El panorama del transporte público en Barranquilla atraviesa un momento de “alta tensión” y “complejidad”. La competencia entre el servicio tradicional de taxis y las plataformas de movilidad digital continúa ampliando una brecha que todavía no encuentra soluciones concretas, generando tensiones y desventajas para ambos sectores.
En el caso particular del gremio de taxis que circulan por la ciudad y su área metropolitana, sus representantes reconocen que el deterioro de una parte importante del parque automotor ha provocado que muchos usuarios prefieran migrar a alternativas más modernas y cómodas, como los vehículos contratados a través de aplicaciones móviles.
El presidente del Sindicato de Taxistas de Barranquilla (Sinchotaxis), Jorge Guerrero Zuleta, afirmó que alrededor del 70 % de taxis que circulan en la ciudad y su área metropolitana presentan un estado de envejecimiento, con modelos que datan desde los años 80 y 90.
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Actualmente, se estima que en Barranquilla circulan entre 12.000 y 13.000 taxis, de los cuales, más de dos tercios estarían por fuera del rango permitido. La situación, según Guerrero, obedece principalmente a la disminución de ingresos en el gremio, que calcula entre un 40 % y 50 % en los últimos años, debido a la prestación de servicios ilegales de transporte en vehículos particulares y a través de plataformas digitales.
“La reducción de ingresos ha impedido que muchos propietarios puedan renovar sus vehículos. Eso ha generado que gran parte del parque automotor permanezca con modelos viejos y en condiciones que no son las más adecuadas para un servicio público”, señaló el dirigente gremial.
Destacó el hecho de que para enfrentar esta problemática, la Alcaldía de Barranquilla implementó el programa ‘Taxi Chévere’, mediante el cual se otorgan créditos de hasta $8 millones para el arreglo y mejora de los vehículos.
A la falta de renovación se suma el reto de mejorar la presentación y el servicio por parte de algunos conductores, de acuerdo con el presidente de Sinchotaxis.
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“Yo he visto conductores de taxi mal arreglados, conduciendo en bermuda y con mal olor en el carro, pero también hay otros que brindan un buen servicio”, sostuvo.
El gremio insiste en la necesidad de fortalecer el control al transporte ilegal y en la importancia de una mayor articulación entre autoridades, propietarios y conductores para garantizar un servicio de calidad y recuperar la confianza de los usuarios.
¿Qué establece la ley?
De acuerdo con Isidro Ruiz, experto en movilidad, el problema va más allá de la antigüedad de los vehículos.
“El sector del taxi es un sector en estado crítico, agonizante, porque enfrenta una competencia informal con los vehículos particulares que operan mediante plataformas. Esa competencia ha impactado sus ingresos y ha debilitado al gremio”, explicó.
Señaló que en Colombia, el modelo de negocio funciona en gran medida a través de vehículos afiliados: los propietarios adquieren un cupo en una empresa de transporte y pagan por la vinculación y la tarjeta de operación. Esto permite que taxis con diferentes edades circulen, siempre que estén al día en los pagos correspondientes, incluso si superan la vida útil recomendada.
La normativa establece que un taxi debe desintegrarse a los veinte años de servicio, pero en la práctica, en ciudades como Barranquilla circulan vehículos en malas condiciones mecánicas y estéticas.
Ruiz también señaló además que la calidad del servicio varía según el punto de origen: mientras en el aeropuerto se garantiza un parque automotor renovado y conductores con mejor presentación, en lugares como la terminal de transporte es frecuente encontrar taxis deteriorados, sin aire acondicionado, con mal olor y deficiencias en carrocería o tapicería.
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En cuanto al control, el experto aclaró que el Área Metropolitana de Barranquilla (AMB), autoridad de transporte en la ciudad, tiene un alcance limitado.
“El AMB regula y vigila, pero la normatividad sobre la vida útil de los vehículos está definida en el decreto único del sector transporte. Por eso, aunque los usuarios perciban fallas constantes en el servicio, la capacidad de acción de la autoridad local es restringida”, señaló.
A su vez, declaró que la falta de unificación del gremio también ha impedido que los taxistas negocien en bloque sus derechos y fortalezcan la competitividad frente a otras modalidades.

Usuarios piden mayor control
El usuario Carlos Martínez señaló que constantemente prefiere utilizar el arrendamiento de vehículos a través de aplicaciones móviles porque el estado de los carros y el servicio en general es mejor.
“Las veces que pido taxis o lo tomo en la calle estos siempre huelen a muebles viejos o grasas y es muy desagradable pagar por un servicio en estas condiciones. Lo peor es que aun cuando el carro está en mala condición cobran tarifas altas”. sostuvo.
De igual manera, el ciudadano Brayan Lara mencionó que normalmente los taxis que se encuentran en peor estado son los que también tienen un conductor “mal educado” y que presta mal el servicio, motivo por el cual descuidan el carro y no son conscientes de los riesgos a los que exponen a sus usuarios.