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Recostado a una pared de tablas amarillas está un colchón gris de un solo cuerpo, con un forro de ángeles y una mancha de sangre. '¡Linda, ayúdame, ayúdame!', gritó Yulimar Carolina Hidalgo mientras caminaba herida hacia la cocina, luego de ser apuñalada por su pareja ocho veces con un cuchillo de 'pelar naranjas'.

A las 3:20 de la tarde del domingo, en la casa blanca con rojo de la carrera 1F con calle 78, del barrio Santo Domingo, ‘Domy’, como era conocida por las personas con las que vivía, fue asesinada por Francisco Quiñones Julio, de acuerdo con su tía Ingrid Del Toro, motivado por los celos de creer que ella estaba con otra persona.

'Ella aquí en Barranquilla no tenía familia ni conocidos, solo a nosotros. Mi sobrino creía que ella se la estaba haciendo. Él la buscaba desesperado. El sábado anterior llegó como a las 11 de la noche, después de estar todo el día por fuera'.

Las personas que vivían en la misma casa con la pareja, que llegó de Venezuela hace cuatro meses, afirman que ellos tenían peleas constantes y que, incluso, el día anterior al crimen, habían sostenido un enfrentamiento.

'Ellos pasaban discutiendo y hace tres días (el sábado), en la mañana a las 6:00, se dieron puños. Primero estaban bien y cuando vimos fue que se fueron a los golpes', dice Angie Del Toro, prima de Francisco y quien se había convertido en buena amiga de la víctima.

'Yo le había dicho a él que antes de que las cosas fueran peores la mandara para Venezuela y ya le había conseguido 50 mil pesos para que se fuera. Ayer él le dijo que se alistara que le había levantado la plata de los pasajes', indica Ingrid.

Dentro de la casa, el volumen alto de un equipo de sonido impidió que se escucharan los gritos de ‘Domy’. 'Mi primo llegó y yo le dije que le iba a servir la comida porque me comentó que tenía hambre, me pidió prestado un cuchillo para pelar unas naranjas y se fue para el cuarto, ahí no escuchamos más nada. Al ratico vimos que ella venía toda ensangrentada, gritando que la ayudaran', agrega Angie.

Francisco, que se dedicaba a vender aguacates en la calle, salió corriendo tras ella con la hija de ambos en brazos. Yulimar fue auxiliada y llevada al Hospital Barranquilla, donde llegó sin signos vitales. Él fue perseguido por la comunidad del barrio y por poco lo linchan, está en un centro médico por las heridas causadas por los vecinos.

La familia de Hidalgo vendrá de Venezuela para reclamar el cadáver de su ser querido, y contempla la posibilidad de llevarse los restos al vecino país, aunque, según la familia política de la fallecida, no cuentan con los recursos para el traslado del cuerpo ni para darle sepultura en Barranquilla.

'Qué necesidad tenía él de hacer eso, no solo la mató y se desgració la vida él, sino a su hija de dos años. Ahora queda esa pelaita con la mamá muerta y el papá preso', lamenta Ingrid Del Toro.