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Mily ya no habla. Hace tres años solo responde con la mirada. Sigue siendo ella, pero gran parte de su ser se marchó aquella tarde del 10 de marzo de 2018 cuando el hombre que amaba tomó una escopeta artesanal y le disparó en la cabeza.

A pesar de que es fuerte, el dolor aún vive en ella. Por ratos sonríe y vuelve a utilizar su celular, el cual se ha convertido en su aliado. Sentada en una silla de plástico al lado de un camarote que comparte con su hermana mayor, repite una y otra vez el juego que tiene guardado en el móvil. Cuando su mamá le habla, responde alzando la mirada y haciendo gestos con los ojos, la cabeza y los brazos.

Fue tanto el daño que hicieron los perdigones que con parte del cerebro de Mily se fue la antigua vida de los Bracamonte Herrera.

Radiante y hermosa

Al llegar a la casa de la familia es toda una odisea. La calle donde está ubicada la humilde vivienda es de barro y piedras, lo que dificulta el acceso de vehículos y hace mucho más complicado el transitar a pie.

Cuando se les preguntó a algunos vecinos si la conocían, solo se les vino a la mente aquella fatídica escena que vivió Mily a manos de Álex Eduardo Molina Mejía, alias Pipo, el hombre con quien tuvo una niña y un varón que murió apenas nació.

Otros la recordaron como una joven radiante y hermosa que se paseaba descalza por las calles arenosas de ese sector bautizado como ‘El Bajo de Siete de Abril’.

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Devastador sonido

Ahora, la progenitora de Mily, Liney Bracamonte Herrera, es su voz. En el momento en que la madre contó el cambio que ha tenido la vida de su hija, quien está próxima a cumplir 24 años, se pudo notar que para ellos la pesadilla aún está latente.

'A las 3:30 de la tarde (del día de la agresión) yo había venido de donde una amiga y me puse a hacer un arroz. Estaba con mi otra hija cuando escuchamos el tiro, como fue con un chopo se escuchó duro. En ese momento mi hija me dijo: oye, ya lo que fue, fue', contó Liney.

La mujer, de 63 años, no sabía que esa detonación había cambiado por completo el destino de Mily quien, al momento de ser impactada por el proyectil, tenía tres meses de gestación.

'Una hija que vive en Las Gardenias supo primero que nosotros. Aquí a la casa llegó un muchacho a avisar que la pareja de mi hija le había disparado y que ella estaba en el Camino Santa María', agregó.

{"titulo":"Condenan a hombre que baleó a su pareja embarazada","enlace":"https://www.elheraldo.co/judicial/lo-condenan-21-anos-de-carcel-por-tentativa-de-feminicidio-agravado-839859"}

Estado desalentador

De acuerdo con Liney, apenas se enteró de que ‘Pipo’ le había hecho daño a su 'niña', salió corriendo al centro asistencial

'Allá los médicos me dijeron que era un caso perdido, ya que había botado los sesos. Entonces en ese momento me aferré a Dios y le dije que me devolviera a mi hija y que pusiera a salvo al bebé de tres meses que llevaba en el vientre. Luego la remitieron al Hospital Adelita de Char', aseveró la mujer.

Al tiempo que esto sucedía, según Liney, ‘Pipo’ se escondía. Sin embargo, los familiares de Molina Mejía lo fueron a buscar y lo entregaron a la Policía.

'Como aún no había denuncia, lo soltaron y duró un mes para que lo pudieran detener', argumentó la mamá, quien agregó que 'ese muchacho (Álex) se dedicaba a robar, por aquí lo veía pasar cuando cogía algo. A mí nunca me gustó la relación que mi hija tenía con él. Cuando tuvieron la primera hija, él maltrataba a Mily. Mi hija venía a veces toda marcada de las golpizas que ese hombre le daba'.

En esos 31 días que pasaron antes de que a ‘Pipo’ le ordenan la captura, del otro lado de la balanza se encontraban Mily y su bebé aferrándose a la vida, y pendiente de ellos toda su familia y gran parte de la comunidad barranquillera.

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Esperanza

Mientras los médicos no veían una mínima señal positiva de Mily, en su vientre ese pequeño bebé de tres meses batalló, al igual que su madre, por mantenerse con vida. Liney los acompañó en esa lucha con oraciones.

