Cinco centenarios entregan sus consejos para vivir a plenitud

Por Jonathan Díaz y Lizany Hernández

Si lograr pensionarse en Colombia es un logro aplaudible tras superar la barrera de los 57 años (en las mujeres) o los 62 años (en los hombres), llegar al siglo de vida en óptimas condiciones, es una verdadero proeza que muy pocas personas alcanzan.

A lo largo de octubre, se conmemora el mes de las Personas de Edad, quienes, en palabras del secretario general de la Organización de Naciones Unidas, António Guterres, son 'fuentes inestimables de conocimientos y experiencia y tienen mucho que aportar a la paz, al desarrollo sostenible y a la protección de nuestro planeta'.

Según el DANE, en Colombia 22.945 personas tienen más de 100 años, 8.521 de ellas son hombres y 14.424 son mujeres. Llegar a esta edad no deja de ser una hazaña si se tiene en cuenta que la expectativa de vida en el mundo es de 73,4 años. De acuerdo con la ONU, solo el 0,008% de la población mundial, que corresponde a aproximadamente 621.000 personas, lo consigue.

Pero ¿Cuál es el secreto para llegar de la mejor manera posible a los 65 años o más?, EL HERALDO dialogó con cinco personas centenarias que coinciden en una fórmula cuyos principales ingredientes son: el amor, los buenos hábitos y caminar siempre de la mano de Dios.

En Barranca Nueva, jurisdicción de Calamar- Bolívar, hace 104 años, nació un hombre que hoy es el vivo testimonio de una vida dedicada al amor y la celebración: Marceliano Muñoz Cueto. A los 21 años, con una maleta repleta de sueños y unas pocas prendas básicas, Marceliano llegó a Barranquilla, donde laboró como ‘todero’ y mensajero en la Terminal Marítima y como celador en el Centro Cívico durante 30 años, a raíz de este trabajo, Marceliano puede disfrutar de su pensión hoy en día. A los 30 años, el corazón de Marceliano encontró su complemento en Olga Vázquez de Muñoz. Juntos, formaron una familia que creció alrededor de él, en la casa que ha sido su hogar por más de ocho décadas en Barrio Abajo. Aquí, en este barrio, nació el amor por el Carnaval. ‘Papi Marce’ como lo llaman, logra congregar a toda su familia en cada celebración, desde el Día del Padre, su cumpleaños, hasta la Navidad. Para el señor Marceliano el secreto de su longevidad radica en su vida tranquila y en su renuencia a los vicios, un testimonio de su inquebrantable disciplina. Por su parte, su nieta Luciani Altamar Muñoz piensa que es la bondad de este centenario, padre de las fundadoras de Las Negritas Puloy, lo que lo mantiene con buena vida.

El pasado martes, en una celebración cargada de amor y gratitud, María de Ángeles Montes sopló las velas de sus 107 años, rodeada de hijos, nietos y bisnietos, quienes la llaman con cariño ‘Sixty’, término que en árabe significa abuela.

María, es oriunda de El Carmen de Bolívar, fue en este municipio bolivarense donde encontró al amor de su vida, Jorge Maloof. En su terruño, María dio a luz a su primogénita, Majibi Maloof, quien tiene 77 años y comparte la herencia cultural que su madre le legó. Posteriormente, se trasladó a Barranquilla, donde residió durante más de 70 años.

Durante más de seis décadas, María se dedicó con pasión a la modistería y al comercio, un ejercicio que no solo le brindó el sustento necesario, sino que también se convirtió en una valiosa herramienta para mantener su mente ágil y en constante desarrollo. A sus 107 años, María sorprende a todos al hablar con fluidez y resolver operaciones matemáticas con rapidez

Uno de los secretos que han permitido a María llegar a casi once décadas con vitalidad y lucidez es su apacible espíritu y su corazón generoso.

Elvia Bety Solano Narváez tiene 100 años, nació en Pueblo Nuevo, Córdoba. 'Yo tuve diez hijos, entre esos a un par de mellas. Pero cualquier día los médicos dijeron que me iban a operar para que no pariera más. Y hasta ahí llegó la paridera', relata entre risas, haciendo gala de una voz portentosa. Su memoria aún le permite recordar que sus padres se separaron cuando ella aún estaba muy pequeña. 'Yo me acostumbré a comer de todo, porque mi mamá tenía crías de gallinas, cerdos, patos, chivos, de todo…', detalla sin tropiezos, hasta divisar la fecha cuando se conoció con el que sería el padre de sus diez hijas.

'Él era un hombre trabajador y muy bueno conmigo. Me trataba con cariño, jamás me pegó, ni me gritó. Pero un día se enamoró de una muchacha y se fue a vivir a una finca, donde trabajó y tuvo hijos'. Sobre esta página de su vida cuenta con mucho orgullo que sus hijastros aprendieron a quererla mucho, en respuesta al amor que ella les prodigaba: 'Ellos no tenían la culpa del error que cometió su papá. Por eso a mí nunca se me ocurrió ir a pelear con la mamá de esos pela’os. Ella estaba en su puesto y yo en el mío. Lo único que le pedía al papá era que no abandonara a mis hijos'.

Este 11 de octubre Manuel Montalvo, a quienes sus familiares y amigos llaman cariñosamente Tico, llegará al siglo de vida. En diálogo con EL HERALDO este sincelejano sostuvo que la clave para mantenerse lleno de vida es comenzar el día siempre con la mejor actitud. Este hombre de piel morena que tiene 7 hijas, 38 nietos, 42 bisnietos y 3 tataranietos, explica que gracias a Dios no sufre ni de la presión. 'Me levanto a las seis de la mañana y me acuesto a las once, soy una persona activa, apenas despierto agarro la escoba y me pongo a barrer el patio y la calle, luego camino durante media hora para visitar a una de mis hijas, gracias a Dios siempre me he valido de mis medios, no sé lo que es una silla de ruedas', detalló el señor Tico. Manuel Montalvo, que se ganó la vida arreando ganado, como albañil y pintor, expresó la alegría que lo embarga al llegar al siglo de vida. 'Siento que la clave para llegar hasta aquí ha estado en ser un hombre optimista, en echar siempre para adelante, por eso le aconsejo a los pela’os que agarren juicio'. Su hija Evangelina Montalvo cuenta que otro de los secretos de su padre es comerse constantemente un buen sancocho de gallina criolla.

En tranquilidad del que ha sido su hogar por más de 50 años, ubicado en el barrio silencio, Elizabeth Gómez de Torres celebró el pasado 12 de septiembre, su cumpleaños 103.

En su juventud, Elizabeth laboró como empacadora de medicamentos, una labor que desempeñó con dedicación y esmero. Fue en ese camino que encontró a su compañero de vida, Eligardo Torres, con quien tuvo seis hijos. Actualmente, comparte su hogar con tres de sus queridas hijas, quienes con amor, risas y un respeto incondicional, se dedican a velar por su bienestar. A esta devoción, Elizabeth, o ‘Eli’ como la llaman, responde con gratitud sincera. 'Yo no tengo quejas de mis hijas, siempre he dicho que tengo unas hijas maravillosas, en ningún momento me dejan sola', afirmó con una sonrisa cálida.

La vida de Elizabeth ha estado marcada por la tranquilidad, dedicada a su hogar, con unas costumbres saludables, tanto como en la alimentación como a nivel mental, pues relata en entrevista con EL HERALDO, que desde que dejó de trabajar siempre ha leído el periódico diariamente. En la actualidad sigue fortaleciendo su cerebro con ejercicios de una cartilla de sopa de letras, donde diariamente resuelve varios.