En los aromas dulces que se pasean por las calles de Barranquilla, sobresale el legado de una pasión transmitida de una generación a otra. Lina Lamboglia, cariñosamente conocida como ‘La Bambina’, heredó de su padre, Giovanni Lamboglia, apodado ‘El Bambino’, no solo este distintivo, sino también el amor por la cocina italiana y la repostería de calidad.
Criada en el seno de una familia en la que cada receta cuenta una historia, Lina creció tomándole un gusto muy especial a la harina, las galletas, el azúcar y a cada cucharada de amor.
Con el tiempo, Lina se convirtió en una experta de la cocina, fusionando la herencia italiana de su familia paterna con los sabores tropicales de su tierra natal. Inspirada por la rica tradición gastronómica de Barranquilla, decidió llevar su pasión al siguiente nivel, creando La Bambina, una cocina profesional en la que la creatividad y la calidad son los ingredientes principales.
Si bien cuenta con unos productos estrella y reconocidos, como el Cookie Cake y el Pecan Pie, el amplio surtido tiene el sello distintivo de la excelencia.
'Todo inicia con mi padre, quien heredó de su familia y sus raíces italianas el amor por la cocina. Familiares y amigos nos reuníamos en la cocina como plan para acompañarlo y disfrutar de la buena cocina con aperitivos y un buen vino. Yo desde muy pequeña estaba presente en esas reuniones y observaba todo tomando nota hasta del más mínimo detalle', rememora Lina.
Inclusive, aprendió a la perfección cosas tan sencillas como cortar correctamente los ingredientes, mezclarlos y presentarlos. De esta manera, aprendió a preparar diferentes platos que hasta hoy recuerda con mucha nostalgia.
Una auténtica chef repostera
Lina es una gran convencida de que el aprendizaje formal es la base fundamental de cualquier emprendimiento. Es por ello que estudió repostería en Gato Dumas, lo cual le ayudó para organizarse como chef repostera. 'Una cosa es hacer un postre en casa y otra producir variedad en mayores cantidades todos los días. Como casi todos estos emprendimientos, empecé en mi casa y luego monté mi cocina profesional. Es el riesgo que hay que tomar para poder crecer. La Bambina es una marca que refleja mi personalidad. Utilizo los mejores ingredientes y estoy al frente del más mínimo detalle', declaró.
Así como se exige a sí misma, así espera que salgan sus productos. Ella arma la receta con los mejores ingredientes, con el único objetivo de que cuando su cliente lo pruebe perciba una alta calidad y un balance de sabores. 'Eso resume lo que pretendo con mi marca', afirma.
La filosofía de la calidad
Lo primero que se le viene a la mente es calidad. Su filosofía de producto es muy sencilla, solo realiza recetas que le fascinan. 'La debilidad por el dulce hace parte de nuestras vidas, pero creo que en postres prefiero que predomine el ingrediente principal sobre el dulce. Por eso siempre busco el balance en el producto final, de tal manera que si ofrezco un Key Lime Pie el limón sea el protagonista. El balance perfecto debe incluir sabor auténtico, textura agradable y excelente presentación'.
Sobre sus proyecciones en el negocio, Lamboglia contó que quiere seguir creciendo. Hoy atiende las ventas sobre pedidos, lo cual tiene sus ventajas porque siempre ofrecerá productos recién horneados.
'En el mediano plazo sí veo un proyecto para abrir un punto de venta que sea conveniente para nuestros clientes que compran sobre la marcha o que desean un ambiente agradable para reunirse y disfrutar. De pronto ese proyecto nos permite ampliar la oferta para tener también un surtido que incluya entradas y algunos platos fuertes'.
La historia de Lina termina convirtiéndose en una especie de recordatorio de cómo el amor por la cocina y la herencia familiar pueden fusionarse para crear algo extraordinario.




















