La Comisión Séptima del Senado aprobó este martes, por 8 votos a 5, la proposición de archivo en tercer y penúltimo debate de la polémica reforma a la salud 2.0 del gobierno del presidente Gustavo Petro.
Esto luego de más de siete meses de prepararse el tercer debate en la misma célula legislativa que hundió la primera reforma, también en tercer debate, en el primer semestre del año pasado.
La senadora Esperanza Andrade, del Partido Conservador, inició su ponencia diciendo: “La salud de los colombianos no tiene color político”, y agregó: “La asfixia mecánica deliberada inducida a las EPS, ha generado la mayor crisis humanitaria de la salud pública en Colombia”.
“Cuando un Gobierno destruye lo que funciona, improvisa con la vida de la gente, no lo podemos permitir; la salud de un pueblo no puede ser rehén de un proyecto político”, agregó.
A su vez, la senadora Ana Paola Agudelo, del MIRA, advirtió que “no se necesita una reforma para atender a los colombianos, para salvar vidas; darle sus medicamentos y garantizarle al talento humano en salud sus derechos, como los grandes héroes que son”.
Y la senadora Berenice Bedoya, de la ASI, aseveró: “Lo que hoy se propone no es una reforma a la salud responsable, es una imposición sin sustento financiero, sin rigor técnico, ni garantías para la continuidad de la atención”.
Por su parte, el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, cuestionó que “la Comisión Séptima del Senado archivó la reforma a la salud con 8 votos, bloqueando los cambios que el país exige y manteniendo un sistema que ha fallado durante décadas. Con esta decisión, se blindó el negocio de la salud y se cerraron las puertas a transformaciones urgentes: una atención primaria fuerte, servicios organizados desde los territorios, uso transparente de los recursos públicos y el control de los incentivos perversos de la integración vertical, que hoy concentra el dinero en pocos actores mientras los pacientes siguen esperando”.
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Añadió el funcionario que “el problema no es la plata: es la opacidad, el mal manejo y un modelo que permite que los recursos se queden en intermediarios y no lleguen a la gente. Archivar la reforma no elimina la crisis, la profundiza”.
Y el ministro de Hacienda, Germán Ávila Plazas, reiteró que “la reforma a la salud no dependía de la ley de financiamiento y contaba con avales fiscales proyectados a 10 años para su implementación. El Gobierno ha emitido varios conceptos y dos documentos de aval fiscal en respuesta a las inquietudes del Congreso, en los que se deja claro que la estructura de financiamiento de la reforma está diseñada para sostenerse en el tiempo”.
“No se trata de una ley para resolver problemas coyunturales, sino de una transformación profunda del modelo de salud de los colombianos proyectada fiscalmente a una década”, señaló el jefe de la cartera económica.
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Por su parte, el senador de la Alianza Verde, Fabián Díaz, anunció que apelará al hundimiento de la reforma a la salud, tal y como lo hizo con la reforma laboral en la pasada legislatura, que revivió la plenaria del Senado y luego fue aprobada en la Comisión Cuarta del Senado.



















