Sofía Vergara habla de su participación en Griselda: 'Yo sufrí lo que hace el narcotráfico a las familias'

Miedo. Eso le causó Griselda Blanco a Sofía Vergara cuando la barranquillera se adentró en la vida de la denominada ‘Madrina’ para poder darle vida en la nueva serie de Netflix Griselda, y tratar de entender los motivos que llevaron a una mujer en los años 70 a dirigir una operación en el negocio de la droga y convertirse en una de las personas más temidas en los Estados Unidos.

Y es que, guardando las proporciones, esos motivos eran similares a los que hicieron que ella dejara Colombia y se fuera a 'inventar' a Norteamérica, generando ese sentimiento de temor.

Así lo reveló la propia actriz a EL HERALDO en una entrevista en Bogotá en medio de su gira de promoción de su debut en una producción en español, así como su primera participación en géneros como el drama.

Además de esa experiencia, cuando Sofía empezó a conocer de cerca a Griselda Blanco encontró una fascinación hacia la persona y, sin dejar de lado la maldad que habitaba en ella, lo que las unía como mujeres.

'Yo soy colombiana, yo fui una inmigrante, yo fui una mamá soltera que me mudé a Estados Unidos a buscar mi suerte, a inventar, y yo sentía que tenía muchas cosas de Griselda. Me daba un poquito de miedo a veces cuando estaba analizando a Griselda o buscando lo que era el personaje de que había cosas que admiraba de ella. Y me daba un poquito de susto, porque fue una mujer mala, hizo cosas muy horribles, pero también sé que fue una mamá y quería proteger a sus hijos, quería ayudar a su familia, a sus amigas, a sus amigos'.

Por ello, más allá que 'no entendí tampoco locuras que hizo, pienso que Griselda tenía unas cualidades que si ella, en vez de irse por el mal camino, se hubiera ido por el buen camino, hubiera podido ser presidente de Colombia'.

Dejar atrás la comedia, que la posicionó como una de las mejores actrices de Hollywood, y la mejor pagada durante muchos años, para irse al pantanoso mundo del drama fue el principal reto de Sofía Vergara.

Poder demostrar la gama de recursos interpretativos que posee y que no había podido explorar, pero que en Griselda no solo los saca a relucir sino que nada como pez en el agua, aunque no haya sido fácil.

Pero, cuando la barranquillera conoció al caleño Andi Baiz supo que todo iba a marchar de buena manera a pesar del miedo: 'Yo quería hacer un buen trabajo, y tenía mucho nervio, pero después de que conocí a Andi, como que dije: ‘yo voy a hacer lo que él diga, voy a dejar que él me guíe’'.

'Trabajé bastante buscando el personaje, cómo caminaba, cómo se reía, cómo bailaba, pero todo eso también lo hice con la ayuda de Andi. Él iba a mi casa en las noches antes de que comenzáramos el rodaje, me enseñó a fumar, yo a los 50 años todavía no sabía fumar, no sabía prender un cigarrillo, me enseñó a meter cocaína'.

Y, aunque ambos reconocen que es la magia de la televisión la que permitió eso, pues todo era falso, Sofía sí sufrió al hacerlo. 'La cocaína era de mentira, pero como una leche en polvo asquerosa, que igual sí me la tenía que meter en la nariz'.

Uno de los limitantes a los que se enfrentó esta producción era el tiempo. En solo seis capítulos debían mostrar todo lo sanguinaria que fue Griselda Blanco, todo su ascenso y cómo las autoridades le siguieron la pista.

Y, aunque los limitaba en algunas cosas, ese tiempo les dio la posibilidad de explorar otras narrativas al director caleño Andi Baiz.

'Es difícil porque se pudo haber contado mucho más, teníamos que hacer unos saltos en el tiempo, etc. Pero por otro lado, pudimos tratar la serie como una película, se trató cinematográficamente, y eso se ve, el amor y el empeño que hay en cada plano se nota, pero sí fue muy complicado', explicó el cineasta.

De igual forma, el director de los seis capítulos comentó que al final de la miniserie el público va a quedar con el sentimiento de querer ver más, lo que demuestra el trabajo que se realizó.

Al mirar atrás sobre los meses en los que este proyecto se estuvo realizando, el director caleño solo encuentra satisfacción. Aunque reconoce que 'fue arduo, fue difícil, pero le metimos tanto empeño, tanto amor, tanto arte', que el orgullo sobresale ante todo.

'Tuvimos que pasar tantos obstáculos para lograr lo que quisiéramos que yo estoy demasiado orgulloso de lo que hicimos. Y veo el resultado y no tengo que esperar ninguna crítica, no tengo que esperar que nadie me diga yo estoy orgulloso'.

Es por ello que el director Andi Baiz considera que si un proyecto no significa un reto para él es mejor no realizarlo.

Miami. Años 70. En ese contexto se desarrolla la miniserie, y si hay algo que juega un papel crucial en la historia, más allá de las drogas y el desenfreno, es la música. Tanto el disco como las sonoridades del Caribe tienen vida propia.

'Él (Andi Baiz) venía a veces y me ponía una cosita que les meten a los actores que no se saben las líneas, se las meten aquí (en el oído) para que vayan repitiendo, pero lo que me ponía a mí era música, para entrar yo en ambiente', dice Sofía a esta casa editorial.

'Siempre hago playlists antes de empezar cualquier proyecto. Por ejemplo Griselda, Miami 70 y empiezo a escuchar cualquier canción que diga, ‘esta me puede funcionar para esta escena, para este otro’, y empiezo a formar, y después se lo doy a los editores y empezamos a poner, y de repente surge magia, y a mí me encanta musicalizar los proyectos que hago'.