El Ecoparque Ciénaga de Mallorquín, es un paraíso natural que ahora muestra todo su encanto a barranquilleros y turistas. Este ecosistema, considerado de importancia regional, alberga una biodiversidad impresionante debido a la mezcla única de agua dulce (proveniente del Río Magdalena) y salada (del Mar Caribe).
Este espacio vital funciona como hogar y sustento para 146 especies de aves, flora silvestre, reptiles, anfibios, peces, mamíferos y algunos moluscos.
El mangle es la especie arbórea que predomina, la cual alberga a sus alrededores a un crustáceo singular: el cangrejo violinista.
Al finalizar el sendero Manglar, cerca de La Playita, está el punto de concentración de estos cangrejos diminutos que despiertan la curiosidad de los visitantes al Ecoparque, debido a que los machos sólo desarrollan una tenaza, la cual puede ser del mismo tamaño de su cuerpo. En ocasiones cuesta trabajo verlos, debido a que se mueven rápidamente hacía las cuevas. Incluso las mujeres son más pequeñas debido a que no desarrollan sus tenazas.
Y es que en el Ecoparque se realizan varios planes: actividades de contemplación, avistamiento de aves, interacción con la flora y fauna, senderismo, práctica del ecoturismo, deportes náuticos sin motor (actividades que iniciaron desde este sábado), pero es en este espacio ubicado casi que al finalizar el recorrido, donde habita este cangrejo. Así que después de contemplar la ciénaga y de haber respirado aire puro, puede dedicarse a observar detenidamente a los diminutos y llamativos cangrejos.
Su cuerpo, generalmente de color marrón o gris, puede exhibir una gama de colores vivos en las pinzas, que van del rojo al naranja brillante. Esta coloración no solo sirve para atraer parejas, sino también para advertir a posibles rivales.
Un aviso que causa intriga
En el sendero manglar hay un aviso en madera que anuncia su presencia, dice: “cangrejo violinista ¿perdió una tenaza?”, interrogante que causa intriga a quien lo lee. Además entrega tres breves datos, los cuales ayudan a descubrir su encanto.
El más llamativo quizá es el que revela que tiene una relación de mutualismo con el mangle negro, debido a que los agujeros de su hábitat lo ayuda a respirar.
EL HERALDO realizó un recorrido por este lugar y para ello invitó al biólogo de Barranquilla Verde Luis Téllez, con el objetivo de conocer a fondo los secretos que esconde este pequeño cangrejo que alcanza a medir entre 2.5 a 3 centímetros de largo.
Inicialmente Téllez se refirió a la importancia de la presencia del cangrejo en este ecosistema.
“Son muy importantes dentro de la Ciénaga, ya que se alimentan de materia orgánica, y esto ayuda a que esta no se acumule. También en el momento en que realizan sus cuevas, ayudan a que no se realice la compactación del sedimento, y también ayudan a la aireación del suelo”.
Los cangrejos violinistas son criaturas diurnas y se pueden observar realizando sus actividades cotidianas, como alimentarse y defender su territorio. Su dieta se compone principalmente de algas y pequeños invertebrados, lo que los convierte en importantes recicladores de materia orgánica en su hábitat.
¿Por qué violinista?
Esta especie es conocida científicamente como Uca, sin embargo su nombre vulgar es cangrejo violinista. Es famoso por la notoria diferencia de tamaño entre sus dos pinzas.
“Toman ese nombre porque el macho tiene una pinza extremadamente grande en comparación con el tamaño de su cuerpo, se llaman violinista porque en el momento en que realizan su alimentación, ellos van con la pinza en el aire y van tomando el alimento con la otra tenaza y lo pasan por el medio de la tenaza grande. Este movimiento simula como si una persona estuviese tocando violín”.
Como dato curioso este cangrejo alcanza a vivir sólo dos años de vida. Además, su presencia en la cadena alimentaria beneficia a aves, peces y otros animales que dependen de la vida marina en la Ciénaga de Mallorquín.
Expertos en cortejar
El cortejo del cangrejo violinista macho es un espectáculo, puesto a que se vale de su imponente pinza para realizar movimientos rítmicos y gestos encantadores en una danza que atrae y seduce a la hembra. Además de demostrar su fuerza y vitalidad, esta exhibición visual y táctil resalta la idoneidad del macho como pareja.
Asimismo, el cangrejo violinista macho despliega una maestría en sonido y ritmo al producir clics y chasquidos con su pinza, creando una sinfonía de sonidos que resuenan en el agua y añaden una dimensión auditiva a su cortejo.
Estos sonidos no solo atraen a la hembra, sino que también comunican la disposición y entusiasmo del macho para cortejarla, culminando en un cautivador ballet natural en la Ciénaga de Mallorquín.
“El macho que tenga la pinza más grande, pues va a ser más llamativo en el momento de los cortejos, y va a tener como tal la prioridad en el momento de la reproducción. La hembra no tiene esas pinzas, solamente son los machos los que la poseen. Esta tenaza también les ayuda con el tema de territorialidad”, sostuvo Téllez.
Sobre su reproducción el experto de Barranquilla Verde detalló que los apareamientos se dan a lo largo del año. “Ellos no tienen una temporada reproductiva establecida, solo varían algunas condiciones climáticas, de temperatura.
El apareamiento se da luego de que el macho realiza el singular cortejo, pues para la hembra al parecer es llamativo el tamaño de la pinza y luego hacen la copula (comportamiento sexual animal en el que un macho introduce esperma en el cuerpo de la hembra)”.
Agregó que en el momento de que los huevos empiezan a tratar de eclosionar, los cangrejos se acercan a agua salada y ahí es donde los depositan para que empiece el ciclo de vida, “pues las larvas hacen su proceso de metamorfosis hasta llegar a un cangrejo juvenil, y este va a realizar nuevamente su vida dentro de las áreas del ecosistema de manglar”.
Una ciénaga única
La Ciénaga de Mallorquín es muy importante ya que es una laguna costera estuarina, lo que significa que tiene influencia de agua dulce y agua salada.
Es un ecosistema donde se pueden encontrar especies endémicas de Colombia como la guacharaca caribeña y el colibrí cienaguero, ambas se encuentran en peligro de desaparecer, por lo que se hacen necesarias acciones para promover su protección y preservación.
La observación de los cangrejos violinistas en su entorno natural es una experiencia educativa y emocionante que resalta la belleza y complejidad de los ecosistemas de manglar.
Promover la conservación y la conciencia ambiental es crucial para garantizar que futuras generaciones puedan seguir admirando a estas increíbles criaturas.
El cangrejo violinista es, sin duda, uno de los tesoros escondidos del Ecoparque Ciénaga de Mallorquín. Su presencia en el sendero Manglar no solo enriquece la biodiversidad del parque, sino que también ofrece a los visitantes una ventana única al fascinante mundo de los manglares.
Recomendaciones si va a visitar el Ecoparque
■ Las distintas especies que habitan en el Ecoparque Ciénaga de Mallorquín deben ser observadas a la distancia, de ninguna manera se debe interferir en sus actividades, ya que algunas se están alimentando, otras
están en proceso reproductivo, entonces siempre es mejor no interferir en su hábitat, sino dejarlas que cumplan con su ciclo de vida dentro del ecosistema.
■ No se admiten mascotas, tampoco fumar, los alimentos o bebidas están prohibidos, se debe guardar silencio y evitar reproducir música.
■ Los lunes se cierra el Ecoparque para darle un respiro (si el lunes es festivo, se hará el martes).
