En el octavo aniversario de la desaparición en La Guajira del fotógrafo español, Borja Lázaro Herrero, sus familiares y amigos realizarán una concentración el próximo sábado 8 de enero a las 12:30 en la Plaza de Correos de su ciudad natal, Vitoria.
Su madre Ana María Herrero ha manifestado que 'nos concentramos porque es necesario seguir recordando su desaparición, para que en Colombia se siga trabajando en la búsqueda de indicios y continúe la investigación'.
Ella afirma que no pierde la esperanza y siempre ha mantenido la ilusión de que alguien sepa algo y lo informe en algún momento a las autoridades, porque según expresó 'a nadie se lo traga la tierra de esa manera'.
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El año pasado, debido a la pandemia, no se pudo realizar ninguna actividad como cada año acostumbra su familia, pero sí fue recordado en redes sociales.
Borja Lázaro, de 34 años, llegó a La Guajira para hacer un reportaje fotográfico de la etnia wayuu, como lo evidencian sus últimos rastros en la web, donde publicó varias fotografías de su cultura, su gente y sus ritos.
'Wayuu: el secreto del tiempo; el ritual del hueso #colombia #wayuu #guajira #fotografia', fue lo último que escribió en su cuenta de Twitter, haciendo alusión al ritual del segundo entierro que llevan a cabo los indígenas de esta zona y en el que se realiza la exhumación del cadáver luego de varios años: preparan y limpian los restos para darles una nueva sepultura.
La frase quedó registrada el 4 de enero de 2014 a las 7:29 de la noche, y cuatro días después, el ingeniero informático y fotógrafo desapareció.
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Sus fotos fueron exhibidas en el 2018 con el apoyo del ayuntamiento de Vitoria en una exposición para recordar su desaparición, ocurrida el 7 de enero del 2014 en el Cabo de la Vela, en la Alta Guajira.
Allí departió con algunas personas, extranjeras y colombianas, cerca de la posada Pujuro, donde se había hospedado y luego de esto nadie volvió a saber nada de su paradero.
El 23 de enero de ese mismo año, su novia Danny Sánchez, al no tener noticias de Borja, se comunicó con el administrador del hostal para averiguar qué había sucedido y le informaron que no lo habían visto desde ese día.
Ella vino a Colombia y rescató de la posada todas sus pertenencias, como la ropa, cámara fotográfica y pasaporte, pero no había rastros de su paradero, el cual hasta la fecha es un misterio.
Las autoridades en La Guajira han manejado varias hipótesis: el ahogamiento; que algo le sucedió en una de las comunidades indígenas cercanas, o que haya sido secuestrado, pero a la fecha no hay nada concreto de lo que pudo haber pasado con Borja.
Inicialmente ofrecieron una recompensa de $10 millones de pesos a quien diera información, pero no se obtuvo nada que pudiera saber qué pasó con el español.
El fotógrafo no solo estuvo en La Guajira sino que también visitó Santa Marta y Bogotá.
