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Presuntos integrantes de la red de tráfico de drogas denominada ‘los Buzos’. Archivo
Judicial

Narcotráfico, el legado criminal de un negocio familiar

Investigadores de la Policía le contaron a EL HERALDO que los líderes de las bandas delincuenciales utilizan esta estrategia para sentirse más confiados.

La dinámica de las bandas delincuenciales, a través de la historia, ha venido cambiando. Algunas de ellas han incorporado personas de confianza para delinquir; sin embargo, cuando estas llevan cierto tiempo en la organización, en ocasiones, tienden a ‘torcerse’.

A raíz de esta situación que han detectado, los líderes de las organizaciones criminales han comenzado a vincular miembros de sus núcleos familiares a los grupos ilícitos para sentirse más confiados, esto fue lo que señalaron algunos investigadores de la Policía que han desarticulado numerosas bandas ilegales cuyos integrantes, por lo general, son parientes, y que tienen injerencia en Barranquilla y su área metropolitana.

“Si son familiares se genera un lazo de confianza y es por eso que los cabecillas prefieren tener a su lado a personas que sean allegadas y que no representen un riesgo en cuanto a entregar información a autoridades o generar inconvenientes con otros grupos. Igualmente, personas que no vayan a afectar la economía de la organización delictiva”, dijo una de las fuentes consultadas.

Lazos para delinquir

Uno de los ejemplos más claros de esta hipótesis establecida por los expertos es en el caso de ‘los Costeños’, liderados por Jorge Eliécer Díaz Collazos, alias Castor, y Digno Palomino, quienes se encuentran privados de la libertad en una cárcel de Venezuela.

En los últimos años, los señalados han incorporado a las filas de la banda a sus familiares. Según las indagaciones, Palomino puso a Madeleine del Carmen Insignares, alias Rapunzel, su pareja sentimental, a que se encargara de las extorsiones y la financiación del grupo criminal.

Mientras que ‘Castor’ designó a su hermano, Héctor Dalai Díaz, alias Héctor, para que se pusiera al frente de la organización delincuencial y respondiera por el dinero producto del accionar delictivo de la banda.

En el interior

Es sabido que esta estrategia no solamente se ve en esta zona norte del país, pues en el resto, el Clan del Golfo, liderado por Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel, ha sumergido en la ilegalidad a sus parientes. Así ha quedado evidenciado en las más recientes capturas por parte de las autoridades, ya que en su gran mayoría han sido hermanos, primos, entre otros familiares de ‘Otoniel’. 

En Barranquilla y su área metropolitana, las autoridades han identificado que esta modalidad de delinquir es común, pues las familias que viven de la venta de estupefacientes comercializan la droga en la misma vivienda en la que residen.

“En el caso de extorsión, nos hemos dado cuenta de que cuando se presenta una extorsión desde la cárcel, quien cobra el dinero en la calle por lo general es un pariente del preso que está extorsionando. Esa extorsión la hacen para poder pagar los gastos en la cárcel y poder tener dinero para la familia porque por lo general viven de la renta ilegal y esta se frena o merma cuando el cabecilla es capturado”, explicó un investigador.

Más fácil

Las fuentes también develaron que para ellos es más fácil la tarea de investigar a la banda delincuencial cuando está integrada por varios parientes.

“Entre familia se tiene más control del delito, pero también se vuelven un objetivo más fácil. Al capturar a alguien de la organización este es reemplazado por otro familiar, pero estos ya los tenemos referenciados”, agregaron.

Un grupo desarticulado

Era tal el entramado criminal del grupo de allegados llamado ‘los Buzos’, que buceaban cerca a los buques estacionados en los puertos del Caribe colombiano para en un abrir y cerrar de ojos adherir cocaína a ellos. Eso fue lo que develaron las autoridades y que terminó con la captura de ocho presuntos miembros de la banda de narcotraficantes que enviaba droga a Estados Unidos, Centroamérica y Europa.

Las investigaciones permitieron conocer que la organización ilegal, supuestamente, obtenía la sustancia ilícita en la región del Catatumbo (Norte de Santander) y la transportaba por vía terrestre a inmediaciones de las zonas portuarias de Barranquilla, Santa Marta y La Guajira.

Al parecer, el estupefaciente era acopiado durante algunos días y, posteriormente, ingresado a las terminales marítimas, donde buzos profesionales se encargaban de adherirlo al casco o parte externa de las embarcaciones, horas antes de zarpar a destinos internacionales.

Las capturas de las personas que estarían involucradas en las distintas fases del andamiaje criminal fueron realizadas en Barranquilla y Cartagena.

Entre los detenidos están Martha Cecilia Guzmán Granda, alias la Señora, quien sería la cabecilla principal; y su hijo, Desmond Cortés Guzmán, uno de los supuestos buzos que, presuntamente, ejecutaba las maniobras para fijar los cargamentos a los buques.

Uno de los capturados fue Manuel Antonio Salas Troya, alias Mañe. Este hombre fue capturado con fines de extradición en 2011 y condenado en Estados Unidos por tráfico de narcóticos. Luego de cumplir condena fue deportado a Colombia en 2017, y desde entonces se habría convertido en inversionista para la compra y envío de la cocaína, según la Fiscalía.

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