El desasosiego se ha apoderado de los de conductores de buses que transportan a los habitantes de Barranquilla y su Área Metropolitana. El ambiente se ha tornado tenso y el futuro de sus labores se ve amenazado por la delicada situación de inseguridad que están atravesando.
Ante todo esto, los choferes han alzado su voz para manifestarse en contra de los actos delictivos y exigir a las autoridades medidas que 'realmente garanticen' la protección de estos en el ejercicio de sus labores.
Los conductores de la empresa Coolitoral, una de las compañías más afectadas en los últimos días, suspendieron sus actividades tras el asesinato de uno de sus compañeros cuando conducía uno de los vehículos, y aún no se sabe con certeza qué ocurrirá en las próximas jornadas.
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Los conductores de la compañía manifestaron que aún sienten 'temor' cuando piensan en volver a trabajar y también recuerdan los recientes hechos de inseguridad que perjudicaron a sus colegas, motivos por los cuales iniciaron el paro.
Por estos motivos, efectivos de la Policía Metropolitana de Barranquilla hacen presencia en los puntos de concentración de la empresa, para el cumplimiento de la operatividad estratégica de ‘Rutas Seguras’, programa anunciado el pasado jueves en un consejo de seguridad.
El plan de acción fue propuesto con el fin de brindar acompañamiento a 22 rutas de transporte público con el Ejército Nacional, la Armada Nacional y la Mebar.
Pero, a pesar de las medidas adoptadas, los trabajadores de Coolitoral aseguraron que 'no hay garantías' para restablecer las operaciones, motivos por los cuales no salieron a circular el domingo y tampoco lo harán el día de hoy.
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Aunque el pasado sábado el 40 % de los buses de la compañía, cifra entregada por Mebar, salieron a circular a las calles, con el propósito de reactivar la actividad paulatinamente, los directivos han decidido volver a suspender las operaciones.
Representantes del gremio de conductores le declararon a EL HERALDO que tienen pleno conocimiento de todas las actividades que la fuerza pública realiza para combatir el problema de seguridad, pero que aun así 'no hay garantías para volver a laborar'.
'Para nadie es un secreto que la Policía está atravesando una situación delicada de seguridad. Por tal motivo, es inevitable que nos surja la duda: si ellos mismos no pueden cuidarse, ¿cómo nos van a proteger a nosotros?', planteó un directivo.
Entre la espada y la pared
A pesar de esto, el día de ayer varios conductores se acercaron hasta la nevada de Soledad 2000 con la intención de laborar, pero desde la dirección se había dado la orden de que nadie saliera a conducir.
Uno de estos trabajadores le manifestó a este medio su 'preocupación' por no poder trabajar 'tranquilo'.
'Por supuesto que el temor sigue latente porque, entre otras cosas, no tenemos claridad sobre cuáles son los motivos que han llevado a los criminales a tomar represalias en contra de nosotros', apuntó.
El conductor, además, expresó que un 'simple' atraco no da para matar a una persona, así como lo hicieron con uno de sus colegas el pasado 23 y 25 de julio. Motivos por los cuales se declaró confundido e impotente al no saber qué hacer individualmente para aportar en la superación de la problemática.
Sin embargo, dijo que 'a pesar del miedo, no nos podemos quedar cruzados de brazos en nuestras casas y viendo lejos, pues tenemos obligaciones económicas que obligan a trabajar. Así que estamos entre la espada y la pared', dijo el empleado.
