Jorge Cabrera, un campesino bolivarense, jamás creyó que mientras trabajaba la tierra, como de costumbre, se tropezaría con una pieza que data de al menos mil años atrás.
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Eso le sucedió en una vereda cercana a San Jacinto, en Bolívar, específicamente en el corregimiento de Bajo Grande. Estaba escarbando cuando de repente se encontró con un rodillo de cerámica.
La curiosidad de Jorge evitó que solo se quedara con la pieza en la sala de su casa. Como pudo, con el material en su mochila, cogió rumbo a San Jacinto, pues quería mostrarles la pieza a expertos para saber qué había encontrado. Aunque ya sabía que se trataba de algo muy antiguo.
'Él llegó acá con la pieza, nos contó que la había encontrado en el monte. Acá todo objeto de valor histórico que llega se registra con una ficha y lleva el nombre del donante, por eso a él se le hizo un certificado que plasmamos junto a la exhibición, precisando que él es miembro y dueño de ese patrimonio', señaló Jorge Quiroz, director del Museo Comunitario de San Jacinto, citado por el diario El Universal.
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Luego de que la pieza fuera evaluada, los resultados arrojaron que era un rodillo para marcarse la piel o para marcar la tela con tintes naturales.
'La pieza tiene mil años de antigüedad. En aquella época los indígenas Malibú se marcaban y hacían tatuajes, por eso la pieza encontrada por el señor Cabrera poseía unos orificios en los costados, además de una perforación para meter un palo, este se iba rodando y apretando para que se impregnara el tinte en la piel o en las prendas de tela', cita El Universal sobre la pieza.





















