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A pesar de la fuerte ofensiva de las autoridades y de las restricciones en la frontera con Venezuela, los contrabandistas insisten en quedarse en el negocio de la gasolina. En su afán por seguir teniendo millonarias ganancias por la diferencia de precios de los hidrocarburos en el vecino país, prácticamente han intentado todo para burlar los controles e ingresar combustible de manera ilegal al departamento del Cesar.

Los operativos han puesto al descubierto, el ingenio y las nuevas modalidades que utilizan quienes persisten en la actividad. Los golpes a estas estructuras dan cuenta de la adecuación de tanques adicionales y caletas en los vehículos, incluso de pasajeros; el uso de una ambulancia y hasta simular quedar varados en las vías para pasar contrabando remolcados por grúas.

Este año la Policía Fiscal y Aduanera ha incautado más de 41.000 galones de gasolina y acpm de contrabando en carreteras del Cesar; y en desarrollo de estas operaciones sorprenden cada vez más las formas que se ingenian para tratar de evadir el cerco de las autoridades.

El pasado 22 de marzo, poco antes de un retén de la Policía y el Ejército en el corregimiento Varas Blancas, jurisdicción del municipio de La Paz, un contrabandista simuló quedar varado en la carretera; llamó el servicio de una grúa, haciendo subir el automotor en la 'camabaja' para tratar de pasar el puesto de control. Con lo que no contaba es que los uniformados los hicieron detener y tras revisar los dos vehículos, encontraron en el automóvil supuestamente averiado, 40 galones de gasolina venezolana. Al Mazda 626 de placas CUA-017 le hallaron un tanque adicional al original donde camuflaba el combustible ilegal.

Y es que ante las fuertes presiones de las autoridades, los contrabandistas han venido buscando la manera de mantenerse en un negocio lucrativo por la diferencia de precios del combustible entre Venezuela y Colombia. Uno de los hallazgos más sorprendentes ocurrió en junio de 2011, cuando una ambulancia adscrita al hospital Inmaculada Concepción del municipio der Chimichagua, en vez de pacientes transportaba gasolina de contrabando.

La Policía inmovilizó el vehículo de asistencia médica en un puesto de control a la altura del corregimiento Los Brasiles, en el municipio de Codazzi, donde fueron incautados 15 galones del combustible. 'El ingenio de los contrabandistas de hidrocarburos no tiene límites', dijo un vocero policial tras el descubrimiento.

'Cada vez más estamos cerrándole los espacios a los traficantes de combustible ilegal, por eso acuden a todo tipo de estrategias para tratar de movilizarlo de un sitio a otro para su comercialización en las poblaciones del Departamento, luego de que entra a este territorio por la frontera de Venezuela con La Guajira', indicó el coronel Richard Helbert Enciso, jefe de División de Gestión y Control Operativo de la Policía Fiscal y Aduanera en Valledupar.

La gasolina de contrabando en su mayoría es transportada desde diferentes puntos de La Guajira, especialmente de Cuestecitas, Albania y Uribia, donde se surten los expendedores para venderla por pimpinas en La Paz y otros municipios del norte y centro del Cesar.

Bombas rodantes

En su afán por seguir teniendo millonarios ingresos, el contrabando de gasolina pone en riesgo incluso la vida de personas inocentes. En este accionar y recurriendo a nuevas modalidades, la Policía ha encontrado caletas en buses de pasajeros de servicio interdepartamental. La cantidad de combustible almacenada en tanques y otros compartimientos, los convierte en verdaderas 'bombas rodantes'.

En la entrada a Valledupar, la Policía Nacional inmovilizó un bus, que transportaba combustible de contrabando. El puesto de control aduanero, ubicado en el kilómetro 1 de la vía Valledupar - La Paz - Cesar, se logró interceptar, un vehículo afiliado a la empresa de Cootracegua, de placas SNC 926, que cubría la ruta Maicao - Banco Magdalena. Al momento de realizar el registro de las bodegas del automotor, los uniformados hallaron 20 recipientes plásticos con capacidad para 5 galones, con Acpm de procedencia extranjera.

Otro caso similar ocurrió en marzo anterior cuando unidades de la Policía Fiscal y Aduanera detuvieron un bus en la entrada de la capital del Cesar, encontrando en el compartimiento de las maletas un tanque adicional con 70 galones de combustible venezolano.

Y bajo la modalidad denominada 'submarino' que consiste en introducir un tubo sellado al ingreso del tanque para desviar la requisa de los policiales, fue descubierto otro cargamento en un bus de pasajeros cerca de Valledupar. El automotor transportaba 130 galones de hidrocarburo de contrabando.

Los casos abundan, en la medida en que se hacen efectivas las operaciones de las autoridades, que cada vez están más alerta frente a las estrategias de los contrabandistas para ingresar combustible ilegal al Cesar.

La camuflan hasta con alimentos

Uno de los últimos golpes al contrabando de combustible ocurrió el pasado cuatro de julio, cuando en un puesto de control en el corregimiento Varas Blancas, la Policía detuvo un camión tipo furgón, que aparentemente llevaba una carga con alimentos no perecederos.

Al practicarle una requisa los uniformados se dieron cuenta que en medio de cajas de aceite de comida, el conductor y el auxiliar del vehículo de placas UYW-289, llevaban 65 galones de Acpm venezolano en canecas adicionales.

En otro operativo el conductor de otro camión, de placas RDI-399, fue capturado al incautarle 20 galones de gasolina y 10 de acpm de contrabando.

Cerrándole el ‘chorro’ al contrabando

Después de que se le cerrara 'el chorro' con las restricciones en la frontera con Venezuela y los operativos de la Policía y Ejército en las carreteras, el negocio ilegal cayó a su mínima expresión; no obstante existen bandas que insisten en el negocio ilegal.

La caída del contrabando se ve reflejada en el resurgir de las estaciones de servicio, especialmente en Valledupar, que hasta 2014, muchas cerraron y otras estaban al borde de la quiebra por el ingreso mensual de unos 2.750.000 galones de gasolina de contrabando a esta capital. Ahora el panorama es diferente, al punto que los 25 establecimientos que funcionan en la ciudad en algunas ocasiones no dan abasto para la demanda de vehículos.

Otro de los factores que denota el ocaso de un negocio ilegal que en el pasado movía miles de millones, es el precio. Valledupar, por ser zona de frontera cuenta con un valor promedio por galón de gasolina de $6.400; con el que ya no pueden competir los contrabandistas.

Lo que también se está presentando es que ante la caída del contrabando, muchos de los que antes vivían de él, se surten a principio de mes, para después revenderlo en la última semana de cada mes cuando el combustible empieza a escasear en las estaciones de servicio.

El aumento de las ventas en las estaciones de servicio se refleja también en el incremento del recaudo por sobretasa a la gasolina en Valledupar, que en la época de crisis, vio mermados los ingresos por este concepto. En 2013 el recaudo alcanzó los 2.100 millones de pesos; pero a partir de la intensidad de los operativos y del cierre de la frontera, el año pasado el municipio cerró con un ingreso de $10.436 millones por este concepto, según informó la secretaría de Hacienda local.

Según la Policía Fiscal y Aduanera, en el negocio del contrabando, el combustible pasó de ser primero en la lista de mayor afectación económica en el departamento hace tres años, al décimo. En lo que va de 2017, después de sectores como textiles, calzado, automotores, cigarrillos, medicamentos, perecederos, bisutería y joyería, entre otros, aparecen los hidrocarburos.