
“Ni viendo a los asesinos tras las rejas se repara el daño”
Familiares de John Pemberty y Orlando Zapata, abogado y docente asesinados en 2009, esperan que autores sean capturados de nuevo.
Para los familiares de John Jairo Pemberty y Orlando Zapata Ferreira, asesinados a tiros el 25 de julio de 2009, aunque la justicia acaba de condenar a 41 años de prisión a dos personas por el doble crimen, el daño causado nunca será reparado.
No obstante no solo esperan sino que le piden a las autoridades que encuentren a los responsables y les apliquen todo el peso de la ley.
Claudia Zapata Ferreira, que era esposa de John Jairo Pemberty y hermana de Orlando Zapata Ferreira, las dos víctimas, se pronunció luego de conocer la decisión que en tal sentido adoptó el Tribunal Superior del Distrito Judicial y que revocó el fallo de primera instancia del Juzgado Cuarto Penal del Circuito que los había absuelto.
El docente y el abogado fueron ultimados cuando pescaban junto a otros familiares en el sector La Playita, de la Ciénaga de Mallorquín. Allí dos asaltantes los despojaron de un revólver y los asesinaron con la misma arma.
Lo que pasó, en opinión de Claudia, fue de “magnitudes increíbles”, una “tragedia incalculable” imposible de aliviar, ni siquiera viendo a los responsables tras las rejas. “No hay manera de que no nos sigamos sintiendo tristes frente a lo que pasó porque es una realidad contundente que nos acompaña día tras días”, agrega.
La mujer cuenta además que tuvo que dejar de salir con frecuencia a la calle porque uno de sus hijos, cuando veía a una familia completa, le decía que la suya no estaba así.
Su esposo era licenciado en ciencias sociales y económicas de la Universidad del Atlántico, especialista en filosofía, de la Universidad Nacional y estaba cursando una maestría. Trabajó como docente universitario y en colegios. Dejó tres hijos -el primero de una relación anterior-.
Ligia Zapata Ferreira, también hermana de Orlando, que era abogado penalista, recuerda que la primera decisión les “cayó mal” porque estaba comprobado que los dos procesados “son unos delincuentes y la juez no podía tomar esa decisión arbitraria que tomó para absolverlos. Fue una injusticia”.
Dice además que como consecuencia de la muerte de su hermano su mamá padece alzhéimer. Ella cree que es una especie de intento por huir de la realidad, de tratar de olvidar lo que sucedió con el menor de sus 10 hijos, “el pechichón de la familia”.