Joaquín Guillén, el reconocido amigo y exmánager del fallecido Diomedes Díaz, volvió a poner en duda la versión oficial de la causa de muerte del cantante de música vallenata, ocurrida el 22 de diciembre de 2013.
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El dictamen médico indicó que Diomedes falleció a causa de un infarto fulminante, alegando que llegó sin signos vitales a la Clínica de Valledupar y que su corazón no resistió más tras múltiples operaciones en las válvulas cardíacas.
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“En el análisis toxicológico respectivo no se encontraron rastros de etanol, metanol, pesticidas o cianuro, lo que permite inferir una muerte accidental. Es claro que en este deceso no hubo violencia por parte de terceros y, por eso, se tomó la decisión de archivar esa investigación. (...) No se encontró ningún signo de violencia ni externa ni interna en el cuerpo ni sustancias que hubiesen conducido a la muerte”, indicó Medicina Legal en un comunicado tras el fallecimiento del artista.
Sin embargo, según Joaco Guillén, la realidad detrás de la muerte del intérprete de ‘El Cóndor Herido’ va más allá de una explicación natural. En el pódcast ‘Antes de empezar’, el exmánager del ‘Cacique de la Junta’ insinuó que había signos de violencia en el cuerpo.
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“La muerte del cacique me dolió mucho. Vi que Diomedes tenía unos golpes, tenía un golpe en la cien, tenía sangre en el ojo, sangre en el oído”, dijo Guillén.
Reveló además que por recomendación de su hija, quien es investigadora judicial, se interpuso una demanda para que las autoridades adelanten una investigación sobre los golpes que él dice que vio en el cadáver de Diomedes Díaz.
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Ya el año pasado ‘Joaco’ Guillén había relatado al medio ‘Pulzo’ que llevó a cabo una investigación propia, desestimando la versión médica y sugiriendo que las personas cercanas a Diomedes no estaban preocupadas por su salud, sino más bien por su dinero. Aunque evitó revelar nombres, el exmánager insinuó que intereses financieros podrían haber desencadenado el desenlace fatal de la leyenda musical.
De acuerdo con lo que reveló el exmánager a ‘Pulzo’, recibió la noticia de la hospitalización de Diomedes con escepticismo, y al llegar a la clínica se encontró con una impactante escena.
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Rafael Santos, hijo del artista, estaba presente junto a una imagen desgarradora: Diomedes yacía en una camilla con electrodos en el pecho. La esperanza de Guillén se desvaneció al confirmarse que el cantante llegó sin vida al centro médico.
Mientras intentaba despertar a Diomedes, Joaco se dio cuenta de la trágica realidad. La hija de Guillén, al verificar el pulso, reveló el macabro tiempo transcurrido desde la muerte del cantante. La presencia de sangre en el oído y en el ojo evidenciaba un desenlace más complejo de lo que indicaba el informe oficial.
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“Mi hija le tomó el pulso y me dijo: ‘Papi, el compadre lleva más de 5 horas muerto. Mira la sangre en el oído y en el ojo’”, reveló Guillén.
El proceso de entierro, programado para el 25 de diciembre de 2013, fue un evento masivo que evidenció la magnitud de la pérdida.
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El cementerio Jardines del EcceHomo se vio abarrotado por 25 mil personas, llevando incluso a la necesidad de tomar medidas extremas para apaciguar a la multitud y mantener el orden. “Él murió el 22 y lo enterramos el 25 de diciembre a las 4:00 p. m. (...) La gente no cabía y tuvieron que lanzar bombas lacrimógenas en el entierro e intervenir el Esmad”, concluyó el exmánager.
