Con una misa y una ofrenda floral al lado del monumento a la memoria que está en las afueras de la Casa Cural del municipio de Chalán, la autoridad local, los miembros de la Policía y algunos habitantes de esta población recordaron en la mañana de este viernes a los 11 uniformados que hace 25 años perdieron la vía al estallar un burro-bomba.
El hecho, único en el actuar del otrora grupo armado ilegal, inmortalizó a este pueblo de los Montes de María en el que después, otra vez sin contemplación alguna, las Farc actuaron para asesinar en la plaza pública al entonces párroco José Luis Cárdenas Fernández.
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Este sacerdote, los 11 uniformados y las 74 víctimas más que dejó el conflicto armado con esa guerrilla, entre ellos también mujeres, tienen sus nombres impresos en esa placa de mármol que desde hace 4 años, bajo la tutoría del coronel Julio César Sánchez Molina, entonces comandante de la Policía en Sucre, fue ubicada en la plaza pública de Chalán y que también existe en otras poblaciones del departamento donde ocurrieron hechos similares, entre ellos Galeras y Los Palmitos.
El teniente coronel Carlos Tique Bonilla, subcomandante de la Policía Nacional en Sucre, estuvo en la misa de esta mañana en la Parroquia Inmaculada Concepción de María, en Chalán en la que también estuvo la alcaldesa Verónica Vanegas y algunos familiares de los fallecidos.
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El párroco Néstor De la Rosa Ruiz al conmemorar el martirio de los uniformados ocurrido el 12 de marzo de 1996 dijo que los uniformados entregaron sus vidas en defensa del pueblo y recalcó que ese peligro vive presente en todos los miembros de la Fuerza Pública que tienen el servicio a los demás como vocación.
En el ataque del burro bomba perdieron la vida el subintendente Fernando Luis Carrascal Mendoza, de 37 años y quien era el comandante de la Estación de Policía de Chalán, además de los 10 agentes José Ramírez Montes, Deider José Díaz Paternina, Jhonny Alexánder Julio Buelvas, Jesús Restrepo Mendoza, Heberto Fernández Rodríguez, José Rufino Alvarado Guillén, Néstor Marriaga Hernández, Darío de Jesús Giraldo García, Aristides Barrios Álvarez y Samuel Díaz Julio.
La voz de una viuda
Alcira Ruiz, la esposa del entonces comandante y quien preside una fundación que agremia a viudas y demás víctimas del conflicto que pertenecen a la Policía Nacional, recordó el hecho trágico que hace 25 años cambió su vida y la de sus 3 hijos que para la época de los hechos tenían 8, 7 y 6 años respectivamente.
Recordó la mujer, que no pudo contener las lágrimas y el dolor, que aquel 12 de marzo de 1996 era martes y por la noche, cuando la guerrilla de las Farc estaba actuando, en su casa una puerta se cerró fuerte sin que nadie lo hiciera y escuchó que los vasos se habían caído y roto, pero al ir a ver no había nada. Pudo conciliar el sueño, aunque intranquila, y a las 6:30 de la mañana del día siguiente despachó a sus muchachos para el colegio.
'El bus los recogió en la puerta de mi casa, para ese entonces yo vivía en La Selva. Ellos se fueron como si nada y yo prendí el equipo de sonido con las noticias de RCN cuando Juan Gossaín salió con el extra. Era algo que paralizaba, la musiquita del extra nos hacía detener y fue allí cuando dijo que un burro bomba había estallado en la estación de policía de Chalán y había matado a todos los policía, eso lo repetía una y otra vez y yo inmóvil, pero de un momento a otro grité muy duro y llegaron mis vecinos', narró Alcira, la mujer que hoy se duele de toda la inseguridad que sigue azotando al país y que toca a las familias de los policías.
Asegura que la muerte de su esposo Fernando Luis Carrascal Mendoza, nativo de Momil (Córdoba), cambió todo, ella se enfermó, pero tuvo fuerzas para sacar adelante a sus muchachos, y uno de ellos siguió los pasos de sus padres: hoy es policía.
Dijo además que el cruel atentado del burro bomba fue antecedido por el hostigamiento del 28 de febrero de 1996 en el que masacraron a los perros e hirieron a la mujer que le lavaba la ropa a los uniformados.





















