entonces ninguno de sus asistentes lo impidió, como solía ocurrir.
Martín antes de salir en su camioneta, que era escoltada por la de Rolando, la de su mánager y después el bus de su agrupación con unas 40 personas, habla con Juan Carlos Vega y le recuerda que el martes se ven en Bogotá para cumplir varios compromisos.
Sin embargo, esos planes se frustraron para siempre 20 minutos después cuando sufre un accidente a la altura del corregimiento Aguas Negras, en San Onofre, y debido a la gravedad de los golpes fallece a las 12:45 del mediodía en la clínica Santa María, en Sincelejo, centro de referencia al que ingresó a las 9:30 de la mañana como una urgencia vital.
“Yo fui el primero de enterarme de su fallecimiento junto a su esposa Dayana Jaimes, ‘Daya’ entró en shock y bueno salí a abrazar a Rolando y a los muchachos para darles la mala noticia. Luego llamé a Rafael Santos a Luis Ángel y posteriormente le dí la información a todos los medios de comunicación”, dijo su mánager.
El concierto no va más
A raíz de este desafortunado hecho han surgido muchos pronunciamientos y hasta ataques contra el conductor de Martín y contra los empresarios.
Y aunque el alcalde de Coveñas, Nilson Navaja, estuvo con gran parte de su gabinete y familia en el concierto salió a decir que no iba a dar más permisos para ese evento, los empresarios -y en especial Guillermo Merlano-, dijeron que ya habían decidido que para esa fecha no realizarían más este espectáculo musical.
“La fecha no tiene nada que ver con lo que le ocurrió a Martín. Ese es un evento que se realizó durante 13 años precisamente por el gran flujo de turistas que llega a esta parte del Golfo de Morrosquillo para esta fecha. Yo soy una persona muy creyente de Dios, pero hacer espectáculos de esta índole es nuestro trabajo y de eso dependen muchas familias, no solo la mía. Los mismos artistas que ya conocen del evento nos llamaban para que los tuviéramos en cuenta para esa presentación”, anotó Merlano Sanjuán.
Rechazó que tras lo sucedido se evidencie la doble moral de las personas para referirse al evento, por lo que se pregunta ¿Cuántos de esos críticos fueron a misa en Semana Santa?.
Merlano respeta, pero no comparte la decisión del alcalde de Coveñas que tuvo que esperar que ocurriera esta desgracia para tomar esa decisión, en tanto que en el 2016, cuando inició su mandato, sí dio permiso para ese evento.
“Nosotros los empresarios no vamos a seguir con ese evento para esa fecha, pero no lo hacemos por lo que dijo el alcalde porque si cumplimos con los requisitos de ley solicitamos el permiso y él sustentará la negativa de este”, anotó.
Una presentación especial
Aldemar Alfaro, abogado y representante legal de la agrupación 4:40 y quien también tuvo la oportunidad de saludarse con Martín Elías en ese concierto, catalogó esa presentación del artista como muy especial.
“Yo pude evidenciar que había un juego entre Martín y sus músicos. Él logró comprar unas crispetas y dárselas a los músicos y les dijo que se las llevaran a sus hijos. Creo que pagó 100.000 pesos por esas crispetas”, anota el reconocido abogado.
No pienso seguir con un proyecto denominado 'La gente de Martín', pienso que hay que hacer muy respetuoso ya que el nombre de nuestro cantante no se puede utilizar, pues es un derecho reservado de la familia. Rolando tiene la intención de hacer su proyecto aparte, y los primeros opcionados son nuestros músicos. Rolando me propuso que fuera el mánager, pero le he pedido un tiempo para dejar liquidado todo el tema de Martín, ya que yo era el que manejaba todo. Estoy entregando cuentas y devolviendo los anticipos que teníamos. Apenas salga de eso tomo una decisión.
Los planes artístico de Martín Elías para este año era consolidarse en todo el país. Anhelaba entrar al eje cafetero, donde muchas puertas se le cerraron. Ese era uno de sus grandes propósitos, y después del Festival Vallenato iba a grabar a dúo con el cantante de música popular Álzate. Tenía confianza en que el disco sería un 'palazo', que le abriría la puerta de entrada al eje.
Si pudiera hablar nuevamente con Martín le diría que muchas gracias por haberme dado la oportunidad de trabajar a su lado, y que siempre lo voy a llevar en mi corazón. También quiero que sepa que voy a cuidar mucho de su familia. Juan K. Vega.
Me había confesado que quería tener un hijo varón con Dayana, al cual ya le tenía nombre y padrino. Lo quería llamar Diomedes Antonio y el cantautor Wilfran Castillo sería el padrino. Esto lo hizo público el día de su matrimonio en noviembre del año pasado.
Para el lanzamiento de su nuevo disco tenía planeado presentarlo en la mañana en un canal de televisión en Bogotá, luego tomar un vuelo chárter para llegar al mediodía a Valledupar y compartir con sus seguidores. En vez de un carro de bomberos quería una carroza como de Carnaval de Barranquilla y recorrer Valledupar cantando.
A pesar de ser hijo de Diomedes logró crear su propio estilo y reconquistar a los seguidores del Cacique, que habían quedado huérfanos, así que con su muerte el vallenato también pierde otra figura.
