Barranquilla continúa convirtiéndose en un semillero de jóvenes prodigios que brillan en diversas disciplinas. Desde las artes hasta las ciencias, los estudiantes de la capital del Atlántico están demostrando que el talento de La Arenosa trasciende las fronteras de lo tradicional.
Estos jóvenes están llevando el nombre de la ciudad a escenarios nacionales e internacionales, destacándose en competencias académicas, científicas y deportivas. Es así como Cristian Echeverri, Salomón
Duque y Jaime Pardo, representarán al país en las Olimpiadas Internacionales de Astronomía y Astrofísica (IOAA), se llevarán a cabo en Río de Janeiro, Brasil, del 17 al 27 de agosto.
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Cada uno de ellos cursa 11°, sin embargo,Cristian Echeverri es del Instituto La Salle, mientras Salomón Duque y Jaime Pardo son de la I.E.D Alexander Von Humboldt. Ahora llevarán la estampa tricolor en sus hombros en compañía de otro estudiante procedente de Tunja.
Para llegar a esta instancia, los jóvenes tuvieron que clasificar en una serie de rondas que miden sus habilidades matemáticas, en las que plantean problemas astronómicos y parámetros de cualquier aspecto que esté relacionado con el cosmos.
Cristian Echeverri, todo un talento en potencia
Con 16 años, Cristian Camilo Echeverri ha tenido un fascinante viaje en el mundo de los números. Su pasión por la Astronomía inició en el 2020, inspirado por los diversos programas virtuales ofrecidos por el Planetario de Medellín.
“Me empezó a llamar la atención gracias a diferentes programas virtuales del Planetario Medellín. Fue en 2022 cuando realmente me involucré en las Olimpiadas”.
Con la Astronomía vino también la necesidad de dominar las Matemáticas, una asignatura que no le resultaba fácil al principio. Sin embargo, su determinación y pasión por el conocimiento le permitieron superar estos obstáculos rápidamente.
El esfuerzo rindió frutos. En 2022, en su primera participación en las Olimpiadas de Astronomía, obtuvo el tercer puesto a nivel nacional. Este logro fue solo el comienzo de una serie de éxitos.
“Gané la medalla de bronce a nivel nacional en 2022. Después, en Grecia, saqué una medalla de oro en una internacional junior. En Panamá, obtuve bronce y al final, en las nacionales de 2023, logré el oro, primer puesto”.
En un país donde el talento y la inteligencia son evidentes, Echeverri resalta que la clave para transformar el potencial en logros concretos radica en la capacidad de mantener la consistencia en las actividades diarias.
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“A veces es difícil mantener la consistencia en todas las actividades que uno hace, a uno le puede llamar la atención algún área de la ciencia, pero uno también tiene otros intereses y a veces uno tiene que saber focalizar ese interés en aras de sacar una medalla para Colombia y sacar una medalla también para uno”.
La rigurosidad de Jaime Pardo
Jaime Pardo, de la I.E.D. Alexander Von Humbolt desconocía que el llevar un proceso desde 9° en esta área en algún momento lo llevaría a representar a Colombia en una competencia internacional.
“Es emocionante ver cómo el esfuerzo se ve recompensado al final, aunque no creo que todo el proceso deba reflejarse simplemente en un producto”.
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La pasión por el conocimiento y la dedicación constante han sido sus compañeros de viaje. Desde que el profesor Óscar Calderón lo inscribió en las Olimpiadas, el joven no ha dejado de explorar.
“He ido aprendiendo una parte por mi cuenta, otra parte con apoyo de material de los profesores. Pude reforzar los conceptos anteriores con los de este año para alcanzar esta instancia”.
Mientras se prepara para representar al país, también enfrenta otro reto crucial: la prueba ICFES. Actualmente, su tiempo se divide entre la preparación intensiva para la competencia internacional y las sesiones de este examen.
“El cambio de preparación desde que me enteré ha sido el rigor con el que la hago. No tanto la intensidad porque yo este año siento que tuve una preparación bastante intensa para poder llegar, pero no con ese rigor, no con esa profundidad con la que lo hago ahora mismo”.
Salomón valora el aprendizaje
Considerado el menor de los tres barranquilleros, Salomón Duque, de 15 años de edad, tiene claro que disfrutar esta experiencia es uno de los mayores trofeos que podrá obtener.
Desde pequeño, Salomón ha demostrado una afinidad por los números. Sin embargo, con el tiempo se dio cuenta de que esa habilidad debía convertirla en un compromiso personal por profundizar en aquello que le fascina y en lo que sobresale.
“Siempre he tenido interés por explotar al máximo las cosas en las que soy bueno para tener más oportunidades en el futuro principalmente”.
Para él, la experiencia es un campo de aprendizaje invaluable que intentará aprovechar al máximo, a la vez que combate toda la ansiedad que es capaz de producir este tipo de competencias.
“Nosotros estamos estudiando duro ahora mismo, y pues iremos relajados, no relajados de dejar de estudiar, sino sin ansiedad y pues sin nervios, porque al fin y al cabo esto es una experiencia muy buena”.
