Una joven estadounidense, conocida como Fossat en su cuenta de TikTok, ha conmovido a millones de cibernautas al compartir su historia en un video viral que ya supera los dos millones de reproducciones.
Critican a Omar Murillo y Koral Costa por caminar en toalla por las calles de España
Nació la hermanita de Peppa Pig: se llama Evie
En el relato, la joven explica cómo durante años ignoró señales alarmantes de su salud, las cuales fueron erróneamente atribuidas a ansiedad por parte de los médicos.
Desde pequeña, Fossat experimentaba vómitos frecuentes, hasta varias veces por semana, un síntoma que terminó siendo minimizado tanto por su entorno familiar como por los profesionales de la salud.

“Era normal para mí vomitar al menos una vez a la semana, si no todos los días. Mi familia hasta bromeaba con eso. Los doctores decían que era solo ansiedad”, contó.
Sin embargo, el verdadero origen de estos episodios se reveló mucho tiempo después, un tumor cerebral estaba presionando el tronco encefálico, lo que le provocaba las náuseas constantes. Pero los vómitos no eran el único síntoma.
Fossat también comenzó a sentir un agotamiento extremo que se intensificaba con el paso del día. “Tenía que dormir siestas de varias horas para poder funcionar, ya fuera en el colegio o en el trabajo”, explicó. A esto se sumaron fuertes dolores de cabeza, mareos frecuentes y una sensación de adormecimiento en distintas partes del cuerpo, que inicialmente atribuyó a mala circulación.

No fue hasta junio de 2024, tras un accidente de tránsito por el que le realizaron varios estudios, que finalmente recibió el diagnóstico, tenía cáncer cerebral.
De acuerdo con la Clínica Mayo, el cáncer cerebral se produce cuando las células del cerebro comienzan a crecer de manera anormal, formando tumores que pueden ser benignos o malignos.
Cerca de 1.000 personas estarán a cargo de la seguridad en el ‘Festival Silvestrista’
El diagnóstico suele incluir una evaluación neurológica, pruebas de imagen como la resonancia magnética o la tomografía computarizada, y en ocasiones, una biopsia para determinar la naturaleza del tumor.
“Sentí que nadie me tomaba en serio”, concluyó. Ahora, su testimonio sirve como una advertencia sobre la importancia de prestar atención a los síntomas persistentes y de exigir estudios más profundos cuando algo no se siente bien.