Compartir:

La Asociación Colombiana de Ciudades Capitales (Asocapitales) advirtió este lunes que el aumento del salario mínimo del 23% anunciado por el presidente Gustavo Petro “generará un incremento adicional promedio cercano a los $200 por pasaje en los sistemas de transporte público urbano, sobre el ajuste ya proyectado con base en un incremento del 11%”.

Leer más: “Le pido al presidente Petro que le dé una oportunidad a mi hijo”: madre de soledeño requerido en extradición por Lituania

Asimismo, la asociación señaló que el aumento profundizará la presión financiera que enfrentan los sistemas de transporte de las ciudades capitales.

“Este impacto se produce porque los sistemas de transporte público masivo y estratégico son altamente intensivos en mano de obra. En promedio, entre el 40% y el 55% de sus costos operativos corresponden a salarios, prestaciones sociales y aportes a la seguridad social, todos ellos indexados al salario mínimo”, se lee en el comunicado.

Asocapitales explicó que cada aumento salarial se traslada de forma automática a los costos de operación, incluso sin ampliaciones de flota, rutas o frecuencias, afectando de manera directa el costo por kilómetro recorrido y el equilibrio financiero de los sistemas.

Ver también: Estos son los servicios y tarifas que aumentan con el 23 % que decretó el presidente Petro

Por su parte, Andrés Santamaría, director general de Asocapitales aseguró que “un incremento del 23% en el salario mínimo tiene un efecto inmediato en los costos del transporte público. En términos prácticos, estamos hablando de alrededor de $200 adicionales por pasaje, que se suman a los incrementos ya previstos y que deben ser asumidos por las ciudades si se quiere proteger a los usuarios y evitar alzas abruptas en la tarifa”.

Le sugerimos: Desarticulan red que vendía expedientes judiciales hasta por mil millones de pesos: funcionarios del CTI están implicados

La Asociación de Ciudades Capitales indicó además que “este impacto no se limita a los grandes sistemas de transporte masivo de las principales áreas metropolitanas, sino que afecta de manera especialmente sensible a las ciudades capitales intermedias, donde operan sistemas estratégicos de menor escala, con menor respaldo financiero y mayores restricciones fiscales, lo que incrementa su vulnerabilidad frente a choques de costos laborales”.