El Heraldo
René Tora y su esposa Dominique cuando relataban ayer lo sucedido en la tarde-noche del viernes en Cartagena. Wilfred Arias
Bolívar

Les cobraron $850.000 por una bandeja de mariscos, no pagaron y los atracaron

Una pareja de franceses se negó a cancelar el cobro abusivo de un almuerzo en La Boquilla. Luego de marcharse del lugar, fueron asaltados por aquellos que pretendían estafarlos. 

Una tarde para olvidar fue la que vivió el pasado viernes una pareja de pensionados franceses que llegaron a La Boquilla con el fin de disfrutar de la playa y la tranquilidad. A la 1:00 de la tarde Dominique Torá junto con su esposo René Torá decidieron alquilar una carpa a la orilla del mar, guiados por un grupo de jóvenes denominados los ‘pide–pide’ que se ubican a la entrada del corregimiento. 

Luego de pedir dos pescados, tres cervezas y una botella de agua, el grupo de los ‘pide-pide’ llegaron sorpresivamente con una picada de mariscos, y tras ingerir los alimentos al caer la tarde les informaron que la cuenta de esta daba $ 850 mil pesos. Dicha situación sorprendió a la pareja que rechazó el precio. Del bolsillo, René Torá sacó solo dos billetes de $50 mil con los que supuso pagaría toda lo que habían consumido.

Sin embargo, cuando la pareja ya se iba del sitio fue seguida por un grupo de muchachos y en una zona oscura de La Boquilla fueron atracados con cuchillo y despojados de sus pertenencias, entre las cuales tenían dos gafas de sol, un celular Samsung S6, la licencia de conducción y la mochila.     

Ante la tensa situación los franceses decidieron desplazarse hasta la Policía y allí les sugirieron que se desplazaran hasta la inspección de La Localidad Uno, ubicada en el sector turístico de Bocagrande. A las 8:00 de la noche se desocuparon y fue entonces cuando decidieron devolverse para el hostal en el barrio Getsemaní donde se encuentran hospedados desde el pasado 24 de abril, luego de una correría por varios países de Latinoamérica. 

René Torá sostuvo que recién en 2016 logró su pensión tras varios años de trabajo en un banco en su natal Marsella. Es la primera vez que pisan territorio colombiano y llegaron a Cartagena por sugerencia de uno de sus hijos. Señalan que este tipo de situaciones suelen pasar en cualquier parte del mundo y, pese a lo ocurrido, precisan que les recomendaría a sus amigos venir a una ciudad como Cartagena.

La situación está ahora en manos de las autoridades que vienen investigando el caso a fin de individualizar a los implicados en este hecho. Gracias a la colaboración de algunos de los boquilleros los jóvenes están plenamente identificados. Miembros de la Sijín se desplazaron ayer hasta el hotel donde se encuentran hospedados los extranjeros y visitaron en tres oportunidades el restaurante donde se registraron los hechos.

La pareja de franceses estuvo en este lugar de La Boquilla. Vino a Cartagena por referencia de un hijo.

Habla el dueño del restaurante

Carlos Arturo Jiménez, propietario del restaurante ‘El Rey Arturo’, precisó que él alcanzó a ver cuando un grupo de tres jóvenes que hacen parte de los ‘Pide–pide’ acomodaron en la carpa a los extranjeros. Precisó que se acercó a donde ellos y les explicó lo que tenían que cancelar por ella y luego les ofrecieron los pescados. 

“Cuando les fueron a ofrecer los pescados, ellos nos dijeron que iban a comer a las 6:00 p.m. pero yo les dije que no podían comer porque a esa hora la Policía nos pone problemas”, explicó Arturo Jiménez quien añadió que, sorpresivamente, los jóvenes le llegaron a donde estaban los extranjeros con una bandeja mixta de mariscos. 

El propietario del restaurante aclaró que al momento en que le estaban haciendo la factura a la pareja él no se encontraba  y aclaró que entre los muchachos estaban dos jóvenes conocidos como ‘Elio Boom’ (que nada tiene que ver con el intérprete de champeta) y ‘Chachi’, y dos de sus cuñados. 

“Llegué a la carpa y encontré la discusión. Traté de mediar porque el nombre de mi restaurante estaba de por medio. Ellos me dijeron que cuánto me debían por lo que les había ofrecido y  dije que 60 mil pesos. Él sacó dos billetes de 50 mil y me canceló lo que me debía”, comentó Carlos Arturo Jiménez, quien se extrañó al ver que los muchachos estaban peleando por la cuenta de la picada mixta y la comisión por haberlos llevado hasta este sitio. 

Según Jiménez, el extranjero le dijo a ‘Elio Boom’ y al ‘Chachi’ que lo dejaran tranquilo porque no tenía más dinero y fue entonces cuando decidieron seguirlos en dos motos y veinte minutos más tarde Dominique gritaba que la ayudaran porque los estaban atracando.

La agremiación tiene la palabra. Rodrigo González, representante de la Asociación de Restaurantes de La Boquilla, precisó que ante la grave situación que están viviendo en este corregimiento, las autoridades han hecho caso omiso. 

“Nadie le quiere poner el pecho a esta situación. La inseguridad es total en La Boquilla y lo hemos venido denunciando constantemente”, precisó González, quien dijo además que los turistas además de ser estafados fueron atracados porque les permitieron que estuvieran después de las 6:00 de la tarde.

Lo que se está evidenciando en La Boquilla, según el representante de los restauranteros, es una nueva modalidad delictiva en la  que los ‘pide–pide’ entretienen a los visitantes para aprovechar cuando están solos y despojarlos de sus pertenencias. “A esta situación hay que ponerle freno, porque hasta cuando se presente un caso de gravedad todos saldrán a decir que estaban pendiente de este sector”, dijo.

Los turistas extranjeros presentaron su denuncia en la inspección de Bocagrande.

Se pronuncia Fenalco

Finalmente, Mónica FadulLos turistas extranjeros presentaron su denuncia en la inspección de Bocagrande., directora ejecutiva de Fenalco, lamentó esta situación que muestra dos problemas: primero, el abuso de algunos comerciantes ubicados en áreas no urbanas del territorio que pretenden cobrar por unos servicios que van contra el sentido común, y quienes, además no se  sujetan a la  normativa que impone la ley al empresario formal, lo que se convierte en doble competencia desleal colectiva, pues ahuyenta, a los turistas de esta zona. 

La segunda es la seguridad personal, que si bien sabemos no podremos llegar al ideal de que nunca sucedan hechos como este, común en muchos destinos turísticos, si podemos sin duda reforzarla en los espacios donde el turismo es mas vigoroso”.

Antecedente: Cobro excesivo a comienzo de año

En enero pasado otro cobro excesivo en La Boquilla fue noticia. Comenzaba la temporada de vacaciones de fin de año y una factura, a mano, en la que no se observa el NIT del establecimiento ni ningún otro elemento que diera certeza de su carácter formal, se convirtió en la evidencia de un denunciante anónimo que decidió divulgarla por las redes sociales para expresar su molestia por el cobro de $352.000 por un servicio en las playas de La Boquilla.

Según se observa en la factura, que tiene como fecha 31 de diciembre de 2016, la cifra fue cobrada solo por consumir dos piñas coladas (a $60.000 cada una), $100.000 por el alquiler de una carpa, y el uso de dos sillas para asolearse ( cada una por $50.000). Además, fue exigido el pago por “servicio en playa” por un valor de $32.000. Los agentes de control como Corporturismo se han pronunciado; sin embargo, la situación continúa generando la polémica principalmente en La Boquilla.

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