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Política

Los ajustes en materia fiscal y tributos

Según Fundesarrollo, la ciudad se convirtió en la segunda con mayor recaudo por persona , pero la próxima administración encontrará recursos comprometidos.

A partir de 2008, según la Fundación para el Desarrollo del Caribe (Fundesarrollo), Barranquilla empezó un camino de recuperación institucional, específicamente en soberanía tributaria, saneamiento financiero, recuperación de la capacidad de ahorro y de inversión. 

No obstante, aunque el manejo de las finanzas ha estado dentro de los estándares establecidos por la ley, quien asuma la próxima administración del Distrito encontrará vigencias futuras comprometidas, tal como se muestra en un estudio realizado por Fundesarrollo.

De acuerdo con el informe, el saldo de la deuda de la ciudad, a corte de 2018, alcanzó la suma de $1,1 billones, una cifra aproximadamente 175% mayor que la deuda que tenía el Distrito en 2010, cuando la deuda estaba en $415 mil millones.

El informe cita, además, que el cupo de endeudamiento para el próximo alcalde estaría reducido. 

Por lo que Fundesarrollo recomienda al Distrito explorar nuevas alternativas de financiación para las inversiones prioritarias, como recursos de cofinanciación y bonos de deuda pública.

Así mismo, sostiene que uno de los retos que tiene la Alcaldía de Barranquilla es moderar los compromisos de vigencias futuras. 

Pese a ello, la misma entidad resalta algunos logros, como la duplicación del recaudo de los ingresos tributarios, que en 2018 sumaron $1,1 billones, lo que permitió que la ciudad se ubicara como la segunda con mayor recaudo por persona, después de Bogotá.

“En los próximos cuatro años no se cobrará valorización”: Jaime Pumarejo

En 2007, la ciudad estaba en Ley 550 y debía a los bancos el doble de sus ingresos. Nadie confiaba en la Administración Distrital, ni el sector financiero, ni la ciudadanía. Después de 12 años la historia cambió. La deuda en 2007 representaba 204% de los ingresos totales y hoy apenas representa el 35% de los ingresos totales. Se sanearon las finanzas públicas, salimos de la Ley 550 y se recuperó la confianza de la Nación y de los barranquilleros. Hoy somos la ciudad capital del país con mayor inversión pública per capita con 2.3 millones por habitante. Tenemos calificación AAA de acuerdo a calificadoras de riesgo como Fitch Ratings y contamos con calificación internacional. Es decir, de acuerdo al sistema financiero, tenemos la calificación más alta de confianza respecto al pago de las deudas. Esto ha permitido lograr la mayor reducción de pobreza a nivel nacional, tener la segunda ciudad con mayor reducción de desigualdad en el país y lograr el mayor aumento del empleo de las ciudades capitales.

El reto en estos próximos cuatro años es continuar brindándole confianza al ciudadano como contribuyente para que siga viendo que sus impuestos se están invirtiendo eficientemente en la ciudad. Debemos seguir generando confianza en el Gobierno Nacional para recibir más recursos de cofinanciación que se inviertan en la calidad de vida de la gente. Respecto al sector financiero, honraremos los compromisos adquiridos para mantener la calificación AAA. En estos próximos 4 años no se va a requerir de recursos por cobro de valorización. A través de programas de cultura ciudadana buscaremos y fortaleceremos el sentido de pertenencia de los ciudadanos para lograr el pago oportuno de sus impuestos. Vamos a continuar implementando herramientas tecnológicas para invertir de manera más eficiente los recursos públicos.

“Revisaremos los contratos de concesión existentes”: Antonio Bohórquez

Según lo dictado por la ley 358 de 1997 y debido a que la sostenibilidad en este año está cercana al límite del 80% y por ello el cupo de endeudamiento para el próximo gobierno estaría reducido, aunado al billonario endeudamiento que hoy tiene el Distrito, urge actuar con responsabilidad fiscal y aplicar serias medidas, incluyendo las de austeridad en ciertos gastos así: Incrementar los recaudos del predial, a través de descuentos superiores a los hoy existentes que están por el orden del 10%.

Revisión jurídica de los contratos de concesión existentes, en procura de darles por terminado o en su defecto renegociarles, a fin de que ingresen nuevos recursos a las arcas públicas distritales.

Ante las imprecisiones no aclaradas por la actual Alcaldía Distrital, adelantar un estudio serio para conocer el número real de predios existentes, e igualmente, detallar cuáles establecimientos no están pagando regularmente las sumas que les corresponde, para que cumplan su deber de tributar según los principios constitucionales.

