Puerto de aguas profundas, un anhelo que aún no se concreta
El Distrito puso en marcha un nuevo proyecto, llamado ‘Puerto Futuro’, en busca de su consolidación. Líderes gremiales hablan sobre los beneficios de un ‘superpuerto’.
Hace más de 20 años, un grupo de inversionistas concibieron una propuesta para potencializar la vocación portuaria de Barranquilla: la construcción de un puerto de aguas profundas.
A pesar de la estratégica posición geográfica de la capital del Atlántico, este proyecto transitó por un empedrado camino. Aunque en varias oportunidades se avizoró un mejor porvenir, nunca despegó y Cormagdalena tomó la decisión de declarar la caducidad de dicha concesión.
“No había manera de sacarlo adelante”, aseguró –en su momento– el empresario barranquillero Christian Daes, uno de los socios del proyecto.
La operación del puerto de aguas profundas se contempló para ayudar a que todos los terminales de la ciudad compitan con los más importantes del Caribe.
Además se visionó como una respuesta a los problemas de sedimentación que se presentan en el río Magdalena y que, en algunas temporadas del año, ponen en jaque a la actividad portuaria en la ciudad.
Por esa razón, las autoridades pusieron en marcha un nuevo proceso (ver recuadro), que ha dado sus primeros pasos para su consolidación.
Héctor Carbonell, director del capítulo Norte de la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI), fue enfático al sostener que la nueva iniciativa debe brindar las opciones para superar los impasses que impidieron el éxito de la anterior propuesta.
“Estructurar el proyecto es complejo dado que necesariamente tendrá que complementarse con los puertos actuales para que en lugar de ser competencia de ellos les ofrezca servicios que ellos puedan requerir”, sostuvo el líder gremial.
Recalcó que una iniciativa de dicha envergadura debe estar sustentada en “estudios detallados” que consideren las proyecciones de movimiento de carga, las dinámicas del comercio mundial y las realidades cambiantes de la industria marítima.
“La historia pasada, presente y futuro de Barranquilla está ligada a su puerto porque le permitió consolidarse rápidamente como polo industrial, comercial y de servicios en su edad dorada”, reiteró.
Los beneficios
Para Efraín Cepeda Tarud, presidente del Comité Intergremial del Atlántico, la zona marítima de aguas profundas potenciaría la capacidad logística de Barranquilla vinculada al comercio exterior.
Explicó que este espacio permitiría atender buques de mayor tamaño y complementarse con los puertos hoy existentes: Además, es interdependiente con la APP de la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena”.
Destacó, además, que la zona portuaria representa el 5% del Producto Interno Bruto (PIB) de la ciudad: “Cada peso que ella genera se multiplica 2,35 veces en la economía local gracias a sus encadenamientos con más de ocho sectores productivos”.
También puso de presente que el puerto genera 21.000 puestos de trabajo en la ciudad. Además, el 47% de la carga que ingresa se consume en Barranquilla y el 52% de la que se exporta se genera en la capital del Atlántico.
Posicionar a Barranquilla en el mercado internacional de puertos competitivos es –en concepto de Carlos González Bassi, experto en logística– uno de los grandes beneficios de contar con un puerto de aguas profundas, lo que también fortalecería el multimodalismo.
“Barranquilla está cerca de varias ciudades de la región Caribe, por eso lógico tener un puerto de aguas profundas al que lleguen grandes buques y se hagan transbordos a las otras ciudades costeras y que otra parte de la carga se transporte a otras ciudades del país por el río Magdalena”, indicó González Bassi.
También sostuvo que, con un puerto de aguas profundas, la ciudad sería la que atendería navieras y contenedores que llegan para dinamizar la economía local, sino que sería un punto de recepción y una zona de actividades logísticas para todo el territorio colombiano.
“El puerto de aguas profundas sería un puerto para todo el país, porque estaríamos recibiendo por el Caribe colombiano grandes motonaves que traerían contenedores, carga general, graneles y otros productos a menores costos porque vendrían motonaves de mayor tamaño”, agregó.
Por su parte, Francisco Avilés, director regional de la Asociación de Navieros y Agentes Marítimos (Asonav) en Barranquilla, expuso que “es una oportunidad” para complementar la actual oferta portuaria de la ciudad.
“Le brindará la posibilidad de capturar nuevas cargas y mayores volúmenes, que hoy en día no juegan un papel importante en nuestra actividad portuaria”, indicó.
El líder gremial agregó que las inversiones en este tipo de proyecto son “bastante altas” y los inversionistas esperan un retorno atractivo. En su concepto, esa situación puede convertirse en un elemento para dilatar la consolidación de este proyecto.
Por otro lado expuso que es necesario determinar el plan estratégico del puerto: “Es necesario entender qué papel jugará frente a otras zonas portuarias como Panamá, Jamaica, Cartagena y Santa Marta, que están consolidados y cuentan con la estructura de puertos de grandes profundidades”.
