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Ensayo de los integrantes de la Sinfonía Vallenata que se presentará esta noche. Cortesía.
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Músicos quieren otorgarle “mayor status al vallenato”

10 reyes del acordeón y grandes del canto ofrecerán hoy un concierto histórico en Bogotá.

El vallenato se apodera cada vez más de los oídos del mundo. La frase la lanza el Rey Vallenato 1988 Alberto ‘Beto’ Villa Payares, quien estaba alejado de los escenarios, pero ahora regresa con el propósito de llevar esta música raizal a los más importantes escenarios. La primera gran cita será hoy desde las 8:00 p.m. en el Movistar Arena Bogotá, donde estará acompañado por otros nueve reyes del acordeón para interpretar vallenato en formato sinfónico.

La propuesta ha llamado la atención por ser novedosa y porque fusiona la música que nació en el campo costeño con la que se aprende desde las más reconocidas academias europeas.

El instrumento que da vida a este espectáculo es el acordeón que será ejecutado por Gonzalo ‘El Cocha’ Molina, Gustavo Osorio, Ciro Meza, ‘Pangue’ Maestre, Álvaro López, Hugo Carlos Granados, Rodolfo De Lavalle (Rey aficionado), y los reyes sabaneros Manuel Vega y José Vásquez. Todos bajo la dirección de Villa y el acompañamiento de caja, guacharaca, guitarra y bajo.

Entre tanto, la ‘Sinfonía de reyes vallenatos’ se vestirá de gala con la presencia de intérpretes como Poncho Zuleta, Iván Villazón, Alfredo Gutiérrez, Jorge Oñate y Beto Zabaleta, quienes interpretarán sus grandes éxitos, y Beto Villa Jr., a quien le corresponde cantar lo mejor del repertorio de Diomedes Díaz y el Binomio de Oro.

“Queremos darle caché al vallenato con este proyecto sinfónico, todos estaremos vestidos de frac mostrando un concepto que apunta al plan de salvaguarda que entregó la Unesco para lograr que el vallenato siga siendo patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad”, explicó Villa en diálogo con EL HERALDO.

Para ahondar en la propuesta, el digitador oriundo de Pivijay (Magdalena) explicó que tomó el formato europeo sinfónico, en el que se reúnen varias familias de instrumentos a hacer ‘voces’ en una misma melodía y lo incorporaron al acordeón. “Aquí hay mucha sincronización, acabamos de realizar el último ensayo y el resultado es maravilloso. Las sinfónicas leen la música, mientras que nosotros la sentimos. No nos ceñimos a una partitura, sino a lo que nos va dictando el corazón. Musicalmente hablando te explico que dentro de un tono hay varias octavas. Así que cada acordeonero agarra una de ellas, algo que fue clave para sincronizarnos”.

Así nació la idea. El magdalenense reveló que este concepto le merodeaba por cada ‘esquina’ de su mente una vez grabó junto a Iván Villazón el álbum La Compañía (1999). En ese trabajo discográfico logró mezclar dos acordeones en temas como El niño bonito y Hechicera.

Con este laboratorio como punto de partida debuta hoy este formato que tiene una gran proyección internacional y del que también participarán los cantautores Gustavo Gutiérrez, Iván Ovalle, Luis Egurrola, Emilianito Zuleta y Rafael Manjarrez, este último contó a este medio que revelará secretos del proceso creativo de su clásico Benditos versos que inmortalizó Beto Zabaleta en 1986 y Luis ‘el Negro’ Villa en el álbum De nuevo los buenos. “Es un paseo vallenato cuya musa inspiradora fue una mujer guajira que despertó en mí mucha pasión, logrando adentrarme siempre en el paisaje de la península y ahí, de parranda en parranda, con mis amigos universitarios en Bogotá fue creada esta canción. Un día decidí hacer una estrofa, tal y como la narré en la canción. Era para una mujer que se constituyó en mi obsesión”.

Volver al pasado. Villa contó que con este formato, además de elevar el estatus del vallenato, también quieren devolverle el protagonismo al acordeonero. Con la incursión de Jorge Oñate en el conjunto de los hermanos López (1969), el cantante empezó a tener mayor protagonismo y se puede decir que los acordeoneros quedaron relegados al punto que hoy son meros acompañantes. Al inicio, quienes dieron vida a nuestro género fueron los grandes juglares, esos que se paseaban de pueblo en pueblo con su acordeón terciado al pecho y seduciendo a los habitantes de los pueblos y veredas. “Los amantes de nuestra música se sentaban a oír los acordeones y podían identificar a cada ejecutor, pero luego con la comercialización de este folclor se fue relegando al acordeonero. Pero en nuestro show los acordeoneros seremos los protagonistas”.

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