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Alma Gamongan, una madre de Apayao, Filipinas, se culpa por el síndrome del hombre lobo que tiene su hijo.

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Según cuenta la mujer, cuando estaba en estado de embarazo tuvo unos deseos inmensos de comer gato montés, que es considerado una exquisitez en el sector donde vive.

Por eso, buscó un gato negro entre amigos del pueblo para saltearlo con hierbas y luego se lo comió.

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Tiempo después nació su hijo Jaren, con esta afección médica que solo se ha dado en 50 personas desde la Edad Media.

En ese momento, Alma se culpó porque creyó que la apariencia de su hijo, es el resultado de una maldición que ella misma provocó cuando se comió un gato salvaje.

Sin embargo, el menor, quien tiene dos años, fue evaluado por los médicos y le indicaron que tiene una rara condición médica llamada hipertricosis.

Jaren tiene una cabellera abundante, patillas negras y vello que cubre su rostro, cuello, espalda y brazos.

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'Me preocupo mucho por él cuando llegue el momento de ir a la escuela. Podría ser intimidado por ser diferente', manifestó Alma, quien tiene tres hijos y no padecen la enfermedad.

Asimismo, describió que se culpó cuando él nació por los antojos que tenía en el embarazo. 'Me sentí muy culpable. Pero hace poco los médicos me dijeron que no estaba relacionado'.

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La madre manifestó que el niño lleva una vida normal, sin embargo, se queja de erupciones con picazón provocadas por el clima cálido.

'Le doy baños cuando hace calor. Incluso intentamos cortar el cabello, pero volvía a crecer aún más grueso, así que dejamos de hacerlo', relató.

Los doctores le indicaron que la hipertricosis no tiene cura, sin embargo tratamientos como la depilación láser podrían ayudar. Por eso, la madre pide ayuda para costearlas y así regalarle un mejor futuro a su hijo.