La caza indiscriminada y la pérdida de su hábitat son dos grandes amenazas para la conservación del cangrejo azul (Cardisoma guanhumi) en el departamento de La Guajira, generando su desplazamiento y disminución en su población.
Esta especie, que es de suma importancia para los ecosistemas costeros y manglares, se encuentra distribuida desde el sureste del estado de La Florida en Estados Unidos hasta Brasil. En Colombia, la podemos hallar en toda la costa Caribe, incluyendo a la isla de San Andrés.
Ante las amenazas que enfrenta este crustáceo, la Fundación Omacha e Isagen desarrollaron un proyecto de conservación para proteger y restaurar las poblaciones de cangrejo azul en La Guajira.
Lo anterior hace parte de los compromisos adquiridos por Isagen en la licencia ambiental de las centrales eólicas y su respectivo Plan de Manejo Ambiental con la Corporación Autónoma Regional de La Guajira (Corpoguajira).
El proyecto se adelantó en el Distrito Regional de Manejo Integrado (DRMI) Delta del Río Ranchería, en las comunidades indígenas de La Raya, El Pasito y Cangrejito.
El DRMI del Delta del Río Ranchería es un área natural protegida, ubicada en jurisdicción de los municipios de Riohacha y Manaure, de las subregiones Media y Alta Guajira, respectivamente.
El objetivo de esta alianza es aunar esfuerzos técnicos, administrativos y financieros para determinar el estado actual de la población del cangrejo azul, mediante un diagnóstico participativo y verificaciones en campo.
En este sentido, Isagen –comprometido con la conservación de la biodiversidad en la región Caribe– apoyó con recursos económicos y participó en las mesas técnicas para el desarrollo de este proyecto que por primera vez se realizaba en La Guajira.
El cangrejo azul, además de ser de vital importancia en el ecosistema, sirve de alimento para otras especies y durante la construcción de sus madrigueras en los manglares ayuda a remover el sedimento.
Se espera que con la información recopilada sobre el estado poblacional, distribución y amenazas del cangrejo azul, esta se convierta en una herramienta para que los tomadores de decisiones de la región formulen estrategias orientadas a mejorar su conservación.
Esta especie es perseguida por ser su carne muy apetecida por los habitantes locales y ofrecida como un aperitivo exótico para turistas, incluso hasta para la exportación. No en vano, esta especie se encuentra en amenaza.
La caza del cangrejo azul o “cangrejear” es realizada principalmente por hombres; sin embargo, en la época lluviosa se identifican a mujeres y niños haciendo esta actividad ya que es un negocio que puede generar ingresos económicos representativos.
Actualmente se encuentra incluida en la categoría de especies vulnerables en el Libro Rojo de Invertebrados Marinos de Colombia, debido a la gran pérdida del recurso y una disminución de los ejemplares adultos.

Objetivo del estudio
Jhohandris Romero, bióloga de la Fundación Omacha y responsable del proyecto, explicó que el objetivo general del análisis era profundizar en el conocimiento sobre esta especie.
Por esta razón, la fundación se enfocó en evaluar el estado de las poblaciones del cangrejo azul en La Guajira, la cantidad de cangrejos en sus diferentes hábitats, recopilar información sobre la distribución de tallas, cuántos eran juveniles, adultos y en transición. Además, identificar las principales amenazas que afectan a esta especie en la región, como la caza indiscriminada y la pérdida de su hábitat.
“Nosotros hicimos comparaciones con otros estudios del Caribe colombiano, que han hecho en Cartagena y Córdoba, sobre todo, pero en La Guajira es nuestro primer estudio”, indicó.
La investigación incluyó cuatro monitoreos en diferentes épocas del año para identificar su densidad y comportamiento. La primera se realizó en la transición de época seca-lluviosa, época lluviosa, época de transición lluviosa-seca y época seca.
Lo que observaron los biólogos encargados del estudio es que generalmente se ven más cangrejos azules durante las épocas lluviosas, ya que es cuando realizan sus actividades reproductivas.
Las amenazas
Uno de los resultados del estudio es que la densidad, es decir el número de cangrejos azules en La Guajira, es la más baja reportada para el Caribe colombiano.
Teniendo en cuenta que una densidad pobre corresponde de 1 a 1.5 cangrejo por metro cuadrado, “en La Guajira se obtuvo resultados de 0.07 individuos por metro cuadrado”, señaló la bióloga.
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Con este resultado se pudo identificar que la amenaza principal de esta especie es la caza, porque hace parte de una actividad económica de las comunidades, en especial, en El Pasito.
Los investigadores descubrieron el uso de una técnica invasiva para cazar esta especie, que consiste en envenenarlos con un “tronquito de una planta, que trituran para mezclarla con banano y luego la colocan en la entrada de la madriguera, el cangrejo la consume y muere. Al día siguiente, el cangrejero o cazador de cangrejo, los recoge, y no importa si caen adultos, jóvenes, si están ovadas las hembras, o sea, que, si tienen huevos, cae todo lo que consuma ese bejuco, como le llaman”. Esta es la amenaza principal, una mala técnica de captura del cangrejo azul, sostuvo.

