
La naciente Asociación Colombiana de Ciudades Capitales pidió al presidente Juan Manuel Santos intervenir en aspectos como la salud, las finanzas gubernamentales, el sistema de regalías, la pobreza y la desigualdad social.
En la que denominaron Declaración de Santa Marta, los mandatarios plasmaron las conclusiones de días de trabajo que entregaron al Ejecutivo Nacional.
Los gobernantes recuerdan que las ciudades del siglo XXI son escenarios locales de un mundo globalizado en los que se definen aspectos claves de justicia y equidad, seguridad, adaptación al cambio climático, superación de la segregación social y gobernabilidad.
Sostienen que estos desafíos exigen un nuevo marco institucional, otros niveles de interlocución y la creación de sinergias interurbanas.
Los alcaldes capitalinos solicitan que, de manera inmediata, se tomen acciones para superar la situación crítica que impacta a los colombianos y se respalde una iniciativa legislativa que logre la reforma estructural y de fondo que requiere el Sistema de Salud.
Precisan que la Asociación presentará los principios mínimos que debe contener el proyecto de ley a discutir en el Congreso de la República.
También, piden revisar los indicadores de reparto de los sistemas general de participaciones y regalías; mayor flexibilidad en los sistemas de catastro; sostener las fuentes de recursos tributarios municipales, sin propiciar su traslado a otros entes administrativos, y adoptar un estatuto de capitalidad para las ciudades capitales.
Sugieren —además— transformar la naturaleza del impuesto de vehículos, incluyendo facturas de contaminación y la proporción de reparto entre departamentos y municipios.
La Asociación Colombiana de Ciudades Capitales plantea la necesidad de establecer parámetros diferenciales para la asignación proporcional, de acuerdo a la población, de recursos para los fondos de compensación regional y de inversión. Alerta que los mecanismos definidos para la asignación de los recursos establecidos en la nueva ley y sus decretos reglamentarios, golpean fuertemente a las capitales, por lo que se evidencia que más de la mitad de la población concentrada en estas urbes se quedaría sin inversión.
Por Agustín Iguarán González





















