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La Guajira

Secuestrado en La Guajira se les fugó a sus raptores

El hombre narró a su esposa que aprovechó un descuido de los delincuentes y huyó buscando su libertad durante la tarde del miércoles.

Luis Rafael Gómez Gutiérrez, el ganadero de 54 años secuestrado la tarde del lunes en Papayal, corregimiento del municipio de Barrancas, en el sur de La Guajira,  logró regresar sano y salvo a su casa gracias a que pudo aprovechar un descuido de los delincuentes la tarde del miércoles y arriesgándolo todo, corrió por su vida y por la libertad.

El hombre que se dedica además a actividades de transporte y servicio de alquiler de buldócer, narró  a su esposa, Diana Gómez, que fueron largas jornadas en las que la incertidumbre lo invadió, pero siempre estuvo pendiente de volver sano al hogar.

“Le agradezco a todas las autoridades y a la comunidad las manifestaciones de solidaridad y los afanes que tuvieron para rescatarme, indicó desde su casa al regreso en la mañana del jueves.

El lunes, cuando los delincuentes llegaron a Papayal y se lo llevaron, lo hicieron subir a su propio vehículo, un Terios con placa de Venezuela, pero ese no fue el único carro utilizado por los sujetos para transportar a la víctima.  Fueron usados otros vehículos hasta ponerlo en una zona apartada de los centros urbanos, de donde iniciaron las caminatas.

Lo trasladaron en varios carros

La esposa de Gómez dijo además que no fue agredido ni  física ni verbalmente y que cada vez que necesitaba agua o alimento se lo entregaban y que no lo amarraron con sogas o cadenas.

Durante el día, los captores no estaban a su lado, sino que se metían a los rastrojos desde donde lo vigilaban. Cuando requería algún apoyo lo pedía y se lo concedían.

Gómez confesó que el miércoles hacia las 2:30 de la tarde, llamó a sus plagiarios para pedir algo, pero no le respondieron, que volvió a dirigirse a ellos, pero seguían silenciosos. Declaró que lo hizo varias veces y cuando estuvo casi seguro que algo estaba pasando con sus plagiarios, entendió que Dios le estaba dando una oportunidad de vida e inició un descenso desde el sitio donde se encontraba. 

Emocionada, narró que cuando su esposo vio la libertad cerca, trotó y caminó muy rápido hasta que estuvo lejos del sitio donde lo mantenían.

Llamó a los vigilantes y no hubo respuesta

Para entonces ya las sombras de la noche del miércoles habían caído sobre el sitio y pensó que lo más prudente era esconderse en un matojo donde no fuera descubierto con facilidad.

Luis Rafael le contó que ya acurrucado entre el monte empezó a sentir las voces y las pisadas de quienes lo buscaban con ayuda de una linterna.

Aseguró que esas personas pasaron a muy corta distancia del sitio donde permaneció acurrucado casi sin respirar. El peligro pasó, pero siguió oculto y con las primeras luces de la madrugada, optó por continuar su camino sin detenerse, hasta las 6 a.m. cuando se encontró con un  agricultor conocido en la región, quien además de alegrarse por verlo libre, lo condujo hasta su casa en Papayal.

No recibió llamadas

 

Diana de Gómez dijo que aunque Luis Rafael había entregado el número del teléfono de su esposa, los delincuentes no alcanzaron a exigirle dinero por su liberación.

La Policía de La Guajira indicó que los secuestradores sintieron la presión por el Plan Candado que adelantaron junto al Gaula el grupo Antisecuestro y Antiextorsión, la Seccional de Investigación Criminal, entre otros, para evitar que se lo llevaran a Venezuela.

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