Atender los procesos litigiosos contra el Distrito, ajustando el porcentaje de los ingresos tributarios, hoy no superior al 12%, en el Fondo de Contingencias.

Por otra parte, haremos lo que jurídicamente corresponda para recuperar las acciones que fueron irregularmente despojadas al Distrito dentro de la Triple A, con lo que obtendríamos recursos para las obras que adelantaremos, sin tener que recurrir al cobro de una nueva contribución de valorización, ni al aumento del impuesto predial. Igualmente devolveremos –mediante los mecanismos de ley– los dineros que hayan sido cobrados con violación del ordenamiento jurídico y de los derechos de los ciudadanos.

“Pondremos en funcionamiento el fondo de desarrollo local”: Rafael Sánchez Anillo

Manejaré con transparencia y ética los recursos fiscales, ya que estos pertenecen a la ciudadanía que los aporta desde el pago de los diferentes tributos por ley y acuerdos.

Rendiré públicamente informes financieros de  los recaudos y gastos del presupuesto, tres veces al año, respectivamente. A los funcionarios públicos que  sean ejecutores de gastos les exigiré la declaración de renta al iniciar y finalizar sus funciones como funcionarios.

Pondré en funcionamiento el Fondo de Desarrollo Local, correspondiente al 10% de los ingresos de libre destinación del Distrito de Barranquilla, para que las localidades se desarrollen socialmente con sus proyectos y programas pertinentes.

Convocaré a los diferentes actores sociales, económicos y políticos, para la elaboración del presupuesto participativo, que permita construir el  bienestar social y económico de las comunidades y poder  garantizar una ciudad sostenible.

Revisaré el Estatuto Tributario del Distrito de Barranquilla en unión de empresarios e industriales, para convocar a la reindustrialización de nuestra ciudad, y evitar el traslado y cierre de empresas e industrias, que ha llevado a nuestra urbe a una informalidad por encima del 60%.

Garantizaré sagradamente la no expropiación de bienes inmuebles, desde la persuasión y acuerdos con los contribuyentes; es decir, en mi gobierno se prohíbe el secuestro, embargo y remates a bienes  de los barranquilleros.

Como administrador de la ciudad, no realizaré un nuevo estudio de avalúo catastral, teniendo en cuenta que en los últimos 10 años se han desarrollado alrededor de tres (3), el cual ha permitido el aumento del impuesto  predial en más del 200%, en la mayoría de los inmuebles.

“Bajaremos la pesada carga tributaria de los barranquilleros”: Diógenes Rosero

Barranquilla no puede continuar creciendo en impuestos y en deuda pública. Una ciudad sostenible incluye el mantenimiento de sus finanzas sanas. Por eso, el manejo financiero del distrito será totalmente transparente para que haya muchos ojos ciudadanos velando por el correcto uso de los recursos públicos.

Haremos rendiciones de cuentas reales, de esta manera aseguramos la transparencia, generamos confianza y fomentamos el ahorro; también garantizaremos la rendición de cuentas por parte de empresas de economía mixta donde el Distrito tenga participación, algo que hoy no sucede. Facilitaremos el trabajo a las veedurías ciudadanas implementando políticas de Gobierno Abierto bajo la premisa de que los recursos públicos son sagrados. Garantizaré la estabilidad fiscal, que hoy está en alto riesgo por el elevado endeudamiento del Distrito que ya alcanzó el 80%, el máximo permitido por la ley. Esto sumado a las vigencias futuras comprometidas nos dejan con la necesidad de buscar alternativas de financiación para los proyectos, como el cobro efectivo de la plusvalía urbana (que no se está haciendo en obras como el Malecón del Río) y la cooperación internacional. Así aseguramos el mantenimiento de la capacidad de endeudamiento. Revisaremos el estatuto tributario de la ciudad, para garantizar la tributación competitiva y justa, flexibilizando el cobro de algunos impuestos para los nuevos emprendimientos. Promoveré una casilla de pago adicional y voluntario en los impuestos predial y de industria y comercio, en la cual los barranquilleros tendrán el derecho a decidir a cuáles de los proyectos del plan de desarrollo desean destinar sus aportes. No incrementaremos más los avalúos del catastro, estos han sido actualizados tres veces en los últimos 10 años, aumentándose en un 230%. 

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