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La comunidad aledaña al sector de Bocas de Cenizas alertó que, desde hace días, un tramo del tajamar occidental se ha venido socavando. La emergencia se registra a la altura del kilómetro 6 a unos 200 metros más adelante de la segunda playa de Puerto Mocho y ya tiene preocupada a la población de mototaxis y pescadores que realizan sus labores por el lugar.

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El segmento cedido comprende al menos un metro de vía y la socavación se encuentra del lado del río. Diariamente, habitantes del sector, que son normalmente pescadores, transitan por este lugar que los conecta con la playa Puerto Mocho.

No obstante, esta población no sería la única afectada, ya que en este sector están comercios y asociaciones de motos que llevan a los turistas a conocer de fondo el tajamar.

Carlos Garcés, representante del gremio de motos, indicó que el terreno empezó a colapsar por las fuertes lluvias presentadas en los últimos meses. Como consecuencia, el trafico de personas se ha estado debilitando.

“Por donde pasaban las motos hoy solo queda un trayecto corto. Ese es el único paso disponible y entre más llueva más se va debilitando, hasta el punto en que no habrá acceso para las motos que usamos para seguir laborando hacia Bocas de Ceniza”, manifestó.

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Garcés dijo que, en caso de que colapse por completo el tramo, el comercio en este lugar caería gravemente puesto que los pescadores no podrían trasladarse.

“Económicamente estaríamos afectados en un 90 %, ya que aquí todo depende del mototaxismo”, agregó.

Reportan poca intervención

Omar Angulo, coordinador de la Veeduría Ciudadana Río Magdalena y residente del barrio Las Flores, aseguró que esta problemática se debe a la falta de mantenimiento al tajamar.

“El tren histórico desapareció, y con él también la entidad que hacía el mantenimiento a las obras de Boca de Ceniza, que dependía del Estado. Con la privatización de los puertos, se acabó ese mantenimiento. Hoy, después de más de 15 años sin intervención, los tajamares están muy deteriorados”, explicó Angulo.

Y añadió: “antes existía un tren con vagones que diariamente traía rocas desde las canteras para el mantenimiento. Esa labor se hacía porque el mar siempre golpea, arrastra y destruye las rocas. Entonces el tren hacía un repuesto constantemente. Pero ese mantenimiento desapareció hace más de 20 años”.

Puso de presente que esto representa un peligro no solo para la navegación, sino también para la ciudad y el departamento.

“Nunca se ha visto un caso así, pero de no atender la emergencia habría un daño inminente: el tajamar comenzaría a socavarse y desaparecería. Esto afectaría la navegación y provocaría inundaciones en la playa, en la flora y en toda la zona, porque ya no habría control. Los tajamares aguantan la presión del mar sobre el río Magdalena”, sentenció.

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Cabe resaltar que, en octubre del 2017, la plataforma de investigación y monitoreo del Observatorio del Río Magdalena emitió un llamado de atención a las autoridades para iniciar trabajos de mantenimiento en el tajamar.

Los expertos de la Universidad del Norte evidenciaron el deterioro al que está sometida la estructura, especialmente en sus últimos cinco kilómetros.

“Se detectan a simple vista varias fallas ocasionadas por fenómenos naturales o por otros eventos como lo puede ser el choque de un buque. (...) hay que evaluar la estructura constantemente y establecer recomendaciones”, expresó, entonces, Vicente Mendoza, docente de ingeniería civil y experto en geotecnia.

El valor simbólico del tajamar en los cimientos de Barranquilla

Los tajamares de Bocas de Cenizas fueron construidos para facilitar la navegacion por la zona portuaria de Barranquilla.

En principio fue construido un tren de carga para transportar carbón en el margen occidental del río Magdalena, antes de su desembocadura al mar Caribe.

No obstante, luego de una operación de más de cinco décadas, sus rieles dieron paso a un improvisado transporte de turistas que deseaban conocer la desembocadura de uno de los afluentes más grandes del país.

En los archivos históricos de la Secretaría General del Distrito se conservan los primeros registros de cómo empezó el transporte de turistas deseosos de conocer el encuentro entre el mar Caribe y el río Magdalena y su característico color ceniza, tomando el tren turístico que llegaba hasta Bocas de Cenizas.

Cabe anotar que el Distrito de Barranquilla adelantó la recuperación de un importante tramo del tajamar occidental para la puesta en funcionamiento de un tren turístico, en el marco del proceso de mejoramiento de la playa de Puerto Mocho.

De tal manera se habilitaron 2.6 kilómetros de sendero peatonal, 2.2 kilómetros de ciclorruta y 2.6 kilómetros de tranvía.