El asesinato de un comerciante en el barrio Las Flores, la tarde del pasado domingo, hizo que uniformados de la Sijín, Sipol, CTI y de la patrulla del cuadrante llegaran a la zona del crimen de forma inmediata. Una hora después del ataque, los investigadores ya tenían sobre la mesa las diferentes hipótesis que podrían haber desencadenado el homicidio.
El arma con silenciador utilizada para cometer el asesinato, llenó de incertidumbre a los vecinos de la zona, pues aseguraron que no escucharon ninguna detonación que los pudiera alertar del crimen que se registró en ese sector del noroccidente de Barranquilla, específicamente en la calle 106 con carrera 87.
Julio César Polanía Martínez, de 53 años, recibió un impacto de bala en la zona axilar del lado izquierdo de su cuerpo. Un hombre que descendió de un vehículo Kia Picanto, de color gris y de placas GAV-548, ingresó hasta el restaurante ‘El Malecón de Las Flores’, del cual la víctima era propietario, y le disparó.
'Ellos llegaron como unos clientes más, por eso no levantaron ninguna sospecha; además, que el disparo ni se sintió', contó un testigo del barrio, quien señaló que la víctima fue llevada al PASO Las Flores por sus familiares, pero ingresó sin signos vitales.
A medida que avanzan las investigaciones preliminares varios datos van saliendo a la luz.
EL HERALDO conoció que el vehículo donde se movilizaron los homicidas había sido alquilado en Bogotá y que en realidad fueron cuatro las personas que lo ocupaban.
'Dos de los hombres se quedaron dentro del vehículo y otros dos se bajaron; uno fue el campanero y otro fue el que disparó el arma', dijo una fuente judicial ligada a la investigación. Añadió que Polanía había sido víctima en el pasado de cinco atentados más en Barranquilla.
Tras cometer el crimen, los hombres huyeron en el vehículo por la Vía 40. Las cámaras de seguridad de esa arteria vial están siendo analizadas.