La comunidad
En el transcurso del trabajo con las comunidades, éstas se comprometieron a preservar la especie. Además, aportaron sus conocimientos y quedaron sensibilizados frente a los resultados.
Gracias a los talleres que dictó la fundación a la comunidad, ampliaron sus conocimientos con respecto a las características de esta especie.
Los espacios de intercambio de saberes realizados con las comunidades permitieron que tanto niños, jóvenes y adultos se apropien más sobre su territorio y la fauna asociado a él, cumpliendo con el objetivo de concientizar a las personas sobre la importancia del cangrejo azul para sus comunidades.
“La comunidad puede reconocer las partes de los cangrejos, y por sus partes físicas diferenciar los machos de las hembras”, manifestó la investigadora de Omacha.
Y anotó que “lo que les hemos propuesto es que se comprometan a tener una caza responsable, sostenible, porque si siguen con la misma práctica a futuro no van a tener que cazar y se verán obligados a cambiar de actividad económica”.
Una de las estrategias que se plantea es incluir en el tema del turismo sostenible a los restaurantes que vende esta especie. El cangrejo azul no solo está en estado vulnerable a nivel nacional, sino también a nivel global.
En ese sentido, es de suma importancia recolectar más información para obtener una veda, donde se prohíba en que meses se puede o no capturar.
Para la bióloga, estos periodos de tiempo en los que se prohibiría la caza permitirían la reproducción y subsistencia de la especie.

Resultados del estudio
Con una inversión cercana a los $300 millones, el estudio –que tuvo una duración de 12 meses– se enfocó en el monitoreo biológico, la participación comunitaria y la divulgación.
Durante este periodo se realizó una investigación bibliográfica exhaustiva sobre la especie y se estableció el perfil de la vegetación en la zona. Se determinó, además, la densidad poblacional del cangrejo azul en la zona a partir del conteo de individuos en sus madrigueras activas, durante todos los periodos climáticos. De esa manera, se logró la clasificación de los individuos según su talla, como adultos, en transición y juveniles.
Asimismo, se adelantó un monitoreo remoto de parcelas a través de cámaras para analizar el comportamiento de la especie.
El estudio también permitió la construcción de una cartografía social y encuestas para determinar zonas de alimentación, desplazamiento y construcción de madrigueras, zonas de caza, rellenos, acumulación de residuos sólidos, entre otros.
Uno de los resultados más preocupante que arrojó el estudio fueron las densidades poblacionales. Lo que se encontró indica prácticamente un proceso de desaparición local de la especie: “Son muy bajas. Ese es el resultado más importante y que prende una alarma muy grande sobre la especie a nivel local”.
En total se contabilizaron 2.871 madrigueras activas, entre ellas se registraron 1.244 en la época de transición seca a lluviosa, siendo esta la temporada con la densidad más alta (0.007 Ind/m2). La época lluviosa presentó una densidad de 0.004 Ind/m2, en tercer lugar, se encuentra la época seca con una densidad de 0.00328 Ind/m2.
Una de las recomendaciones de la Fundación Omacha es profundizar en los estudios para establecer una regulación frente a la captura y comercialización, continuar con la educación y participación comunitaria, establecer periodos de veda, prohibir el uso del bejuco como método de captura y hacer seguimiento permanente.
Detalles del proyecto
El monitoreo biológico se realizó en un total de seis parcelas con medidas de 10x10 m2 (100 m2) cada una, teniendo un total de 600 m2 de área de estudio. Se instalaron tres parcelas en la comunidad de El Pasito, dos parcelas en Cangrejito y una en Erapü La Raya.
Se capacitó a diez auxiliares de campo de cada comunidad en el uso de equipos y registro de datos.
Para la estimación de la densidad poblacional se usó un método indirecto y no invasivo, se generaron mapas de calor por medio del geoprocesamiento y se realizaron análisis estadísticos.





















