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El Caribe colombiano, fuente inagotable de grandes recursos naturales como el viento y el sol, se ha convertido en un punto estratégico para la generación de energía renovable no convencional, avanzando así en la transición energética del país.

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En los departamentos del Atlántico y La Guajira vienen desarrollándose importantes proyectos energéticos que no solo le aportan energía limpia al Sistema de Interconexión Nacional (SIN), sino que además contribuyen al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades y de los recursos naturales en donde operan.

En ese sentido, Isagen –una de las generadoras más importantes del país– con una amplia matriz de generación eléctrica, tiene como prioridad que todas sus operaciones estén bajo el cumplimiento de las normas ambientales que exige la ley.

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Además, están comprometidos con una generación renovable y limpia, minimizando la emisión de Gases de Efecto Invernadero.

Un claro ejemplo de cómo han venido impactando de manera positiva a las comunidades y al medio ambiente se puede observar en el proyecto solar Bosques Solares de Bolívar y en los parques eólicos Guajira I y Wesp 01.

Proyecto solar Sabanalarga

En 300 hectáreas entre los corregimientos de Gallego y Cascajal, zona rural del municipio de Sabanalarga, Atlántico, se encuentra ubicado uno de los más grandes proyectos de energía verde de la región Caribe.

Son más de 190 mil paneles solares distribuidos en los cinco parques que componen el proyecto Bosques Solares de Bolívar, que tienen la capacidad de aportar 100 megavatios al Sistema de Interconexión Nacional (SIN). Energía 100 % renovable y limpia que contribuye al mejoramiento del servicio en la región Caribe.

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Proteger, preservar y mejorar los ecosistemas hace parte de las políticas ambientales de Isagen en cada una de las zonas en las que operan sus proyectos energéticos.

En el proyecto solar de Sabanalarga, Isagen implementó un plan ambiental para salvaguardar la fauna y flora en el área de construcción así como en las áreas de influencia.

Fotos archivo EL HERALDO

Bosque seco tropical

Raúl Cáceres, coordinador ambiental de la Gerencia de Proyectos de Isagen, explicó las acciones que se han tomado para cumplir con estos objetivos en el proyecto solar de Sabanalarga.

El primer paso fue destinar el 50 % del parque solar para llevar a cabo actividades de restauración ecológica y recuperación de la zona.

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En esta área fue necesaria la remoción de la cobertura vegetal con la autorización de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla).

Cáceres manifestó que la zona donde se ubica el proyecto por muchos años se dedicó a la ganadería extensiva. Esto provocó que quedaran muy pocos relictos de bosque, que trajo como consecuencia una deficiencia en la regulación hídrica del sector, es decir, que la oferta de agua en cantidad y calidad era muy baja para el resto de la población y, por lo tanto, el hábitat para las especies, tanto de flora como de fauna, también era muy limitada”.

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En el proceso de recuperación de las 150 hectáreas el objetivo es que estos bosques lleguen a un estado que permita o mejore la oferta de hábitat y alimento para la fauna de la región.

Esto posibilitará la conservación de la diversidad biológica que esta zona había perdido como consecuencia de la ganadería extensiva. “Aquí hemos generado una zona de protección y conservación de la biodiversidad biológica de la región, generamos una posibilidad de mejora de la regulación hídrica, lo que deriva en la calidad y la cantidad de agua en la zona”, expresó el coordinador ambiental.

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En este sentido, Isagen ha realizado alianzas públicas y privadas en pro del mejoramiento de la conservación de la biodiversidad biológica. WWF Colombia es una de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que a lo largo del desarrollo del proyecto ha estado acompañando cada uno de los procesos en la zona de influencia.

Fauna y flora

Más de dos mil individuos de cuatro especies de bromelias y orquídeas se reubicaron en las 150 hectáreas del área de protección. “Todas las especies de fauna y de flora propias de esta región se reubicaron en esta área. Esta diversidad la convierte en un potencial que apoya los procesos educativos de la zona de Sabanalarga, de sus veredas y corregimientos cercanos”, señaló Cáceres.

Orlando Amador

Reserva de Luriza

Otro importante aporte por parte de Isagen a la región Caribe es el apoyo a la conservación del Distrito Regional de Manejo Integrado, (Drmi) de Luriza, en el municipio de Usiacurí.

Esta es un área protegida desde hace varios años por la Corporación Regional Autónoma del Atlántico, CRA.

En este sentido, en un trabajo articulado con esta entidad, como parte de la compensación de pérdidas ambientales, Isagen viene aportándole y fortaleciendo el desarrollo de la implementación del plan de manejo ambiental del área y específicamente con un tema asociado al turismo.

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Paola Echeverri, coordinadora regional Andes de WWF, explicó que el Distrito Regional de Manejo Integrado Luriza es un área pública que tiene una categoría que admite uso sostenible, es decir, pueden vivir comunidades asentadas en el área protegida.

Isagen adelanta –en alianza con WWF Colombia– acciones con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las comunidades y mejorar la efectividad del área protegida. La meta es cumplir los objetivos de conservación, “y que el área también cumpla una función de conectividad en el paisaje de áreas protegidas del Atlántico”, manifestó.

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Cerca de 23 familias que viven en Luriza hacen parte del proceso de conservación de esta área protegida.

Elvira Gutiérrez Segura, residente desde hace 60 años en Luriza, manifestó estar expectante por los trabajos de conservación que se ejecutarán en esa área protegida. Señaló que espera que estos sean de total beneficio para las comunidades del sector y que ayude a impulsar el turismo en la zona.

Claudia Álvarez, directora Ambiental de Isagen, resaltó el compromiso de las alianzas con las diferentes entidades públicas y privadas para la protección de la biodiversidad. “La firma de alianzas público – privadas permite sumar esfuerzos y lograr que sea posible el desarrollo, pero de manera sostenible'.

Bajo impacto ambiental

Los proyectos eólicos en La Guajira y solares en el Atlántico son de bajas emisiones de carbono, lo que les permite emitir Certificados de Reducción de Emisiones (CER) con un potencial de producir anualmente más de 200 mil CER.

Según el Ministerio de Ambiente, los certificados emitidos por este tipo de proyectos pueden ser utilizadas por los países industrializados para cumplir con su cuota de reducción de emisiones, y al mismo tiempo los proyectos ayudan a los países en desarrollo a lograr un desarrollo sostenible y contribuir al cumplimiento del objetivo principal de la convención marco de las Naciones Unidas para el cambio climático.

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Con estos proyectos de fuentes no convencionales de energías renovables, Isagen lidera la transición energética: “Este es el camino que nos llevará a descarbonizar la economía, como principal herramienta de mitigación frente al cambio climático”.

Isagen viene cumpliendo con los acuerdos de consulta previa

En La Guajira se encuentran los parques eólicos Guajira I y Wesp 01. En esta zona Isagen adelanta directamente la gestión ambiental con las tres comunidades indígenas del área de influencia.

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De acuerdo con la consulta previa con la comunidad, se entregaron, por ejemplo, recursos para la construcción de un jagüey para mejorar el acceso al agua. Con recursos de transferencia del sector eléctrico se invertirá en el entorno en beneficio del ambiente y las comunidades.

Se han sembrado árboles de Trupillo, una de las especies más representativas del desierto, que beneficia el ecosistema y a la comunidad ofreciendo sombra, refugio y alimento a la fauna silvestre y a los animales domésticos.

Fotos archivo EL HERALDO