Preguntarle a un familiar qué tomar para aliviar un dolor de garganta, buscar en Internet, llamar a una farmacia y pedir el medicamento es una de esas malas costumbres de muchos colombianos. Seguramente será un tratamiento de uno o dos días porque cuando el dolor pase, ¿para qué seguir tomándolo?
Esta mala práctica o automedicación, recurrente en el manejo de antibióticos desde los hogares, se ha convertido en un dolor de cabeza para el mundo. La razón se resume en dos palabras: resistencia antimicrobiana.
La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos. Podría quedarse simplemente en ese punto, pero es actualmente una de las mayores amenazas para la salud mundial, incluso en el área de la seguridad alimentaria y el desarrollo. ¿La razón? No se pueden eliminar y logran, en algunos casos, tener un desenlace fatal.
Esta resistencia se ve facilitada por el uso inadecuado de los medicamentos. Por ejemplo cuando se toman dosis insuficientes o no se finalizan los tratamientos prescritos.
No todo es culpa de lo que hacemos en casa. A esto se suman otros factores que facilitan su aparición y propagación, tales como las prescripciones erróneas y las deficiencias de la prevención y el control de las infecciones.
Es decir, mientras lee esta nota, grupos de investigadores en todo el mundo están desarrollando estrategias o procesos para un nuevo antibiótico, médicos están buscando alternativas en los centros de salud para tratar algunas infecciones que no funcionaron con el primer tratamiento y algunas personas están consumiendo estos medicamentos sin control alguno.
Las más frecuentes
Ahora pasemos a lo práctico. Una simple publicación en el perfil personal de Facebook preguntando por cómo usan los antibióticos generó que varias personas respondieran explicando la forma en la que actúan al momento de una enfermedad. ¿Qué tal si usted también va pensando en el manejo que le dan en su casa?
'Ya tengo calibrado que el antibiótico que me ayuda muchísimo se llama Amoxicilina. Entonces, cuando la gripa se torna bastante fea y ya hay náuseas, fiebre muy alta y demás, me tomo una cada ocho horas por cinco días. ¡Listo el pollo!', fue una de las respuestas.
Otro usuario aseguró que únicamente era 'bajo prescripción médica, ya que su uso indebido puede ser peligroso'.
Y sí. El uso indiscriminado de estos fármacos genera esta problemática, que en Colombia ya tiene datos. De acuerdo con el informe del Instituto Nacional de Salud acerca del Programa de Vigilancia por Laboratorio de Resistencia Antimicrobiana en Infecciones Asociadas a la Atención en Salud (IAAS) 2016, se han identificado, entre otros hallazgos, bacterias productoras de carbapenemasas —una familia de bacterias que en su mayoría viven naturalmente en nuestro intestino— en casi todo el territorio nacional. Estas tienen la capacidad de destruir antibióticos muy potentes, resistiendo así al efecto de los mismos.
Y lo que sigue aquí es lo que podemos vivir con nuestros amigos o familiares cuando los tratamientos clínicos no funcionan después de, por ejemplo, alguna bacteria intestinal que ha generado una larga estadía en hospitalización.
La Escherichia coli vive en los intestinos de las personas y de los animales sanos. Es una de las principales causas de infecciones transmitidas por los alimentos a nivel global. Es también la causa más frecuente de infecciones del tracto urinario —incluidas del riñón— y del torrente sanguíneo en todas las edades. Se asocia con la peritonitis, con infecciones de la piel y tejidos blandos debido a múltiples microorganismos, y es una causa de meningitis en los recién nacidos.
Esta es, según el nuevo Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos de la Organización —denominado Glass por sus siglas en inglés— una de las bacterias más resistentes frecuentes en el mundo.
En Colombia también hace presencia. Esta bacteria para el año 2017, según cifras entregadas por el Ministerio de Salud, fue el segundo microorganismo más frecuente en el servicio de UCI con 15,9%, y el más frecuente en hospitalización no UCI con 28,3%.
La primera en el país no dista mucho del ‘top’ entregado por la OMS. La Klebsiella pneumoniae está en el centro de todo. Se trata de una bacteria intestinal capaz de producir neumonía, septicemias o infectar a pacientes recién nacidos y de cuidados intensivos.
Esta cepa mutante ha significado un reto inmenso para el mundo debido a que fue resistente a todos los antibióticos conocidos, lo cual genera una preocupación aún mayor.
En el servicio de UCI colombiano, la Klebsiella tuvo una frecuencia en 2017 de 16,2%, y en hospitalización (no UCI) de 11,8%.
El Estafilococo dorado, causante de infecciones en la piel, neumonía o intoxicación por alimentos; Neumococo, una bacteria grampositiva responsable de la mayoría de pulmonías; seguidas de Salmonela, que se encuentra en las aves crudas, los huevos, la carne vacuna y algunos alimentos con mal lavado y produce fiebre, diarrea y cólicos abdominales, completan el listado mundial entregado por la OMS.
El informe del Ministerio dice además que en el ámbito de las bacterias Gram positivas, para el año 2017 'se observó un incremento en cuanto a los porcentajes de resistencias reportados para los servicios no UCI y UCI en comparación con lo encontrado en el 2016'.
