Han pasado 19 años de aquel fatídico día en el que al no sucumbirse a las fuerzas oscuras y violentas que en ese momento dominaban la región, Nelson Ricardo Mejía Sarmiento, alcalde del municipio de Santo Tomás, en el departamento del Atlántico, le tocó sacrificar su vida antes de traicionar a su pueblo.
El Caribe, durante el 2004, año del asesinato de Nelson, estuvo sometida al mandato de los paramilitares, a través de las presiones y amenazas que estos ejercían. A los mandatarios de turno muchas veces les tocaba ceder contratos, secretarías o cualquier petición que fuera solicitada por el entonces ‘comandante’ que estuviera al frente y los que no se ‘torcían’, como Mejía, entonces pagaban con su vida.
Y es que hablar del alcalde Nelson Mejía es hablar de la esperanza que tuvo un pueblo, el médico de todos, el hombre que tuvo un centenar de ahijados, porque la admiración y respeto que la gente le tenía era genuino, así lo cuentan sus amigos y pobladores en Santo Tomás, quienes también resaltan que Nelson no tenía ningún interés político: su único interés era servir a la comunidad, esa misma que quería verlo en la Alcaldía para que desde esa instancia los pudiese ayudar mucho más y lo lograron no solo una vez, sino dos.
Con la muerte de Mejía el pueblo quedó huérfano, su familia sin explicación, y en la actualidad un crimen que aún no se resuelve.
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'Morir antes que ser desleal'
Al final pasó, y pasó por defender la lealtad con su gente. EL HERALDO dialogó con su hijo Jorge Mejía, 19 años después de la muerte de su progenitor, a quien aún se le quiebra la voz al hablar del líder, del médico, del servidor y por supuesto del padre que extrañará siempre.
‘‘Sigue siendo dolorosa su ausencia, el impacto emocional fue demasiado duro, mi papá forjó una labor humana, fue un fenómeno, lo querían desde los niños hasta los ancianos, era un sentir de verdad. Mi padre curaba con la mirada, eso decían sus pacientes, que venían de todas partes, a los que muchas veces les regalaba las consultas', sostuvo.
Asimismo, Jorge pidió a quienes conocieron a su padre que mantengan vivo su recuerdo, por su don de servicio y honestidad con su gente.
'Estoy seguro frente al DAS'
Las últimas palabras de Nelson a su hermano Tito Mejía Sarmiento, quien lo llamó momentos antes de la tragedia ocurrida en la capital del Atlántico, frente a las instalaciones del antiguo Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, lo dejaron marcado para siempre.
El licenciado en Filología e Idiomas, locutor, escritor y poeta Tito ‘Sensación’ Mejía, como se le escuchó en la radio por muchos años, ha intentado por todos los medios y herramientas digitales mantener vivo el recuerdo de su hermano, esa persona noble de la cuales ya quedan muy pocas. A Tito le cambió la vida desde aquel 29 de abril de 2004, hasta su salud ya no es la misma a raíz de lo sucedido.
EL HERALDO lo contactó en aras de conocer cómo han sido estos 19 años sin Nelson. 'Mi mamá y mi papá se murieron con la pena y el dolor de no saber quién estaba detrás del crimen de mi hermano', relató.
Es muy notable la ausencia para su familia, amigos y un pueblo que perdió a uno de sus más entrañables líderes, expresó Tito.
Sobre el proceso judicial por su muerte es bien sabido que Nelson fue otra de las víctimas del bloque del frente ‘José Pablo Díaz’ de las AUC, liderado por el hoy postulado a Justicia y Paz Édgar Ignacio Fierro Flórez, alias Don Antonio.
Pero lo que dice la familia es que las autoridades guardan un hermetismo con relación al tema, así lo asegura Jorge Mejía, hijo de Nelson.
'Es un hermetismo total, ya que desde hace muchos años el proceso no avanza, se ha estancado, aun a pesar de que la muerte está declarada delito de lesa humanidad, esto quiere decir que es un homicidio que nunca va a prescribir. Las autoridades han mermado en su búsqueda para poder dar una respuesta. Incluso las personas que se atribuyeron en su momento la muerte de mi padre, como Édgar Fierro Flores, alias Don Antonio, quien fue el que ordenó su asesinato, no ha dicho la verdad, incluso ha jugado con el sentimiento de nuestra familia por muchos años, ya que independientemente de su proceso de Justicia y Paz, nunca ha dicho quién le pidió el favor para dar la orden y siempre ha habido obstáculos que la misma justicia ha permitido', detalló su hijo Jorge.
Los allegados a Mejía piensan que el proceso se ha dilatado, lo cual ha impedido que se conozca la verdad. Por eso les piden a las autoridades que se renueve el caso y, después de 19 años, se pueda conocer la verdad de quién dio la orden de matar al alcalde.
'Sí, tenemos conocimientos del autor material, de la persona que ordenó, pero no sabemos quién fue el determinador, aquella persona que está con las manos untadas de sangre y que afectó a nuestra familia, que incluso afectó al municipio con la muerte de nuestro padre', finalizó el hijo.
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Pequeño conteo del dolor
'A Nelson, mi hermano menor, médico de profesión, lo mataron cobardemente por la espalda cuando fungía como alcalde de Santo Tomás, en un restaurante de Barranquilla, a tres metros de las oficinas del DAS, el 29 de abril de 2004', repitió Tito Mejía. En ese momento el presidente de Colombia era Álvaro Uribe Vélez y el gobernador del Atlántico, Carlos Rodado Noriega.
'Hoy, 19 años después, la familia y amigos aún reclamamos justicia, esperando un encuentro con la verdad que no se mida en lágrimas, sino en alegrías para que la esperanza cobije un nuevo amanecer tomasino'.



















