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Un total de 3.300 estudiantes migrantes serán beneficiados este año con el convenio firmado entre la Alcaldía de Barranquilla y el Programa Mundial de Alimentos de la ONU. Desde hace un año el Distrito acogió a esta población y viene implementado un plan de alimentación.

Esther y Darwin Fonseca tienen 11 años, son mellizos y llegaron hace tres años de Venezuela a Barranquilla, junto a sus padres y 5 hermanos. Ellos hacen parte de los 1.852 (cifra inicial) niños y jóvenes venezolanos que el año pasado empezaron a ser atendidos por el Distrito a través de este convenio, para así fortalecer  el apoyo alimenticio que se brinda en las escuelas públicas de Barranquilla que este año llegará a los 118.000 atendidos.

'La calidad de nuestra educación pública era otro de los sueños que parecían irrealizables en Barranquilla y hoy nos llena de inmensa felicidad saber que miles de niños y jóvenes disfrutan de ella. El mayor énfasis de nuestra administración en los próximos cuatro años es el ser humano y la educación es fundamental en este propósito, por eso seguiremos trabajando por una ciudad con una educación justa e incluyente', manifestó el alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo.

De acuerdo con el Distrito, el convenio con el Programa Mundial de Alimentos comenzó en 2019 atendiendo a 852 estudiantes cada día, posteriormente llegó a 1.000 familias más, y en este 2020 aumentó más de 1.400 la población focalizada en las instituciones que reciben el beneficio, para un total de 3.300 niños y jóvenes.

'Estamos felices de darles esta buena noticia a las familias venezolanas, porque con este convenio garantizamos la atención, a través de un complemento alimenticio, de esta población que tanto lo necesita. Gracias a nuestro alcalde Jaime Pumarejo y al Programa Mundial de Alimentación por darle el primer lugar a la educación de los niños y jóvenes de nuestra ciudad, y a su bienestar', afirmó la secretaria de Educación, Bibiana Rincón.

Por otra parte, Irina Rojas, mamá de los hermanos Fonseca, cuenta su testimonio: 'Desde que mis hijos están en el colegio reciben una buena educación y alimentación, lo mismo que muchas personas que vinieron de Venezuela en la misma situación mía'.

Irina dijo sentirse feliz y emocionada porque, gracias a este convenio, a partir del lunes, Esther y Darwin volverán a la rutina escolar, cargada de tareas, juegos y compañeros, pero también con la certeza de que ‪a las 12:00 del mediodía se acercarán al comedor de su institución para recibir alimentación. 'Ya son 10 kilos los que han recuperado cada uno', precisa Irina, lo cual se logró gracias al acompañamiento nutricional que reciben estudiantes como ellos.