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Para afrontar la llegada de las lluvias de junio a septiembre en el territorio nacional, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD) dio a conocer las acciones a tomar para garantizar la protección de toda la ciudadanía por posibles emergencias.

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“Con los lineamientos que emitimos en la Unidad Nacional invitamos a las autoridades locales, entidades del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres y a las comunidades para que se preparen y estén atentas a los pronósticos, trabajen en la prevención y se alisten para las fuertes lluvias que puedan presentarse a final de año con posible influencia del fenómeno La Niña”, señaló Carlos Carrillo Arenas, director general de la UNGRD.

En ese sentido, la unidad mencionó que el territorio nacional históricamente en esta época es más propenso a los incendios forestales, aumento de temperaturas, heladas, sequías y desabastecimiento hídrico.

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Asimismo, informó que es muy posible que se continúe registrando exceso de lluvias, crecientes súbitas, movimientos en masa, avenidas torrenciales, vendavales, tormentas eléctricas, granizadas y niebla.

Expuso, además, que normalmente desde mediados de junio se registra una disminución de las lluvias en buena parte de la región Andina, en áreas del centro y norte de la región Caribe y en algunas zonas de la Orinoquía. Una situación que se hace más notoria durante los meses de julio y agosto.

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Sin embargo, la Ungrd aclaró que esta posible disminución en la intensidad y frecuencia de las lluvias, no quiere decir que deje de llover totalmente a nivel nacional o en las regiones más proclives a presentar una disminución.

Cabe destacar que, a las condiciones propias de esta época se suma una temporada de ciclones tropicales que se advierte muy activa este año. El pronóstico indica que los eventos con categoría ascienden a 21 en este año, en contraste con el promedio anual que suele ser de 14.

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De estos 21, se espera que 11 se conviertan en huracanes cuando el promedio anual de ocurrencia de huracanes es de siete y, a su vez, es probable que al menos cinco de ellos lleguen a convertirse en sistemas de categoría mayor a 3, 4 o 5. Un escenario complejo teniendo en cuenta que en estas categorías es donde más daños y pérdidas se suelen presentar.

Recomendaciones

El pedido de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres hacia las autoridades locales y consejos territoriales es a iniciar el monitoreo en áreas de cobertura vegetal que sean propensas a la formación de incendios forestales e identificar las zonas susceptibles a crecientes y deslizamientos, y los terrenos agrícolas que puedan sufrir daños por altas o bajas temperaturas.

A su vez, revisar y actualizar los planes de contingencia por fenómeno La Niña, considerando los escenarios de riesgo que se puedan presentar durante la temporada de menos lluvias de mitad de año y articular las estrategias departamentales y municipales para la respuesta a emergencias.

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Por otro lado, es importante identificar los puntos críticos por escenario de riesgo, realizar monitoreo y seguimiento en zonas urbanas y rurales, así como tomar las acciones para garantizar la protección de la vida y seguridad de los habitantes, animales de compañía y de producción, y la fauna silvestre que se encuentre ubicada en zonas de alto riesgo.

Finalmente, socializar con las comunidades los planes de contingencia para los fenómenos asociados a la temporada de menos lluvias y por posible fenómeno La Niña, y promover la formulación y actualización de los planes familiares, comunales y comunitarios de emergencia con énfasis en las rutas de evacuación, puntos de encuentro y líneas de emergencia, entre otras acciones.