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David Char Navas fue el primer ex congresista admitido por la JEP para que se acoja a los beneficios. Archivo
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Ley del Montes | Políticos ante la JEP, ¿buen negocio?

El ex senador David Char Navas abrió ante la justicia transicional un capítulo inédito que permitirá conocer las relaciones de ex congresistas con grupos criminales.

Comenzó a escribirse un nuevo capítulo sobre las relaciones de la clase política con las organizaciones armadas ilegales, en especial con los llamados grupos paramilitares. No es un asunto menor, pues por primera vez varios parlamentarios y ex parlamentarios acudirán de forma voluntaria ante la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) a contar la verdad sobre sus estrechos y perversos vínculos con las organizaciones criminales.

A diferencia de lo que sucedió con la llamada “parapolítica”, que llevó a los congresistas a comparecer obligados ante la Corte Suprema de Justicia para que fueran juzgados, en esta oportunidad será la justicia transicional -surgida de los diálogos de La Habana entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Farc- la que podrá definir la suerte de quienes -sin ser combatientes- se asociaron con los paras para sacar provecho económico o electoral.

El ex senador de Cambio Radical, David Char Navas, fue el primer ex congresista admitido por la JEP para que se acoja a los beneficios que ofrece dicha Jurisdicción y narre la verdad de sus relaciones con los grupos de autodefensas. El ex congresista compareció ante los magistrados el pasado viernes en Bogotá y en medio de una gran expectativa, pues se trata de un hecho inédito en la historia del país. Después de Char Navas espera turno ante dicho tribunal especial el ex senador liberal Álvaro Ashton, mientras que otro grupo de sus antiguos colegas están pensando seriamente seguir el camino de Char y Asthon.

En su declaración ante la JEP del pasado viernes, Char Navas fue contundente y no dejó duda alguna acerca de sus vínculos con los grupos paramilitares de la Región Caribe. Admitió -por ejemplo- que recibió apoyo del Bloque Norte de las Autodefensas para ser elegido senador en 2006 y que en esa oportunidad se reunió con los jefes paramilitares Carlos Mario García “El Médico” y Édgar Ignacio Fierro “Don Antonio”, jefes del frente “José Pablo Díaz” del Bloque Norte, que operaba en la Región Caribe.

Aunque el ex senador sostuvo que su relación no se extendió por mucho tiempo, si reconoció que la misma sirvió para “expandir y consolidar el Bloque Norte”. Y fue mucho más allá: “Aunque no dimensioné ni el alcance ni la perversión de sus métodos, admito que apoyé un grupo paramilitar que causó daños profundos a la Sociedad en todos sus niveles”, confesó Char Navas.

En la declaración que leyó ante los magistrados de la JEP, suministró detalles de la forma como operaba la estructura paramilitar en algunos departamentos de la Región Caribe y de qué manera cumplía con sus propósitos criminales. Habló de la forma como se “compran votos” mediante el suministro de materiales de construcción, como se compran los votos con dinero en efectivo en dos contados -la mitad del dinero antes de votar y la otra mitad después de hacerlo- y por último narró como se les pagaba a funcionarios de la Registraduría Nacional para que alteraran los resultados de algunas mesas de votación.

Por decisión de la JEP el senador Char Navas goza de libertad condicional desde el pasado 31 de julio. Al día siguiente madrugó ante la Comisión de la Verdad para asistir a la primera sesión en la que empezó a relatar todo lo que conoce sobre las relaciones de la clase política de la Región Caribe con los grupos paramilitares. Todo ello a cambio de los beneficios que ofrece la JEP a quienes se acogen a sus gabelas al confesar sus delitos.

¿Qué tan buen negocio resulta para los ex congresistas acogerse a la justicia transicional?

Busqueda de la verdad

El ex senador David Char Navas dio el paso que muchos de sus antiguos colegas quisieran dar, pero que aún no se deciden porque desconocen o desconfían de los alcances de la JEP, tribunal que terminó “satanizado” por cuenta de haber nacido de los diálogos de La Habana. De hecho, hay quienes consideran que se creó para proteger a los ex combatientes de las Farc y condenar a los miembros de las Fuerzas Armadas y a terceros que prestaron asistencia a los grupos paramilitares. No obstante, Char Navas dejó los temores a un lado y decidió jugarse su futuro contándole a la JEP su verdad de los hechos. En la confesión que entregó a la JEP admitió su estrecha relación con políticos, paramilitares y corruptos de todo tipo, quienes se mostraban indiferentes ante los derechos de los demás. Admitió su participación en “empresas criminales” que se conformaban para comprar votos. Todo ello -reconoce hoy el ex senador Char Navas- “atentaba contra las libertades y principios democráticos”. Es decir, solo mediante la confesión de los delitos por parte de quienes tuvieron directa participación en los mismos se puede avanzar en la búsqueda de la verdad. No hay otro camino para quienes deciden acogerse a la JEP.

Verdad y no repetición

Saldar la deuda con la Sociedad no es un asunto fácil. El caso del ex senador Char Navas no es la excepción. En la búsqueda de esa reparación, tanto el ex senador como su equipo de defensa sostuvieron una serie de diálogos jurídicos exigentes con los magistrados de la JEP. Y gracias a esa colaboración se fijó un rango alto para que los terceros o agentes del Estado no combatientes se vean obligados a demostrar que no tienen la intención de burlarse de la justicia transicional. El compromiso parte de la confesión de hechos ciertos, verificables y comprobables. Desde que postuló su nombre para ser admitido por la JEP, Char Navas decidió apostarle a ofrecer verdad, reparación y garantía de no repetición en lugar de jugarle al vencimiento de términos, o a la libertad por pena cumplida ante la Corte Suprema de Justicia. Este último tribunal procesaba a Char Navas por sus presuntos nexos -hoy reconocidos ante la JEP- con el Bloque Norte de las Autodefensa.

¿Y la reparación de las víctimas?

La Procuraduría, entre otros organismos, destacó la fortaleza del proyecto de reparación de las víctimas presentado por el ex senador Char Navas. ¿En qué consiste la propuesta? En comprar terrenos para que una cooperativa conformada por decenas de familias de víctimas, que deben ser seleccionadas por la propia JEP, siembren y comercialicen maíz tierno y ají dulce. Dichas familias deben convertirse, tiempo después, en propietarios y empresarios, que puedan hacer sostenible y duradero dicho proyecto productivo, que no es otra cosa que su plan de vida. Punto. El proyecto incluye construir y dotar un colegio para más de cien alumnos y asesoría psicosocial de especialistas en post-conflicto. A la hora de valorar la colaboración del ex congresista para otorgarle el beneficio de libertad condicional.

Sin ningún cálculo político

Contrario a lo que se piensa, los orígenes políticos y electorales del ex senador Char Navas no están en Barranquilla o el Atlántico. Buena parte de su infancia y adolescencia transcurrió en Estados Unidos, país al que llegó con apenas 14 años de edad y sin saber hablar inglés. Estudió en una escuela militar en Wisconsin y luego regresó a Colombia para dedicarse a la ganadería y la agricultura. A la política llegó de la mano del senador sincelejano de Cambio Radical, Antonio Guerra De la Espriella, su cuñado, quien le pidió que le “ayudara a conseguir votos”. El ex congresista aportó una votación muy importante que lo llevó primero a la Cámara de Representantes y luego al Senado. En el 2008 -“luego de comprender que en política dos más dos no son cuatro”- decidió retirarse del Congreso. Desde entonces su vida se había convertido en un suplicio.

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