Este lunes 29 de septiembre se confirmó el deceso de Rafael Eduardo De Alba Fontalvo, la víctima fatal número 13 que deja la emergencia sanitaria que se desató el pasado martes 23 de septiembre en el sector de El Boliche, en el Centro de Barranquilla, cuando un grupo de personas bebió alcohol metílico o metanol mezclado con agua para emborracharse.
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De Alba Fontalvo, de 75 años de edad, fue una de las personas que ingresó al día siguiente de reportada la situación y cuando ya habían contabilizadas víctimas fatales y afectados.
El día miércoles 24 de septiembre, María del Carmen Ramírez, pareja de Rafael De Alba, reconoció en diálogo con EL HERALDO que este fue trasladado en un carricoche hasta las instalaciones del Nuevo Hospital Barranquilla.
“Lo trajeron en un carricoche porque estaba mal, vomitando, amarillo y temblando. Desde ayer (martes) estaba tomando cuando terminó de trabajar. Él es mecánico y tiene rato consumiendo ese trago, lo compra todos los días ahí en la placita del Boliche”, aseguró Ramírez, presente en la sede del centro asistencial en mención.
Así mismo, en ese momento la mujer estableció que dentro del hospital le dijeron que Rafael “estaba mal y tenía la vista borrosa”.
Este fin de semana la Procuraduría General de la Nación solicitó medidas inmediatas a las secretarias de Gobierno y Salud, tras las intoxicaciones registradas en la ciudad de Barranquilla por el consumo de un aparente licor adulterado que era distribuido en botellas de agua.
El ente de control pidió a las autoridades locales informes detallados sobre los controles realizados y las medidas adoptadas para enfrentar la emergencia, así como las acciones encaminadas a identificar y judicializar a los responsables con el propósito de frenar la producción y comercialización de estas bebidas ilegales.
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La Procuraduría también exigió reportes sobre la vigilancia a los establecimientos abiertos al público, los decomisos en puntos de venta de alcohol y las campañas de prevención dirigidas a la ciudadanía para advertir sobre los riesgos y evitar nuevas víctimas.
Finalmente, propuso la instalación de un Puesto de Mando Unificado, que articule a las diferentes entidades, con el objetivo de diseñar estrategias conjuntas para proteger la vida y la salud de los barranquilleros.