El procurador Víctor Salcedo cuando abandonaba ayer la sala de la audiencia.Argumentando amenazas veladas en su contra, Víctor Salcedo, procurador judicial delegado en el proceso penal por el cambiazo de dos millones de dólares decomisados del narcotráfico, en noviembre de 2009, pidió al Tribunal Superior de Córdoba radicación el caso en otro distrito tras considerar que su vida corre peligro.
Tal solicitud fue planteada por Salcedo en el marco de la audiencia acusatoria, ante el magistrado Víctor Diz, realizada ayer en el piso sexto del Palacio de Justicia de Montería. La determinación deberá tomarla la sala de casación penal de la Corte Suprema.
Se trata del caso de la investigación que cursa en contra de la fiscal novena local, Rita Muentes, por el presunto delito de peculado por apropiación, tras haber, supuestamente, cambiado 20.001 billetes de a dólar por fotocopias.
Las amenazas, según el relato del Procurador, empezaron el 2 de diciembre tras el fracaso de una audiencia preparatoria en la que un abogado, que estaba dentro del público, le advirtió que si conceptuaba contra la fiscal sería enemigo público de los servidores judiciales.
Después recibió varias llamadas de personajes judiciales de Montería y Córdoba que le manifestaban satisfacción cuando contestaba el teléfono porque desmentían su asesinato.
“Mi supuesto homicidio fue un chisme que surgió desde las más altas esferas de este Departamento. En esos días, según pude investigar, no mataron a ninguna persona con mis características”, precisó el funcionario.
Dijo que tuvo que redoblar su esquema de seguridad y, por primera vez en su vida, se compró una pistola para defenderse y no dejarse intimidar.
Alberto Ramírez, el fiscal que lleva el caso en contra de su colega Rita Muentes, respaldó la solicitud del Procurador.
El abogado de la fiscal cuestionada, Guillermo Álvarez, solicitó a la Fiscalía acceder a los dólares falsos en custodia para fotocopiarlos y comparar los billetes verdaderos que se incautaron el 2 de noviembre de 2009 en Ayapel, y que posteriormente fueron guardados en el Banco de la República.
Álvarez busca establecer el tiempo que tarda una persona en fotocopiar 20.001 billetes para precisar si ese mismo procedimiento pudo haberlo realizado su defendida en dos horas, tal como se le está sindicando.
