El presidente Gustavo Petro calificó como un “acto de venganza, bárbaro y canalla” el presunto plan atribuido a su exministro de Relaciones Exteriores, Álvaro Leyva, para apartarlo de la jefatura de Estado. La declaración del mandatario se conoció este domingo a través de su cuenta oficial de X, luego de que el diario El País de España revelara detalles sobre las supuestas gestiones que Leyva habría emprendido en Estados Unidos para propiciar su salida del cargo.
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Desde Europa, donde cumple compromisos oficiales, el presidente no solo negó las acusaciones sobre su supuesta incapacidad para ejercer el poder, sino que profundizó en sus diferencias con el excanciller, a quien responsabiliza de actuar movido por el rencor y los intereses personales.
“Durante meses he sido víctima de la injuria del señor Leyva, y quise simplemente responder a lo que consideraba un acto de venganza bárbaro, canalla, de alguien que simplemente había ayudado de corazón”, escribió Petro, quien también recordó los motivos que, según él, lo llevaron a designarlo como canciller al inicio de su Gobierno.
El jefe de Estado aseguró que confió en Leyva creyendo que tenía una “genuina vocación de paz” y que su trayectoria lo hacía merecedor del cargo. Sin embargo, afirmó que, con el tiempo, descubrió otras intenciones. “Hoy, conociéndolo personalmente, creo que también buscaba otras cosas con la paz, menos santas”, dijo.
Las afirmaciones del mandatario surgieron horas después de que ‘El País’ divulgara un informe en que se señala que Leyva, de 82 años, habría sostenido reuniones en Estados Unidos con figuras cercanas al Partido Republicano, como el congresista Mario Díaz-Balart, con el supuesto propósito de promover una “presión internacional” que llevara a la destitución de Petro y permitiera que la vicepresidenta Francia Márquez asumiera el poder.
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En los audios divulgados por ese medio, se escucha a Leyva referirse a la crisis de seguridad que vive el país y a la necesidad de un “gran acuerdo nacional” en el que, incluso, tendrían cabida el Eln y grupos criminales como el Clan del Golfo. También hace mención a figuras políticas como el senador Miguel Uribe Turbay, gravemente herido en un atentado a comienzos de junio.
Petro, que en reiteradas ocasiones ha denunciado la existencia de un “golpe blando” en su contra, aprovechó su pronunciamiento para profundizar en su visión sobre lo que califica como la conducta histórica de la oligarquía colombiana, a la cual, asegura, pertenece Leyva.
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“Es incapaz de establecer relaciones basadas en el respeto a la otra persona y a los argumentos (...). Desde hace dos siglos, la traición, el asesinato, la mentira, son sus normas”, escribió el mandatario, quien, no obstante, insistió en la necesidad de perseverar en el diálogo y la búsqueda de acuerdos.
En su extenso mensaje, Petro también se refirió al proceso de licitación de pasaportes que, según él, estuvo permeado por irregularidades desde sus inicios y que derivó en la suspensión de Leyva por parte de la Procuraduría en 2023. “Le di la orden de no continuarlo porque el pliego de condiciones ya determinaba al ganador. Lo dejó avanzar demasiado, contrario a mi indicación, y cuando lo suspendió, cometió irregularidades que le costaron su vida pública”, aseguró.
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Asimismo, reveló su inconformidad por la supuesta presencia recurrente del hijo de Leyva en eventos oficiales, a quien calificó como un “lobista de negocios” que, según Petro, se aprovechaba de la posición de su padre en el Gobierno.
“En Santiago de Chile llegó Jorge, su hijo, a la comida que hicimos después de la reunión. Lloré en mi discurso que di en ‘La Moneda’, allí no había ido y se conmemoraba los 50 años del golpe de Allende, supongo que por eso habla de comportamientos extraños, asuntos de mi adicción por la libertad. Su hijo no tenía por qué seguirnos en nuestras giras, no estaba bien, parecía un ‘lobista’ de negocios aprovechando el cargo público de su padre”, relató el jefe de Estado.
En medio de las tensiones, el presidente también evocó sus orígenes políticos, su paso por el M-19 y la construcción de la Asamblea Constituyente de 1991, en la que Leyva también participó, para reiterar que su apuesta sigue siendo la paz, aunque, según él, algunos utilicen ese discurso para otros fines.
