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A las 12:05 a.m. de este sábado falleció José Ricardo Soto López, víctima el 23 de mayo anterior de presunta negligencia médica y policial en el municipio de Puerto Colombia.

El estudiante de derecho, de 22 años, permanecía en coma desde la tarde de ese sábado en la Clínica General del Norte, a donde fue remitido del hospital de la población de la banda costera del Atlántico.

Soto completaba ayer 13 días en estado de coma en la unidad de cuidados intensivos de la clínica.

Por haber una indagación penal abierta, el cuerpo del universitario fue trasladado a Medicina Legal, donde se practicará la necropsia. El caso está a cargo de la Fiscalía 22 de la URI.

Fuentes consultadas por EL HERALDO indicaron que las autoridades devolverán el cadáver de Soto a sus familiares en horas de la tarde de hoy.

La velación y el sepelio de Soto se realizarán en el cementerio Jardines de la Eternidad.

Todo inició con un video

Un video de 14 minutos revelado el pasado martes dos de junio por el diario El Espectador en su portal web muestra el actuar de dos agentes de policía y la desatención en el Hospital de Puerto Colombia a donde llegó en malas condiciones de salud.

En el video se ve cómo dos policías llegan a la 1:18 de la tarde del sábado al centro asistencial, junto con Soto en medio de ambos, a bordo de una moto patrulla. Al frenar el vehículo, se observa que el universitario cae al suelo.

Sentado en el pavimento, José Ricardo se arrastra hacia atrás con ayuda de sus manos, hasta que los policías lo levantan e ingresan al Hospital. En ese momento, a 15 segundos de la 1:19, aparece Ángelo Conti, amigo de infancia de Soto.

A los pocos segundos arriba una camioneta Toyota Hilux, color gris. Como copiloto desciende un hombre grueso, vestido de camisa blanca con estampado en el pecho, bermuda negra y chancletas. Y como conductor se baja otro de contextura similar, vestido de camisa azul, bluejeans y zapatos oscuros, identificado por las autoridades como Jaime Villareal. Ambos también entran al hospital.

Una cámara interna del puesto de atención médica muestra que enfermeros, enfermeras y pacientes presencian la entrada de los policías con el joven, quien vestía camiseta blanca de cuello, pantalón café y zapatos oscuros.

Soto caminaba de espaldas, tropieza a un hombre sentado en una silla y él se recuesta a dos puestos de este. Después ingresan los uniformados, Conti y los dos ocupantes de la camioneta.

En los dos minutos siguientes –1:20 a 1:22–, Conti permanece sentado al lado de Soto, mientras los dos hombres gruesos conversan con los policías frente al hospital.

Por lo que muestra el video, los dos sujetos convencen a los uniformados de llevarse a José Ricardo.

Una vez el conductor Jaime Villareal regresa a la Hilux y la mueve unos metros para no obstaculizar más el acceso, Conti toma del brazo izquierdo a Soto y se lo lleva hacia la camioneta. A la 1:23, los policías se van el centro de salud.

La cámara externa del hospital grabó a la 1:27 el retorno de la Toyota. Previo a que la puerta del copiloto se abriera, transcurrieron 10 segundos y, en un momento, la camioneta se bambolea como si dentro hubiese una pelea.

Al descender del vehículo, el copiloto –camisa blanca con estampado– abre la puerta trasera derecha y, al percatarse de que Soto forcejeaba con Conti y se resistía, le hace una llave en el cuello y lo saca a la fuerza. Conti se baja luego con tranquilidad y entra al centro asistencial.

La cámara interna muestra que el copiloto lanza bruscamente a Soto al suelo y retorna a la Toyota, ante la mirada otra vez de enfermeros, enfermeras, un médico y pacientes. Luego aparece Conti, quien le estira su mano a Soto, pero poco esfuerzo hace por levantarlo.

En el piso, el universitario mueve sus piernas y también la cabeza de lado a lado. En un instante se aferra a la pierna izquierda de Conti, pero este se suelta e intenta cargarlo para sentarlo en una de las bancas. Soto, empero, cae de nuevo al piso y se abraza a uno de los asientos.

Transcurre minuto y medio sin que el médico o los enfermeros le brindaran atención. El galeno –vestía uniforme rojo– se va por un pasillo y no regresa, de hecho. Al marcar la 1:30, una enfermera que sale a ver qué ocurría, cruza unas palabras con Conti.

El amigo de infancia de Soto lo levantó entonces con ayuda de un hombre y lo llevan a una camilla.