Gremios dicen que el impuesto saludable perjudicará a las familias de menores ingresos

Ana Hernández es una madre soltera con dos hijos de 6 y 9 años. Desde que sus niños comenzaron su etapa escolar, los acostumbró a darles de merienda productos como galletas, gaseosas, papas fritas empacadas y bebidas a base de malta, que es lo que normalmente sus hijos les gusta comer en el receso de su actividad. Ahora su preocupación radica en que el precio de todos estos productos subirá a partir de noviembre.

'En lo que yo compro de mercado, incluyo productos como salchichas, cereales, yogures, avena líquida, y para la merienda de los niños compro la papita frita, el jugo a base de alguna fruta y galletas, y ahora me preocupa que eso va a subir de precio y tenga que meterme más la mano al bolsillo. Quizás es una buena medida porque va conducido a la buena alimentación, pero a los niños siempre les ha gustado eso, y como uno puede decirles que no', expresó la ama de casa en diálogo con EL HERALDO.

Y es que partir de este miércoles 1 de noviembre comenzará a regir el impuesto saludable, en el que, según el Ministerio de Hacienda, la medida solo tiene efecto sobre 21 artículos de los 443 que componen la canasta básica del Indice de Precios del Consumidor (IPC), con la cual el Dane mide la inflación.

Los productos gravados serán aquellos comestibles ultraprocesados que, como ingredientes, se les haya adicionado azúcares, sal o grasas suficientes para llevar el sello frontal de advertencia establecido por el Ministerio de Salud.

Este efecto es de única vez, y se materializaría con la entrada en vigencia del impuesto, además es consistente con el escenario macroeconómico proyectado en el Marco Fiscal de Mediano Plazo de 2023.

Los productos ultraprocesados que tendrán este impuesto son: los embutidos como salchichas, jamón y chorizo; los productos de panadería como las galletas de sal, galletas dulces y brownie; las chocolatinas; los helados; los dulces; las pastas; los derivados de la leche como la crema de leche, yogur, suero y avena líquida; la mermelada; las salsas y aderezos de tomate, mayonesa, mostaza y de soya; las harinas; los cereales y los paquetes de frituras, mejor conocido como mecatos.

Por otra parte, las bebidas ultraprocesadas también tendrán este impuesto, tales como gaseosas; bebidas tipo té o café; a base de malta; refrescos; bebidas energizantes; néctares de fruta; mezclas en polvos y aguas saborizadas.

Hay varios productos dentro de esta línea que no pagarán este impuesto saludable, como es el caso de el pan, las obleas, el salchichón, la mortadela, el arequipe, y el bocadillo.

Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, recordó que de los ingresos totales de una tienda o panadería, el 16 % proviene de las bebidas azucaradas, mientras que el 16,8 % proviene de ultraprocesados. 'Esto quiere decir que los nuevos impuestos gravarán una tercera parte de los ingresos totales de las tiendas'.

A su vez, estimaciones de Fenaltiendas calculan que el efecto de los impuestos en el primer año generará una disminución mínima de 8 % de los ingresos totales de una tienda. En el mediano plazo de 3 años esta disminución continua podría poner en riesgo al 25 % de las tiendas y panaderías del país.

'La categoría de refrescos y bebidas azucaradas es vital para las ventas de una tienda y además es gancho para el consumo de otros productos como pasabocas, panadería y alimentos preparados', destacó Cabal.

Orlando Jiménez, presidente de Undeco, gremio de las tiendas, dijo que los consumidores barranquilleros sentirán fuertemente el impacto del alza. 'El fabricante o el productor lo que hará es trasladar ese impuesto al producto, y como consecuencia de ello, lo termina pagando el consumidor'.

Según los datos del Ministerio de Hacienda contemplados en la reforma tributaria, el aumento de precio de este grupo de alimentos se llevará a cabo de forma gradual, con un alza del 10 % en el 2023, un 15 % para 2024 y un 20 % para el 2025.

Así las cosas, un paquete de galletas, que cueste $11 mil, su valor entre noviembre y diciembre será de $12.200.

El Gobierno nacional también manifestó que si una bebida contiene más de seis gramos de azúcar, pero es menor a 10 gramos, se le aplicará un impuesto de $18 en 2023, $28 en 2024 y $38 en 2025.

Henry Amorocho, profesor de Hacienda Pública de la Universidad del Rosario, indicó que pese a que el importador o productor será el que pague este impuesto, este lo va a trasladar al consumidor vía precio de venta.

Explicó que el reto tributario del país tiene que ir absolutamente convergente y coordinado con el desarrollo de programas que inviten a la sustituibilidad, tanto en las empresas como en los consumidores.

El Gobierno nacional manifestó que la medida se encuentra orientada en la salud de los colombianos, dado que su objetivo es incentivar a las familias a reemplazar productos perjudiciales para la salud por otras opciones.