Por más que de vez en cuando simule o exagere alguna falta, a José Enamorado le dan hasta con el balde en cada partido. Patada va y patada viene, puñito va y puñito viene. No lo dejan en paz. Siempre están tratando de incomodarlo para intentar frenarlo.
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El habilidoso jugador no se arruga y siempre pide el balón, encara y avanza en medio de un camino minado por todos lados. Por eso termina adolorido, rengueando y maltrecho tras cada compromiso. Incluso, en los últimos juegos, debido a una fuerte contusión en una de sus rodillas, no se le ha visto en todo su esplendor.
En la derrota 2-1 ante Medellín, parecía a media máquina. Evitando el choque y escogiendo jugadas para no salir mal librado.
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Teniendo en cuenta el cúmulo de golpes y cansancio que ya tiene encima, Enamorado no habla de táctica, estrategia, intensidad o cualquier otro asunto futbolístico de cara a la final de la Liga II contra el Deportes Tolima. El 10 de Junior solo quiere una pausa rehabilitadora.
“Ahora toca descansar. Toca recuperarnos de la mejor manera. Ya en el transcurso de estos días estaremos mirando algunos videos y cosas con los profes para poder enfrentar esta final”, dijo Enamorado.
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El extremo no quiso hablar de otra cosa a su llegada a Barranquilla, tras asegurar la clasificación, a pesar de perder ante ‘el Poderoso’, el lunes en el Atanasio.
“Como les dije: ahora toca descansar y recuperarnos de la mejor manera para poder enfrentar esta final como se debe”, concluyó.
