'Los doctores me dijeron que Mily aún tenía balines en la cabeza y que no me prometían nada. A los cuatro días le vi la cara a mi hija hinchada y le pregunté al doctor por qué estaba así y me contestó que no me fijara en eso, sino en el daño que tenía por dentro', explicó la madre.

'Se le afectó una parte del cerebro a causa del plomo que aún permanecía en su cabeza', agregó Liney.

'En una de esas madrugadas me llamó mi hija, la de Las Gardenias, y me dijo que me fuera al hospital temprano porque iban a operar a Mily de nuevo', contó.

La joven fue sometida a una operación de seis horas y, de acuerdo con su madre, fue reaccionando poco a poco. A los ocho días 'movió una mano' y al siguiente ya 'tenía un ojo abierto'.

'Me decían que mi hija estaba viva de milagro porque con ese tiro ahí nadie se salva', aseveró Liney, quien continuó explicando que 'a Mily le hicieron un agujero en su cuerpo para alimentar al bebé'.

'En esos días a Mily le dio un paro, pero la pudieron reanimar. Luego, en esa última intervención le pusieron un disco para que drenara lo que tenía en la cabeza. De ahí nos dijeron que ya iba a salir'.

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Samuel

El 13 de abril, Mily fue enviada a otro centro asistencial para terminar su proceso de recuperación. Liney de nuevo no se pudo quedar con su hija porque en las instalaciones no permitían el ingreso de familiares. 'Ella estaba en cama, no se podía levantar. Todos los días yo iba a verla por ratos'.

Los días para la familia Bracamonte Herrera se convirtieron en siglos, y lo peor estaba por venir.

'El 1 de agosto Mily dio a luz, pero el bebé se murió', recordó Liney.

'No entiendo cómo eso pasó, ya que había una cámara que veía cómo atendían a los enfermos y no se percataron cuando ella alumbró. Cuando llegué a un cuarto donde tenían el bebé este estaba morado y pensé en que se ahogó'.

Tras lo sucedido, la madre le contó a Mily que había perdido al bebé, a quien pensaban bautizar como Samuel David. El pequeño cadáver fue enviado a Medicina Legal para que se supiera la verdadera causa de la muerte.

En la actualidad, Mily no habla, y camina con dificultad. Vive con su hija, su madre y una hermana mayor. Su progenitora aseguró que necesita varias terapias y operaciones, por lo que ha interpuesto varias tutelas para que agilicen el proceso.

Lo condenaron

La lucha de la familia Bracamonte Herrera no solo se dio en los centros asistenciales, donde permaneció Mily por varios meses, sino que también se trasladó a los juzgados y fue así como el pasado 4 de agosto, es decir, tres años y cinco meses después de lo sucedido, el Juzgado Décimo Penal del Circuito con funciones de conocimiento de Barranquilla condenó en primera instancia a Molina Mejía a la pena de 21 años y 8 meses de cárcel, al hallarlo penalmente responsable de los delitos de feminicidio agravado en grado de tentativa en concurso con fabricación, tráfico o porte de armas de fuego, accesorios partes o municiones.

Condenado a 34 años

Hace pocos días, la justicia también decidió condenar a Deimer Díaz Mendoza a 34 años de prisión por el delito de feminicidio agravado en el que resultó como víctima su expareja Daniela Espitia Flórez. La joven fue atacada con pico de botella el pasado 17 de agosto de 2020 en un motel ubicado en el Centro de Barranquilla.

Constantes amenazas

La madre de Mily dio a conocer que alias Pipo, en más de una ocasión, amenazó con 'hacerme daño a mí y a mi familia' y hasta me 'pegó una patada'. 'Él venía a mi casa y me decía que esto era de él. Además, me decía que le echara a mi hijo para matarlo y dejarlo tirado en el patio como un perro. También que a mi hija la iba a matar. Cuando yo le decía que lo iba a demandar, él me respondía: demándeme para que vea lo que le va a pasar'. 'Una vez él tenía a Mily dándole puño y ella se metió aquí a la casa, pero atrás venía él. Yo salí a la puerta y cuando venía para adentro le pegué un empujón y él me metió una patada en el estómago', agregó.