Lucha
'El antibiótico hace que lo que combates se vuelva resistente cuando abusas de ellos. Abusé de algunos pensando que me iba a curar. Pero debe ser bajo autorización del médico', indica Erika Nigriri.
Cuando ya no se pueden tratar las infecciones con los antibióticos de primera línea es necesario emplear fármacos más caros. Esto, además, se traduce en mayor duración de la enfermedad y del tratamiento.
En 235 unidades primarias generadoras de datos en el país, la resistencia al antibiótico linezolid, usado como segunda alternativa ante una primera resistencia, fue de 2,3% para la bacteria E. faecium y 1,7% para la E. faecalis.
'Cada vez es más difícil encontrar nuevos antibióticos y que tengan mecanismos de acción diferente a los que ya se utilizan', destaca Camilo Barbosa, microbiólogo doctor y postdoctor en biología evolutiva.
Para que un antibiótico sea usado para tratar infecciones en promedio dura 10 años en investigación desde el descubrimiento de la molécula hasta terminar las pruebas médicas.
Él, junto a su equipo de investigación, busca evaluar los diferentes modos de uso de los antibióticos de tal manera que se haga menos probable la evolución de resistencia.
'La mayoría de lo que hacemos es in vitro y utilizamos combinaciones de dos antibióticos al mismo tiempo. La idea es que hay algunos que cuando los usas simultáneamente tienen un efecto mayor a solos, no solo es en magnitud sino tiempo: mata más rápido y efectivamente a las bacterias'.
Pero hay otra combinación que tiene el efecto contrario, el antagonismo. Otros grupos han demostrado que esa combinación puede ser mermada porque se produce resistencia a uno y se anula el efecto del otro.
La resistencia a los antibióticos está poniendo en riesgo los logros de la medicina moderna. 'Si no disponemos de antibióticos eficaces para prevenir y tratar las infecciones, los trasplantes de órganos, la quimioterapia y las intervenciones quirúrgicas se volverán más peligrosas', sentencia la OMS.
Solo una última pregunta antes de dar por terminado este tema: ¿En la próxima gripa o malestar qué piensa comprar en la farmacia?
Historias
Karla Jiménez, de 24 años, recurre a la web cuando se siente enferma, especialmente con una gripa. Ya tiene la ruta establecida para encontrar el tratamiento: Teclea los síntomas que presenta, encuentra un medicamento y va a la farmacia con ese nombre. Ahí pregunta y lo compra. 'Es esporádico. Si me dicen que son diez pastillas, pero yo me siento bien a la mitad del tratamiento, entonces lo doy por terminado', asegura. Ella no conoce el término resistencia antimicrobiana. Tampoco identifica que su uso sin una prescripción médica o evaluaciones clínicas la genera. Por su parte, Karem Ariza se declara 'poco amiga de los antibióticos'. Los utiliza por prescripción médica, 'jamás como una automedicación'. Es precavida en el uso de estos fármacos. 'No es como tomarse un acetaminofén', asegura. ¿Y si empezamos por lo científico para entender la resistencia? 'La resistencia antibiótica siempre ha estado ahí', explica Camilo Barbosa, microbiólogo doctor y postdoctor en biología evolutiva. La historia empieza con el Premio Nobel de 1945. Lo que comenzó como una observación de Alexander Fleming terminó en un descubrimiento y análisis de los efectos antibióticos de la penicilina. Barbosa recuerda aquella frase de Fleming en la entrega del galardón: 'Si usan penicilina, usen suficiente' haciendo referencia a la 'facilidad con la que estos microorganismos se hacían resistentes al ser expuestos a dosis inferiores a las letales'.
Nadie prestó atención en ese momento. Sin duda para esa época los antibióticos eran una puerta que se abría y no se podía desaprovechar… O por lo menos no cuando el término resistencia aún no estaba en nuestro lenguaje en forma de alerta. Asegura que lo que ha hecho que sea más peligroso y prevalente es el uso excesivo tanto en las clínicas para el tratamiento de enfermedades como en agricultura, donde no se deberían usar de la forma en lo que están haciendo. Sí, en la agricultura también tienen protagonismo. 'Poco se toca el tema porque muchos dicen que es suficiente que los antibióticos que se usan para consumo humano no sean utilizados en agricultura, pero eso no significa que los genes de resistencia no vayan a ser los mismos o que codifiquen para mecanismos que les permita a las bacterias se resistentes a varios tipos de antibióticos', sostiene Barbosa. En esta área el uso es aún más exagerado porque son empleados como promotores de crecimiento. Puede llegar de manera directa o indirecta al consumo humano si se utiliza mucho, por ejemplo, en pollos. 'Esa también es una fuente que permite a estos genes de resistencia expandirse'. Durante la era dorada —décadas de los 40 a los 60—, afirma el microbiólogo, la tierra representaba una fuente abundante de compuestos con actividad antimicrobiana. Pero todo fue mermando y el efecto tomó un camino sombrío que ahora es el culpable de muchos fallecimientos en el mundo.




















