Desde las 4 de la tarde de ayer, Carlos Mario, de 7 años, y su mamá Katherine Baena limpian y cortan la yuca con la que esperan hacerse un buen día en la venta de almuerzos. En la terraza de su casa, a escasos 7 metros del parque donde el papa Francisco bendecirá dos proyectos de la Arquidiócesis de Cartagena, la familia Baena Mallarino se concentra en anunciar a sus vecinos y comensales habituales que la visita del Sumo Pontífice al popular barrio San Francisco no impedirá la venta de almuerzos con la que desde hace varios años sacan adelante a los integrantes de su hogar.
Katherine afirma sin dejar de ‘arrollar’ el pescado que ofrecerá hoy en bandejas con yuca y ensalada, que 'tiene fe' en que hará una de las mejores ventas del año.
A partir de las 10:30 de la mañana, Francisco tendrá un encuentro cercano con 37 niñas de Talitha Qum, un programa de prevención de abuso y explotación sexual que lidera la Arquidiócesis; al igual que el proyecto ‘María revive’ que atiende personas en condición de calle.
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'Estamos muy felices de que el Papa haya escogido nuestro barrio. Yo solo espero verlo y que su bendición haga que mi negocio crezca y prospere bastante para sacar adelante a mis tres hijos', aseguró la mujer, que al igual que decenas de habitantes de San Francisco alistan lugares desde las terrazas y ventanas de sus casas para recibir la bendición del máximo jerarca de la Iglesia Católica.
Y mientras Katherine continúa sus labores de preparación del menú, que oscilará entre $6.000 y $8.000, las niñas de Talitha Qum, al otro lado de la calle, escuchan las últimas indicaciones de la hermana Blanca Nubia López, directora del programa, acerca de su participación en el encuentro con el Papa. Ansiosas, cuatro de ellas: Yoryeth, Mari Luz, Yuliana y Dary Luz, ensayan la coreografía al ritmo de cumbia con la que darán la bienvenida a Francisco. 'Yo espero que el Papa me toque la cabeza y me bendiga para ver si dejo de ser grosera', dice entre risas una de las pequeñas, que llevan más de dos meses estudiando la vida y el mensaje del Papa.
Uniformes, peinados y hasta la ubicación de las niñas y sus familias en la zona exclusiva donde estarán frente a frente al Papa, hicieron parte de los ajustes previos a la llegada de este gran día.
Se conoció que el Papa visitará en su casa a Lorenza María Pérez, una matrona del barrio que regala diariamente almuerzos a 85 niños del sector.
En los alrededores del parque se ubicaron vendedores de camisetas, rosarios, gorras y paraguas alusivos al Papa. Ellos también esperan hacer hoy su ‘agosto en septiembre’ cuando el Vicario de Cristo arribe a este popular sector con más de 50.000 habitantes, que fue escogido por el mismo Santo Padre.
'Ojalá esta visita haga que las autoridades sigan mirando para el barrio. Que no se quede aquí, y inviertan plata en colegios, en carreteas, en trabajo', dijo firmemente Jesús González, un habitante del sector, mientras veía el gran despliegue de logística, cámaras y equipo de seguridad que por primera vez en la historia de este barrio llegaban al lugar.
El sábado de ayer en San Francisco fue diferente para los habituales de esta comunidad. No había picós en las terrazas y los establecimientos de diversión estuvieron cerrados. Quizá por las restricciones de la ley de seca o la lluvia que cayó durante toda la tarde en la ciudad. Sin embargo, algunos más devotos le apuestan a que la comunidad 'entendió el mensaje de Santo Padre y que desde ahora se sentirá un verdadero ambiente de reconciliación y armonía' en este que es uno de los sectores con más altos índices de pobreza y violencia en la ciudad.




















