'De aumento y de lejos, a 3.000 y a 5.000 pesos, llévese sus gafas'. Este es el grito de batalla con el que Germán Castillo, conocido como ‘El Paye’, se gana la vida hace 50 años en el Mercado de Barranquilla.
En una pequeña carretilla ubica dos láminas de icopor en las que incrusta todas las monturas. Gafas de aumento y de sol son ofertadas por este habitante del barrio El Bosque, que entre las 8:00 a.m. y las 4:00 p.m., se planta en la Calle de las Telas (calle 32 con carrera 44). Una toalla blanca con rayas azules le sirve para limpiar cada lente mientras tararea una canción. Es delgado y en su cabeza las canas son dominantes.
'Todo entra por los ojos, así que hay que sacarles brillo, este es un negocio humilde, pero bastante aseado', explica el moreno de 59 años, que goza del cariño de los trabajadores que laboran en el Mercado de la capital atlanticense.
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Sus esfuerzos durante medio siglo hoy le permiten recoger frutos como el grado de Alexis, el segundo de sus siete hijos, que acaba de convertirse en abogado especializado en Derecho Constitucional.
Su historia se hizo viral, luego que Alexis se fuera con toga y birrete hasta su puesto de ventas (el pasado viernes 17 de diciembre), para celebrar y agradecerle a su padre toda su entrega.
EL HERALDO visitó a ‘El Paye’ para conocer parte de su historia. Inicia contando que su madre lo llamó así por ser el consentido de todos.
Sentado en un banco de madera comienza a alegrar el sector con sus bromas. '¿Hey, y que te vas a casar?', le grita a un carretillero que transporta guineos verdes. Este le contesta: —claro, el sábado—.
Los que lo conocen, como ese carretillero, saben que es tomador de pelo.
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'Desde que mi hijo trajo sus diplomas al Mercado, vendo muchas gafas, la gente viene y me felicita por todo el esfuerzo, me siento orgulloso porque considero que ya Alexis pagó la crianza que le di. Él está enfocado en demostrarles a los jóvenes que sí se puede triunfar por el camino del bien. Tengo otro hijo que estaba estudiando para ser técnico farmaceuta y dejó la carrera tirada, esto debe inspirarlo a seguir su lucha, al igual que los pelaos de La Chinita, El Ferry, de Soledad. Todos deben graduarse, esa es una de las mayores alegrías que le pueden dar a sus padres', dice ‘El Paye’ bajo la sombra que le proporciona un paraguas rojo y azul que lleva siempre en su carretilla.
El camino al éxito ha sido largo y duro. Confiesa que los momentos más duros los vivieron en sus correrías por los municipios, donde salía con tres de sus hijos a vender gafas.
'Una vez estaba con Alexis en Plato, Magdalena, cayó un aguacero y nadie nos compró gafas, por lo que mi hijo se puso a recoger latas de cerveza y con eso nos bandeamos. Él siempre ha sido recursivo, incluso agarraba los cartones y dormíamos sobre ellos para no pagar hotel. Esa vez, de regreso nos accidentamos, a Alexis se le partió la clavícula. Quedó vivo de milagro'.
Alexis, que hace un año y ocho meses fue elegido como edil de la Localidad Suroccidente, resalta que también han vivido momentos de felicidad alrededor de la venta de las gafas (oficio que ejerció hasta hace tres años).
'En Carnaval ¿quién no compra gafas pa’ ese solazo?, así que acompañábamos a mi papá, me iba con mis hermano con seis láminas de icopor cargadas de gafas y ‘volaban’, luego disfrutábamos de los desfiles de la Vía 40, son jornadas que jamás olvido'.
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'Si dejo de trabajar me enfermo'
Germán sostiene que vender gafas se convirtió en su mejor terapia y pese a que sus hijos lo ayudan económicamente, él prefiere mantenerse activo.
'Seguiré vendiendo gafas todos los días porque si me quedo en casa me enfermo, se me sube la presión y me la paso aburrido. En cambio aquí la vacilo, esto es una terapia para mí, le mamo gallo a la gente y me hago mi platica'.
A diario obtiene ganancias que oscilan entre los 30 y los 40 mil pesos. 'El mejor consejo que le doy a los jóvenes es que trabajen, que nunca cambien el modo de ser y vivan orgullosos de sus raíces', recomendó ‘El Paye’.
Alexis, que el año entrante realizará un doctorado en Educación en la Universidad Nacional del Rosario de Argentina, cuenta que su padre lo ayudó mucho con el dinero para desplazarse hasta la Universidad Americana.
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'Cuando le iba bien me ayudaba con plata para las fotocopias y para hacer los trabajos. Gracias a Dios estudié becado a través de la Fundación World Vision Internacional, pero mi viejo fue un complemento clave. Por eso es que a mí no me da pena decir que soy hijo de un vendedor de gafas, tampoco que vendí gafas en los pueblos, yo me levanté a pulso y vivo orgulloso de lo que soy'.
Cuenta que en su barrio vivió rodeado de muchas tentaciones y que incluso llegó a participar en algunas peleas cazadas por la pandilla Los Gama Alta, pero una pedrada en la frente lo puso a pensar.
'Son vainas que se le dan a uno de pelao, pero el mismo Dios me apartó del mal con ese peñonazo que me dieron y santo remedio, decidí que estudiar y servir a la sociedad sería lo mío'.
Proyectos sociales
Alexis Castillo Jiménez, de 32 años, hijo de Beatriz Jiménez, fue quien motivó al COO de Tecnoglass, Christian Daes, a entregar yuca, ñame y guineo verde durante el confinamiento.
'Él me vio entregando guineos verdes en El Bosque y se sumó con una botella de aceite. Ahora me está respaldando en otros proyectos, ya construí un Centro jurídico Comunitario en mi barrio y en febrero inauguraremos el Instituto Técnico Colombiano, que otorgará becas a 500 jóvenes en programas como Auxiliar Contable, Técnico operario en Montacargas, Auxiliar Administrativo, entre otros. De ahí saldrán a laborar con la Sociedad Portuaria, Monómeros y Tecnoglass', detalló Alexis mientras era saludado por transeúntes que lo felicitaban por sus títulos.
Inspirando a los demás
Gustavo Cantillo, trabajador de uno de los almacenes de telas que están en la calle donde ‘El Paye’ ubica su carretilla ‘engafada’, reconoce el esfuerzo del barranquillero y lo pone de ejemplo.
'El Paye es de admirar, logró que su hijo se convirtiera en abogado con una especialización y sé que seguramente irá por más. Ellos vienen de un barrio con muchas problemáticas sociales, así que es de aplaudir estos logros'.
Luisa Herazo, una joven universitaria que transitaba por la Calle de las Telas, reconoció a Alexis y a su padre tras haber visto el video en redes sociales.
'Su historia me pareció inspiradora, vine a comprar unas gafas, se ve que el papá lo ayudó mucho para que hoy sea abogado. Lo felicito porque tiene un padre luchador y porque no le da pena decir que trabaja en el Mercado'.




















