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Para muchos, Amparo Grisales es sinónimo de una “diva” de la televisión colombiana, pues es temperamental, segura de sí misma y dueña de una presencia imponente que ha marcado décadas en la pantalla.

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Sin embargo, para el periodista caleño Brian Ortiz, conocerla en persona fue suficiente para derrumbar cualquier expectativa que alguna vez tuvo sobre ella, y no precisamente de forma positiva.

Ortiz, quien trabajaba en el programa “Acá entre nos” del Canal 1 en 2019, recuerda con claridad el día que coincidió con Grisales durante las grabaciones de fin de año. En su relato, publicado recientemente en redes sociales, describe cómo lo que para él era una oportunidad emocionante de compartir espacio con una figura de talla nacional, se convirtió en una experiencia incómoda y decepcionante.

JOSEFINA VILLARREALHERRERA/Josefina VillarrealAmparo Grisales en la Batalla de Flores, el desfile más emblemático y simbólico del Carnaval de Barranquilla.

“Pensé que iba a conocer a alguien distinto al personaje que vemos en televisión. Pero no. Eso que ven al aire, esa actitud prepotente, es exactamente como ella es fuera de cámaras”, dijo.

Desde su llegada al canal, el comportamiento de Grisales dejó claro que las jerarquías eran innegociables. Se molestó porque nadie la recibió personalmente, se negó a ser maquillada por el equipo del canal, y trató con altanería a una de las asistentes cuando esta le sugirió pedir una blusa de vestuario. “¿Cómo se te ocurre? Estás hablando con la diva de Colombia”, fue su respuesta, según Ortiz.

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“A Amparo Girsales no la van a sacar de Yo me llamo ni mucho menos de Caracol. Su ‘diva de Colombia’ es así. Eso que ven en pantalla de ella: grosera, prepotente, hablándole feo a los participantes, al equipo de trabajo y hasta los que están de jurado con ella, es su realidad. Eso no es un personaje, ella es así”, declaró.

El punto más tenso de la experiencia ocurrió durante la preparación de una entrevista informal para las redes del programa. Ortiz, animado por una anécdota que le había contado previamente la hermana de Amparo, Patricia Grisales, intentó iniciar una conversación con la actriz. Pero la reacción fue tajante: “Me molestan las preguntas estúpidas como esa”, contestó Amparo, desmotivando al periodista a continuar con la grabación.

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“El día que la conocí dije: wow, voy a conocer a Amparo Grisales. Y con la primera palabra que pronunció, se me cayó, no ‘del pedestal en el que la tenía’, porque nunca la tuve en un pedestal, pero sí pensé que era un personaje de televisión y en la realidad, en la vida cotidiana, era otra, pero no. Ella es así. Cosa muy diferente a la de su hermana, Patricia creo que se llama... totalmente diferente, esa señora sí es un amor”, indicó.

Para Ortiz, el verdadero problema no es solo la actitud de la actriz, sino el entorno que la rodea y que, según él, le ha permitido actuar así durante años. “Los canales, los directores, los productores e incluso el público se lo han permitido. Ella no va a cambiar, porque no tiene por qué hacerlo. Pero para ser diva, creo que todavía le falta mucho”.

El comunicador, quien ahora reside en México, concluyó su reflexión diciendo que lo vivido fue una lección sobre cómo, a veces, la figura pública y la persona detrás del personaje no tienen diferencia alguna.

“Qué pereza grabar con una persona que, tras la cámara, está haciendo caras, hablando mal, siendo grosera y, cuando ya está frente a la cámara, es paz y amor, buena onda y la mejor persona del mundo”, finalizó.